La rápida expansión y modernización militar de China supone un reto para el entorno de seguridad mundial, según un alto funcionario de la OTAN, y habrá que trabajar mucho para garantizar la continuidad del modo de vida democrático que la alianza pretende defender.
«China no es un adversario para la OTAN», dijo el general adjunto de Seguridad de la OTAN Mircea Geoana. «Pero su modernización militar, su fuerte inversión en misiles nucleares e hipersónicos, y su diplomacia coercitiva, tiene implicaciones de seguridad para todos los aliados de la OTAN».
«Tenemos que levantarnos y mantenernos fuertes para defender nuestros valores y nuestra forma de vida».
Geoana hizo estos comentarios durante un amplio debate en el Instituto Hudson, un centro de estudios con sede en Washington, el 11 de mayo, durante el cual habló de temas relacionados con China, Afganistán y Rusia.
En particular, dijo que «las democracias afines de todo el mundo», y en particular «las de la región de Asia-Pacífico», tendrían que trabajar juntas para hacer frente a las implicaciones de seguridad que plantean la China comunista y su socio estratégico Rusia.
Para ello, Geoana dijo que Australia, Japón, Nueva Zelanda y Corea del Sur, «cuatro socios muy valiosos de la OTAN», desempeñarían un papel importante para ayudar a la alianza a mantener la paz y la estabilidad en todo el Indo-Pacífico.
Los comentarios preceden a la presentación de un nuevo Concepto Estratégico, que se espera que se anuncie este mes de junio en la cumbre de la OTAN en Madrid. El Concepto Estratégico es el segundo en importancia después de la carta fundacional de la alianza, y trazará el camino que la OTAN seguirá estratégicamente durante la próxima década.
El nuevo concepto estratégico se enfrentará por primera vez al «ascenso de China», lo que supone un profundo cambio respecto a la estrategia anterior, publicada en 2010, que no tenía en cuenta a China y que incluía a Rusia como socio estratégico de la alianza.
«El antiguo concepto estratégico de la OTAN no menciona a China en absoluto», dijo Geoana.
«Parece que [es] de un mundo diferente».
«El mundo ha cambiado drásticamente y el próximo concepto estratégico debe reflejar esta nueva y más peligrosa realidad de seguridad».
Teniendo en cuenta la realidad de una Rusia revisionista, un autoritarismo creciente y unas cadenas de suministro mundiales comprometidas, Geoana advirtió que los próximos años estarán llenos de peligros para la seguridad internacional y la defensa de las democracias. Además, dijo, el mundo debería esperar una profundización de las asociaciones entre regímenes autoritarios, como el de Moscú y Beijing.
«Tenemos la sensación de que el jurado aún no se ha pronunciado, pero no creemos que esta asociación estratégica entre Rusia y China vaya a debilitarse», dijo Geoana.
«Tienen un interés común en debilitar el liderazgo de Estados Unidos en el mundo y tener un orden mundial que se adapte a su visión autocrática de la sociedad».
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