Exasistente de Hunter Biden estaría conectada con el Partido Comunista Chino

Por Rafael Marrero
01 de noviembre de 2022 3:26 PM Actualizado: 01 de noviembre de 2022 3:26 PM

El líder republicano del Comité de Supervisión y Reforma de la Cámara de Representantes, James Comer, pidió al Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) que investigue el nexo existente entre Hunter Biden y JiaQi Bao, quien fuera su asistente personal mientras él hacía negocios con una empresa petrolera china.

Partiendo de documentos obtenidos por el Comité —demostrativos de que, más que un rollo de faldas, se trata de una delicada relación con una espía del Partido Comunista Chino (PCCh)— Comer dijo que «los republicanos están preocupados de que Hunter Biden podría haber sido comprometido por la República Popular China (RPC) y los servicios de inteligencia extranjeros».

Un reporte del New York Post sobre este tema indicó que, tras enviar una carta al director del FBI, Christopher Wray, el congresista (R-KY) señaló que espera que este preocupante hallazgo «sea una línea de investigación importante si los republicanos recuperan los poderes en la Cámara en las elecciones intermedias del 8 de noviembre».

Antecedentes laborales de JiaQi Bao

Para entender el contexto en el que sucedieron los hechos, téngase en cuenta que, entre 2017 y 2018, el hijo de Joe Biden estuvo asociado con CEFC China Energy, un conglomerado de energía y finanzas del gigante asiático gracias al cual obtuvo 4.8 millones de dólares a cambio de “presentaciones” matizadas por su influyente apellido.

Resulta que, mientras hacía negocios turbios con CEFC, se codeó directamente con el presidente de la firma, Ye Jianming, a quien consideraba su “socio”, así como con su vicepresidente, Patrick Ho, a quien calificaba de “cliente” y “jefe de los espías en China”. Justo en medio de esas sospechosas relaciones fue que le presentaron a JiaQi Bao.

La chinoamericana de 29 años, residente en Nueva York, llegó a Hunter como asistente para “ayudarle” en la traducción de documentos y otras funciones de oficina en su firma conjunta con CEFC (Hudson West III), sin embargo, no se trataba de una asistente cualquiera: más allá de una cara bonita, se trataba de alguien con un pasado laboral bastante peculiar.

«Bao trabajó para la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma (NDRC, por sus siglas en inglés), que está a cargo de la planificación macroeconómica de China y aprueba cualquier proyecto importante que reciba financiamiento extranjero, por tanto, estaba vinculada al Partido Comunista de China, su empleador antes que la familia Biden», subrayó Comer en su carta.

Aparte de haberse desempeñado en la NDRC, Bao también trabajó para empleados de CEFC vinculados al PCCh. Cabe mencionar que la CEFC era un brazo de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, proyecto del régimen chino para ganar terreno a escala global y así allanar el camino hacia su meta de liderar el nuevo orden mundial.

Sin ir más lejos, señores, la chinoamericana formó parte de «un esfuerzo de la inteligencia china a fin de crear una relación sexual [con Hunter] que pudiera ser utilizada para influir en él y, en última instancia, en su padre», tal como anunció el China Watch Institute en un detallado reporte sobre el tema.

Funciones de la espía JiaQi Bao

De acuerdo con la carta que Comer le envió a Wray, JiaQi Bao intervino en varios asuntos de la familia Biden. Uno de ellos fue la venta de gas natural licuado de EE.UU. a China, promovida por los Biden, en la que Bao, mediante correo electrónico, le dijo a Hunter, Jim Biden y los asociados de CEFC que su trabajo era asegurarse de que sus intereses estuvieran protegidos.

Básicamente, la joven asistió a negociaciones con empresas energéticas estadounidenses y ayudó a ejecutar importantes transacciones financieras. Según el texto, «parecía estar dirigiendo efectivamente la empresa conjunta [con CEFC] bajo el nombre de Hunter Biden». Y no solo eso: también hizo informes anuales y planes de negocios para la susodicha firma.

«Un correo electrónico de mayo de 2017 sobre la asociación de la familia Biden con CEFC, describió que el “tipo grande» debía recibir un 10 %. [En este sentido], dos exsocios de Hunter Biden, Tony Bobulinski y James Gilliar, identificaron a Joe Biden como el “tipo grande”. [Entretanto], Bobulinski dijo que se reunió con Joe Biden en el mismo mes [para hablar] sobre el trato», puntualizó el artículo del New York Post.

Volviendo a la carta de Comer, resulta que, después de infiltrarse en la familia Biden, Bao instó a Hunter a alentar a Joe para que se postulara como presidente (mucho antes de que este anunciara su candidatura) y luego le brindó consejos de campaña relacionados con China. Claramente, no hay que ser adivinos para darse cuenta de que la espía estaba asesorando a los Biden, siguiendo los puntuales intereses de Beijing.

Relación entre JiaQi Bao y Hunter

En 2021, The U.S. Sun reportó que, al inicio, los correos electrónicos entre Bao y Hunter eran estrictamente profesionales e incluían horarios de vuelos, reservaciones de hotel y citas médicas. Sin embargo, todo indica que la relación escaló a un vínculo cercano atizado por la coquetería de la espía.

Hace poco, en una entrevista concedida a Fox News, el propio Comer dijo: «Es una chica muy atractiva. Lo hablamos con un denunciante y, según él, ellos eran más que socios comerciales, si sabe a lo que me refiero».

De hecho, en una ocasión, «ella le envió un correo electrónico sobre la devolución de su «collar de cadena para perros» y en otro mensaje le escribió: «Uno de mis deseos de Año Nuevo es que puedas beber menos. Haré cualquier cosa para hacerte feliz de modo que la función mítica de las bebidas alcohólicas, como un calmante para el estrés, no sea una excusa para la indulgencia».

Otra arista de esta historia que llama la atención es la siguiente: tras la disolución de la empresa conjunta con CEFC, luego de que esta última fuera acusada de delitos financieros, Bao se mostró decidida «a permanecer cerca de la órbita política de Biden» en lo que viene siendo «un sello distintivo de la actividad de inteligencia extranjera», resaltó Comer en su misiva.

Es decir, «la relación entre Bao y Hunter Biden, según la evidencia obtenida por los republicanos del Comité, parece haberse vuelto personal y excedió la capacidad profesional». Aparentemente intentando enriquecerlo, «Bao [también] le dijo que el desorden por el arresto del fundador de CEFC «será una gran oportunidad para ganar», por lo que debía continuar con esa tesis de inversión en gas natural».

En correspondencia con ese grado de insistencia, Comer remarcó que «los esfuerzos de Bao por permanecer cerca de la familia Biden, luego del colapso de la empresa CEFC, plantea serias preocupaciones sobre los motivos y planes de Bao con la familia».

Concretamente, el congresista pidió averiguar si la joven espía fue presionada por el PCCh para que se asegurara de que los Biden continuarían vendiendo gas natural licuado estadounidense a China. «Si es así, dijo, esto representa una amenaza alarmante para la seguridad nacional».

Postura de JiaQi Bao frente a Joe Biden

Según el New York Post, «para congraciarse aún más con la familia Biden, Bao se interesó concertadamente en la aspiración y estrategia presidenciales de Joe Biden». Incluso, «cuatro meses antes de que anunciara su candidatura al pueblo estadounidense, Bao le envió un mensaje de texto a Hunter, [diciéndole]: «El tío Joe debería postularse para presidente en 2020″».

De acuerdo con la misma fuente, «en 2018, le dijo al futuro primer hijo que Joe Biden “será uno de los mejores presidentes en la historia de nuestro país”, y que los aranceles del entonces presidente, Donald Trump, sobre los productos chinos fueron “un fracaso hasta ahora”».

Un análisis de The U.S. Sun al respecto señaló que Bao también le envió a Hunter una investigación que había realizado sobre Trump durante la campaña de Biden de conjunto con una lista de historias negativas sobre el entonces presidente de EE. UU. Según ella, el libro de Trump con exageraciones e invenciones sobre la conexión comercial de Joe con los chinos no tiene ninguna relevancia.

En efecto, y del modo en que sabemos, Joe Biden llegó a la presidencia en enero de 2021, y tal como afirmó el New York Post en su reporte, «es demasiado blando respecto a China en una variedad de temas, incluidas las exportaciones chinas de fentanilo, que provocaron un récord de 107,000 muertes por sobredosis de drogas en los Estados Unidos el año pasado».

Dinero de la China comunista en manos de Hunter

A raíz de los correos electrónicos hallados en la tristemente famosa laptop de Hunter, actualmente en manos del FBI, no solo se ha podido conocer el tipo de comunicación que Hunter y la espía sostenían, sino también los principales temas abordados y la posición de Bao en lo que a EE.UU. se refiere.

Según el citado reporte del China Watch Institute, dichos correos «incluyen detalles sobre cómo se pagó a Biden [por la empresa conjunta con CEFC] y la fluidez de las cuentas establecidas por los chinos».

O sea, en los correos electrónicos de Bao se habla de «cuentas chinas que parecen tener efectivo disponible para que Biden lo use a su discreción. Una de las secciones se titula “Guarda todo el dinero que puedas” y anima a Biden a vaciar las cuentas que solo tienen dinero en efectivo», indicó la fuente.

Según The U.S. Sun, Bao le dijo a Hunter que tomara todo lo posible o descubriera cómo gastarlo para su propio beneficio, sin importar el carácter del fondo operativo disponible. «Si no tomas ese dinero, terminará convirtiéndose en dinero de nadie, así que es mejor usarlo para bien», le aconsejó.

El propio diario añadió, asimismo, que «las referencias indican la fácil disponibilidad del dinero de los chinos durante un período en el que Hunter admite estar continuamente ebrio y comprometido con excesos sexuales y narcóticos».

Tras la detención de Patrick Ho en 2017, a quien se relacionó con la cúpula gubernamental y la inteligencia chinas, «los correos electrónicos adquieren un cierto carácter de acoso, ya que Bao busca repetidamente reanudar la relación [con Hunter], insistiendo en que quiere ser su amiga».

En esas mismas comunicaciones, la joven «ofrece posibles puntos de conversación para lidiar con las elecciones y la investigación opuesta sobre Trump, incluidos sus supuestos vínculos con un “salón de prostitución” de propiedad china en Florida, punto de ataque irónico dadas las fotos de Hunter con presuntas prostitutas chinas», prosiguió The U.S. Sun.

Aunque la empresa conjunta con CEFC se derrumbó, «Biden recibió una gran cantidad de dinero sin evidencia de un trabajo sustancial de su parte. De hecho, él admite que todavía era un adicto al crack durante ese período, y las fotos lo muestran desmayado y consumiendo drogas, así como en citas sexuales con varias mujeres».

Según el análisis del China Watch Institute, «hay una pregunta legítima de por qué una empresa estrechamente conectada con el régimen y la inteligencia chinos estaría dando millones a Hunter y a su tío [Jim]», quienes se asociaron con CEFC en 2017. A mí se me ocurren varias respuestas: soborno, tráfico de influencias y confabulación.

No hay que ser un lumbrera para percatarse de lo que se esconde tras las acciones de Hunter, quien le ha sacado todo el jugo posible a su conveniente apellido. Cada vez que trasciende algo —o que los republicanos exigen respuestas en torno a sus actos, como en este caso de la espía china— queda explicitado, de nueva cuenta, cuán rastrera, impropia y, sobre todo, traidora ha sido su conducta referente a la China comunista.


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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times

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