En medio de los reportes de que los viajes internacionales pronto requerirán un pasaporte de vacunas, exempleados de alto nivel de Nike acusaron a la empresa de calzado de exigirles ilegalmente que se aplicaran la vacuna COVID-19 sin la debida autorización.
«Tener una inyección dentro del cuerpo no tiene ninguna relación con la tarea realizada por los demandantes y, dado que las vacunas COVID 19 no previenen la infección o la transmisión, algo que Nike ha reconocido, no puede alegar de forma plausible que los empleados no vacunados suponen una amenaza directa para sus compañeros de trabajo», escribió el abogado Emerson Lenon en la demanda de 8 páginas.
La demanda se presentó el 15 de noviembre, la misma semana en que los países miembros de la Cumbre del G20 firmaron una declaración en Bali en la que se comprometían a adoptar un pasaporte de vacunas para facilitar los viajes internacionales sin problemas.
«Los datos que estamos viendo de países de todo el mundo es que las vacunas no solo no previenen la transmisión o la infección, sino que en realidad aumentan los casos de hospitalización y la muerte», dijo Leslie Manookian, presidenta de Health Freedom Defense Fund, que está ayudando a los demandantes con su demanda contra Nike.
Doug Kerkering, Wanda Rozwadowska y Hannah Thibodo presentaron la demanda en el Tribunal de Distrito de EE. UU. para el Distrito de Oregón alegando agresión y violaciones de la Ley de Derechos Civiles de 1964.
Las tres ganaban seis cifras y no tenían antecedentes disciplinarios mientras trabajaban en la sede corporativa de Nike en Beaverton.
Rozwadowska llevaba 12 años como empleada cuando se sometió al mandato de Nike. Posteriormente desarrolló una reacción autoinmune.
«Wanda tenía la amenaza de perder su trabajo y su capacidad de subsistencia para mantener a su familia, por lo que se vio obligada a aplicársela, coaccionada, y Oregón tiene leyes muy claras sobre no ser tocado de forma no deseada», dijo Manookian.
Recientemente, Nike anuló el mandato después de haberlo impuesto en octubre de 2021.
«Esto refuerza que nunca fue necesario en primer lugar, y supongo que hace que todo el asunto parezca una inmensa reacción exagerada», dijo Manookian a The Epoch Times.
Los demandantes Kerkering y Thibodo alegan que Nike actuó con malicia e indiferencia temeraria hacia sus derechos civiles al percibir su condición de no vacunados como una discapacidad física.
Kerkering era un empleado de 31 años y Thibodo había trabajado en la oficina de Beaverton durante siete años.
«Nike ha dicho que, como las personas no vacunadas son diferentes, están dando a entender con sus acciones que quienes no están vacunados tienen una inmunidad o un sistema inmunitario inferior», añadió Manookian.
«Por lo tanto, los están discriminando».
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