Un médico que recientemente dirigió una agencia dentro del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) presentó el martes una denuncia alegando que los niveles más altos de la agencia tomaron represalias en su contra por expresar su preocupación por la respuesta ante la pandemia de COVID-19.
El Dr. Rick Bright recientemente dirigió la Autoridad de Investigación y Desarrollo Biomédicos Avanzados (BARDA) del HHS. La oficina está encargada de desarrollar una vacuna y analizar posibles tratamientos para la COVID-19, una enfermedad causada por el virus del PCCh (Partido Comunista Chino).
Bright fue cambiado a otra agencia el mes pasado. Bright dijo que el traslado «fue en respuesta a mi insistencia de que el gobierno invirtiera los miles de millones de dólares asignados por el Congreso para hacer frente a la pandemia de la COVID-19 en soluciones seguras y científicamente comprobadas, y no en medicamentos, vacunas y otras tecnologías que carecen de mérito científico».
En la nueva demanda (pdf), el equipo legal de Bright dijo que Bright se oponía a la promoción de la hidroxicloroquina y la cloroquina para el tratamiento de la COVID-19.
Los dos medicamentos fueron aprobados hace décadas para el tratamiento y la prevención de la malaria. Se están prescribiendo en hospitales de todo el mundo contra la COVID-19, lo cual no tiene ningún tratamiento o vacuna comprobados.
Bright «sintió la urgente y apremiante necesidad de informar al público americano que no había suficientes datos científicos para apoyar el uso de estas drogas para los pacientes con COVID-19», dice la denuncia, presentada en la Oficina del Asesor Legal Especial.
A Bright le preocupaba que los medicamentos provinieran en gran parte de fábricas fuera de Estados Unidos que no habían sido inspeccionadas por las autoridades estadounidenses. Bright se sintió frustrado con los intentos de razonar con sus superiores y compartió correos electrónicos entre los funcionarios del HHS con un periodista, dijeron sus abogados.
Los «correos electrónicos hablaban de la toxicidad potencial de la droga y demostraban la presión política para llevar estas drogas de Pakistán e India a los hogares estadounidenses», según la denuncia. «El Dr. Bright esperaba que al arrojar luz sobre el imprudente y peligroso empuje del HHS para que estas drogas estuvieran disponibles, se salvarían vidas estadounidenses».
Los abogados de Bright afirmaron que su remoción como jefe de la BARDA surgió de su rechazo contra la hidroxicloroquina y la cloroquina.
Bright está siendo representado por Debra Katz y Lisa Banks, dos abogadas con conexiones políticas demócratas.
El HHS no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios.
Millones de dosis de hidroxicloroquina y cloroquina fueron donadas a la Reserva Estratégica Nacional. Bright pidió autorización de emergencia a la Administración de Alimentos y Medicamentos, lo cual permitió la distribución de los medicamentos para su uso en la lucha contra la COVID-19, dijo la portavoz del HHS, Caitlin Oakley, a The Epoch Times el mes pasado.
Oakley dijo que Bright se trasladaba a los Institutos Nacionales de Salud para trabajar en el desarrollo y despliegue de plataformas de pruebas.
La hidroxicloroquina y la cloroquina recibieron autorización de emergencia en marzo para su uso contra la COVID-19. Tras los informes de algunos pacientes que sufrieron efectos secundarios, la Administración de Alimentos y Medicamentos a finales de abril advirtió que no se debían utilizar los medicamentos fuera de los hospitales o de los ensayos clínicos.
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