Una oficial de policía del Distrito de Columbia usó un gran palo de madera para golpear el cuerpo y la cabeza de la manifestante Rosanne Boyland tres veces mientras yacía inmóvil en el suelo el 6 de enero de 2021, según imágenes de cámaras corporales de varios oficiales obtenidas por The Epoch Times.
El experto en uso de la fuerza, Stanley Kephart, al revisar las imágenes inéditas concluyó que los tres golpes con toda su fuerza de la oficial de policía de D.C., Lila Morris, constituyeron un delito grave de agresión con la intención de causar un gran daño corporal.
Kephart calificó el uso de la fuerza por parte de Morris como «indefendible» y la investigación de asuntos internos sobre la muerte de Boyland como un «encubrimiento claro y convincente».
“Creo que lo primero que ocurrió es un asalto bajo el color de la autoridad por parte de Morris”, dijo Kephart a The Epoch Times. “Eso es un crimen”.
La policía en la boca del túnel Lower West Terrace, del Capitolio, ignoró docenas de súplicas para ayudar a Boyland después de que se derrumbó, según muestran los videos.
Cuando Boyland, ya sin vida, fue llevada al interior del edificio más de 10 minutos después, otros policías y personal de EMS comenzaron esfuerzos de resucitación que duraron cerca de 50 minutos y que finalmente fracasaron.
Un patólogo forense independiente, contratado por la familia Boyland, sostiene que la causa de su muerte no fue una sobredosis del medicamento recetado, Adderall, como informó el médico forense de D.C., sino asfixia manual. Boyland quedó aplastada bajo una pila de personas cuando la policía gaseó a los manifestantes y los empujó fuera del túnel alrededor de las 4:20 p.m., el 6 de enero.
‘Bajo el color de la autoridad’
Kephart, un veterano de las fuerzas del orden con 42 años de experiencia y exdirector de seguridad de los Juegos Olímpicos de Verano de Los Ángeles de 1984, revisó el caso de Boyland a pedido de The Epoch Times. Ha testificado como testigo más de 350 veces sobre temas que incluyen fuerza excesiva, disciplina policial, seguridad de los oficiales y control de multitudes.
Kephart concluyó que el uso de la fuerza por parte de Morris fue un «asalto bajo el color de la autoridad» delictivo, con la intención de causar un gran daño corporal. Dijo que Morris debería ser procesada en un tribunal penal y despedida de la fuerza policial de D.C.
“Creo que aquí estaban operando dos cosas. Una era la ira hacia esta persona”, dijo Kephart, refiriéndose a Boyland. “Eso fue anulado por el miedo. Y esos dos elementos fueron la conexión causal entre lo que la oficial le hizo a la persona y el resultado”.
La fuerza utilizada contra Boyland no cumple con un estándar de cuatro partes establecido en el caso Graham vs Connor de la Corte Suprema de EE.UU. de 1989, dijo Kephart: Si la fuerza alguna vez fue necesaria y apropiada en la situación, el alcance de la lesión y «si la fuerza fue aplicada de buena fe para mantener y restaurar la disciplina, o de forma maliciosa y sádica”.
La policía está entrenada para no golpear a las personas en la cabeza con un objeto contundente. En el túnel de West Terrace, hubo algo en lo que no aplicaron ese entrenamiento, dijo Kephart.
“Si tienes un oficial capacitado que está enojado por lo que está haciendo la multitud y la multitud se levanta y lo pone en una posición en la que siente que su seguridad personal está comprometida, el miedo comienza a apoderarse de la ira y la respuesta hace que el entrenamiento deje de aplicarse”, dijo Kephart.
El jefe Robert Contee, del Departamento de Policía Metropolitana, no respondió a una solicitud de comentarios. Un mensaje dejado en la oficina de información pública del departamento no fue devuelto.
Un manifestante, que presuntamente usó el mismo palo de madera para golpear y pinchar a la policía en el túnel de la terraza, fue acusado de agredir, resistir o aplicar el uso de un arma peligrosa a ciertos oficiales. Jonathan Mellis fue acusado de 10 cargos el 10 de marzo de 2021. Se declaró inocente. Mellis está recluido en la cárcel en espera de juicio.
La policía ignoró las súplicas de ayuda
El video de la cámara corporal de la policía muestra a los manifestantes rogando a los oficiales que brinden ayuda para salvar la vida de Boyland desde el momento en que colapsó en la boca del túnel. Las súplicas se hicieron más desesperadas cuando se hizo evidente que Boyland se estaba muriendo. Eso provocó una reacción violenta de los alborotadores, que atacaron la línea policial con puños, astas de banderas, palos y una escoba.
“¡Hay gente aquí abajo!” gritó Justin Winchell, el amigo de Boyland que la acompañó a Washington ese día. “¡Hay gente atrapada aquí abajo!”
Un manifestante justo en la línea de policía que estaba sangrando por un golpe de bastón en la cabeza señaló a Boyland y suplicó ayuda. Levántala. ¡Levántala! Levántela, por favor”, instó el hombre. “¡Salva su vida! ¡Salva su vida, por favor!”
Un oficial usó su bastón y botas para empujar a cinco manifestantes sobre Boyland, según muestra el video de la cámara corporal. “¡Por favor, levántala! ¡Ella va a morir! gritó Winchell.
Se escuchó el sonido de una mujer tosiendo mientras una batalla rugía por encima y alrededor de Boyland. La tos se detuvo a las 4:26:04 p.m., según una línea de tiempo desarrollada por The Epoch Times a partir de imágenes de la cámara corporal de la policía. Unos segundos después, la gran multitud en la terraza comenzó a corear: “¡No puedo respirar! ¡No puedo respirar!”
«¡Dios mío! ¡Está muerta! Está muerta. ¡Rose!» Winchell gritó a las 4:26:52 p.m. «¡Rosanne! ¡Necesito a alguien! ¡Está muerta! … ¡Necesito a alguien! Necesito médicos».
Justo antes de las 4:28 p. m., el manifestante Luke Coffee, de Dallas, se paró al frente de la línea policial, levantó la mano y gritó: «¡Alto!» Le rociaron la cara con gas pimienta, pero mantuvo su posición.
Un alborotador arrojó un gran palo de madera a Morris desde la multitud. En ese momento, Morris estaba en el túnel, agachada detrás de un manifestante que tenía los brazos cubriendo su cabeza.
3 Golpes
Morris recogió el palo de madera, lo levantó sobre su cabeza y golpeó a Coffee en el codo derecho, según muestra el video de la cámara corporal. La mujer dirigió un segundo golpe a Coffee, pero falló.
Luego, el video muestra que Morris levantó el palo sobre su cabeza con ambas manos y soltó tres golpes rápidos en el cuerpo de Boyland: Uno en las costillas y dos en la cabeza. El segundo golpe en la cabeza provocó una reacción de horror en Winchell.
El bastón de madera salió volando de la mano izquierda de Morris mientras se preparaba para dar otro golpe a Boyland, según muestran los vídeos. Morris falló en su último intento de golpe. El palo rebotó en el arco del túnel y voló por encima de la cabeza de Morris.
Coffee se agachó y recogió una muleta de aluminio que le habían arrojado a la policía varias veces durante la tarde. Sostuvo la muleta sobre su cabeza durante varios segundos, luego la usó para empujar la línea de policía hacia el interior del túnel.
Mientras Coffee hacía retroceder la línea policial, los transeúntes arrastraron a Boyland varios escalones y comenzaron el proceso de resucitación (RPC). Casi tres minutos después, la llevaron directamente frente a la línea de policía y continuaron con la RCP. Ningún oficial prestó asistencia en ese momento.
A las 4:31 p. m., los agentes arrastraron a Boyland hasta la parte trasera del túnel y dentro del Capitolio. En el proceso, perdió sus jeans, mochila y blusa, dejándola vestida solo con mallas, según el video de la cámara corporal.
Un miembro del equipo SWAT con un uniforme táctico verde comenzó la RCP. Se convocó al Departamento de Bomberos y el EMS de D.C. En unos minutos, un equipo de seis a ocho socorristas estaba trabajando para resucitar a Boyland. Estaba conectada a un desfibrilador externo automático.
Morris observó los esfuerzos de resucitación. A las 4:38 p.m. su cámara corporal capta una voz femenina, probablemente Morris, que pregunta: «¿Está muerta?»
Boyland fue cargada en una camilla improvisada y llevada al ala este del Capitolio para encontrarse con una unidad de transporte médico de los bomberos y los servicios de emergencia de Washington.
«Cuando entramos en el Capitolio, la tenían en una especie de carretilla o carro de arrastre y la arrastraban por el pasillo hacia nosotros», dijo la capitana Ellen Kurland, supervisora de los servicios médicos de emergencia, en un documental producido el 6 de enero por los bomberos y los servicios médicos de emergencia de D.C. «Trabajamos con ella durante 30 minutos, y llevaba 20 minutos en el suelo antes de que pudiéramos llegar donde estaba».
A Boyland le colocaron una vía intravenosa y le administraron epinefrina cada cuatro minutos para estimular su corazón. El equipo de rescate solicitó autorización para partir hacia el Hospital de la Universidad George Washington a las 5:10 p. m. “No se otorgó la autorización”, decía un resumen de los registros obtenidos por la familia Boyland.
Los registros no indican por qué no se permitió que la ambulancia saliera del Capitolio durante media hora después de solicitar la aprobación. Una solicitud de comentarios de The Epoch Times, dejada en el Departamento de Bomberos y Servicios Médicos de Emergencia de D.C., no ha sido devuelta.
La ambulancia finalmente salió del Capitolio a las 5:40 p.m. para el viaje de una milla al hospital. Debido al tráfico y al cierre de calles, la ambulancia no llegó a urgencias hasta las 18:00 horas. Boyland fue declarada muerta a las 6:09 p.m.
“No estamos 100 por ciento [seguros] de cuándo falleció, pero estamos de acuerdo en que fue en ese período de tiempo [4:21 a 4:26 p.m.] y probablemente antes de que Lila Morris se apoderara de ese palo”, dijo Bret Boyland, padre de Rosanne, a The Epoch Times. «Independientemente de si Rosanne estaba viva o no, estábamos conmocionados y horrorizados por el ataque de la oficial”.
‘Objetivamente razonable’
Preocupado por las contradicciones en el caso de Boyland, Gary McBride, de Decatur, Texas, presentó una denuncia por fuerza excesiva contra Morris ante el Departamento de Policía Metropolitana, en septiembre de 2021.
«No apruebo lo que ocurrió en el Capitolio, y tampoco apruebo que se golpee a nadie que esté indefenso», escribió McBride a la Oficina de Asuntos Internos de la Policía Metropolitana de Washington, el 14 de septiembre. «No importa si es un manifestante, un predicador o un político; debe responder por sus acciones».
Dos meses después, en noviembre de 2021, el capitán David K. Augustine le escribió a McBride y le dijo: “Se determinó que el uso de la fuerza dentro de esta investigación era objetivamente razonable”.
Causa de la muerte en disputa
La Oficina del Médico Forense del Distrito de Columbia realizó una autopsia a Boyland el 7 de enero de 2021. La causa de la muerte se dictaminó como intoxicación por anfetaminas. La familia de Boyland cuestionó esa conclusión.
Boyland tenía una receta de Adderall, un medicamento utilizado para tratar el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). No había pruebas visuales ni declaraciones de testigos que indicaran algún signo de que la droga la hubiera perjudicado el 6 de enero.
La familia Boyland contrató a Park Dietz & Associates para revisar los resultados de la autopsia. El patólogo forense de Park Dietz estuvo de acuerdo en que la forma de la muerte fue un accidente, pero concluyó que la muerte de Boyland fue causada por asfixia manual. Boyland fue incinerada, por lo que no fue posible realizar una nueva autopsia.
“La asfixia por compresión se refiere a una situación en la que la presión ejercida sobre el pecho o la espalda de una persona impide la respiración normal y, a menudo, no deja hallazgos físicos de diagnóstico”, decía un resumen del informe de Park Dietz proporcionado a The Epoch Times por la familia Boyland.
La toxicidad de las anfetaminas “no fue la causa inmediata de la muerte de la Sra. Boyland, aunque no se puede descartar como un factor contribuyente”, escribió el patólogo. “Las circunstancias que rodearon la muerte de la Sra. Boyland no son consistentes con una sobredosis de drogas como causa inmediata y no pueden ser ignoradas”.
La autopsia original no detectó ninguna evidencia de lesión, a excepción de un hematoma de cuatro pulgadas en el antebrazo derecho. Sin embargo, las imágenes de la cámara corporal de Boyland siendo arrastrada desde la entrada del túnel a las 4:31 p.m. muestra lo que parece ser una herida en su frente. Otra imagen de la cámara corporal parece mostrar una larga marca roja que comienza en la sección inferior de su caja torácica izquierda.
Winchell le dijo a una estación de televisión de Atlanta en 2021 que Boyland desarrolló una hemorragia nasal después de que el oficial la golpeó en la cara con el bastón.
“Quiero que me escuchen: Ya estaba azul, y la policía del Capitolio, no bromeo, había estado golpeando a todos con porras y esas cosas, comprensiblemente”, dijo Winchell.
«Pero estoy hablando, ella está tendida, tal vez muerta en este punto, pero la golpearon al menos dos veces en el cuerpo. Y luego la golpearon una vez en la cara, una vez justo aquí en su nariz, y algo de sangre empezó a salir de su nariz».
Según la autopsia, Boyland sufrió fracturas en las costillas anteriores izquierda y derecha, pero probablemente fueron causadas por compresiones de RCP, según el informe de Park Dietz. El informe no señaló evidencia de que una golpiza o una lesión traumática contribuyeron a su muerte.
“Esto no significa que no haya sido golpeada por un oficial de policía, solo que ya estaba muerta en ese momento”, dijo la familia Boyland en un comunicado.
El informe dice que no está claro qué papel podrían haber tenido los irritantes químicos rociados por la policía y los manifestantes en la muerte de Boyland. Los vídeos muestran cómo el gas pimienta gotea de la ropa de los manifestantes cerca de la línea policial.
“Por favor, dejen de rociar pimienta”, suplicó un hombre desconocido cerca de Boyland a las 4:26 p.m. “Sus pulmones están llenos de eso”.
La policía usó un gas desconocido contra los manifestantes en el túnel a las 4:20 p.m. Según el video de seguridad, se escuchó una fuerte explosión segundos antes, lo que provocó que muchos manifestantes en el túnel cayeran al suelo.
Los agentes químicos, como la oleorresina capsicum pirotécnica, que se liberan a través de una munición explosiva, actúan principalmente sobre los pulmones. Testigos en el túnel dijeron que sintieron como si el oxígeno fuera succionado del aire, haciendo imposible respirar. La respuesta fue el pánico.
Kephart dijo que las municiones de control de multitudes fueron un error en un espacio tan estrecho y lleno de gente.
“Si está utilizando municiones de gas para hacer que el aire se sature con un gas que desplaza el oxígeno, y hace que entren en pánico y se desmayen, obstruyendo así la capacidad de dispersarse porque están desmayados, ha creado un problema y lo empeoró”, dijo Kephart.
“Este es un síntoma absoluto de la falta de formación adecuada. Esto ofende el sentido común”.
La policía puede permitir que el miedo supere su entrenamiento en situaciones de alto estrés, pero también lo pueden hacer multitudes como la del túnel de West Terrace.
“Lo mismo ocurre con las multitudes: Si el miedo [ataca], hacen lo incorrecto”, dijo. “O se dejan caer o intentan huir. Y al intentar hacer cualquiera de esas dos opciones, empeoran las circunstancias en la compactación de la multitud”.
Cumpleaños lleno de tristeza
El 26 de abril fue un día triste en la casa, en Georgia, de Bret y Cheryl Boyland. Su difunta hija Rosanne habría cumplido 36 años. En lugar de disfrutar de una celebración de cumpleaños, la familia Boyland tuvo que enfrentar el dolor que ha estado siempre presente desde la noche del 6 de enero de 2021.
Los padres de Rosanne luchan con muchas preguntas persistentes sobre su muerte. Entre ellos está la hora exacta en que murió su hija. Bret Boyland dijo que, según la revisión de la autopsia de Rosanne y otros factores, cree que murió entre las 4:21 p. m. y las 4:25 p.m.
Una revisión del video y el audio de las cámaras corporales de la policía identificó una serie de toses femeninas entre las 4:25:34 y las 4:26:04. Boyland dijo que las toses fueron demasiado breves para saber si procedían de su hija.
La cámara corporal y el video de seguridad, que muestran el tiempo que pasó Boyland en el Capitolio antes de ser llevada al hospital, brindaron algo de consuelo a su familia.
«Nos alegramos de recibir detalles de los esfuerzos por salvar su vida después de que fuera arrastrada al Capitolio», dijo Bret Boyland. «Ella recibió esa atención demasiado tarde».
Únase a nuestro canal de Telegram para recibir las últimas noticias al instante haciendo click aquí
Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando
¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.
