El exjefe de la Policía del Capitolio achacó el martes el asalto del 6 de enero al Capitolio estadounidense a un fallo de inteligencia.
«Creo que en circunstancias exigentes tiene que haber un proceso racionalizado para que el jefe de la policía del Capitolio, para que la policía del Capitolio, tenga autoridad», dijo el exjefe Steven Sund a los senadores durante una audiencia sobre el incidente.
Sund, que dimitió de su cargo varios días después de la irrupción en el Capitolio, señaló que los sargentos de armas de la Cámara de Representantes y del Senado el 4 de enero supuestamente no respondieron a una petición de ayuda. También solicitó ayuda a la Guardia Nacional, pero fue rechazado.
«Su testimonio deja claro que la estructura actual de la Junta de la Policía del Capitolio provocó retrasos en la llegada de la asistencia de la Guardia Nacional», le dijo a Sund la presidenta del Comité de Reglamento del Senado, Amy Klobuchar (D-Minn.), durante la audiencia.
El jefe en funciones del Departamento de Policía Metropolitana (MPD), Robert Contee, defendió la respuesta, diciendo que las autoridades no fueron alertadas sobre el potencial de violencia a pesar de las afirmaciones de los funcionarios federales.
«El Distrito no tenía información de inteligencia que apuntara a un asalto coordinado al Capitolio», dijo Contee en unas declaraciones antes de la audiencia.
«Los agentes de policía del MPD se vieron envueltos en una batalla literal durante horas. Muchos se vieron obligados a combatir cuerpo a cuerpo para evitar que más alborotadores entraran en el Capitolio. Esto no fue una protesta pacífica. Esto no era una multitud tratando de expresar sus derechos de la Primera Enmienda, derechos que estamos orgullosos de proteger independientemente de las creencias», dijo Contee, refiriéndose al Departamento de Policía Metropolitana. «A fin de cuentas, esto fue un asalto a nuestra democracia, y los oficiales del MPD mantuvieron la línea».
El exjefe en funciones del Departamento de Seguridad Nacional, Chad Wolf, dijo hace unas semanas que todavía hay preguntas sobre por qué los agentes de la Policía del Capitolio no estaban debidamente preparados.
Había un «entorno de amenaza elevado» debido a la manifestación del 6 de enero «dadas todas las tensiones» en relación con el resultado de las elecciones, dijo Wolf a CBS News, y añadió que hubo numerosas «llamadas de coordinación» con varias fuerzas de seguridad. Dijo que el Departamento de Seguridad Nacional y otras agencias federales reforzaron la seguridad antes de los disturbios.
La Policía del Capitolio tenía «la misma inteligencia que nosotros» en el Departamento de Seguridad Nacional, dijo Wolf. Dijo que esa inteligencia fue compartida con la Policía del Capitolio de Estados Unidos, así como con el Departamento de Policía Metropolitana.
El expresidente Donald Trump fue destituido en enero por un discurso que pronunció el 6 de enero, y los demócratas y algunos republicanos achacaron los disturbios a sus declaraciones y retórica. Trump, a través de sus abogados, negó haber incitado a la violencia. Durante su discurso, pidió a los manifestantes que «pacífica y patrióticamente hicieran oír [sus] voces».
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