El neuropatólogo Dr. Peter Cummings estaba convencido de que todo lo relacionado con la conciencia, incluidas las experiencias cercanas a la muerte (ECM), podía explicarse científicamente y tenía su origen en el cerebro, hasta que él mismo tuvo una ECM.
Cummings era un hombre orientado a su carrera, al que le iba bien en su trabajo como médico y como profesor adjunto en el Departamento de Anatomía y Neurobiología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Boston.
«En aquel momento [era] realmente agradable vivir para ese tipo de cosas en ese mundo», dijo Cummings en un video publicado en la Asociación Internacional de Estudios Cercanos a la Muerte.
Un viaje a Costa Rica con motivo del 50 cumpleaños de su esposa cambió por completo su perspectiva. Allí decidió hacer rafting en aguas bravas con su mujer y su hijo.
Cummings siempre tuvo miedo al agua, aunque no sabía muy bien por qué. A menudo practicaba aguantando la respiración porque creía que algún día le sería útil.
«Me aburría mucho en el colegio y una de las cosas que hacía era aguantar la respiración. Ver cuánto tiempo podía aguantar la respiración y luego intentar batir ese récord. Y siempre pensaba que algún día necesitaría esto», recuerda Cummings.
«Siempre encontraba excusas para no meterme en el agua, porque tenía la sensación de que me iba a ahogar», explica Cummings.
Estuvo a punto de hacerlo aquel día en Costa Rica, cuando la balsa en la que viajaba con su familia volcó. Rebotó en el agua durante un rato, hasta que la corriente lo arrastró hacia abajo.
«Llegó un momento en que me estaba ahogando. Y lo sabía», dice Cummings.
Le sorprendió lo tranquilo que se sentía ante la muerte.
«Pensé en las autopsias que había hecho a gente que se había ahogado. Se supone que es una forma muy tranquila de morir. Y entonces pensé bien: ‘¿Por qué demonios está tardando tanto?».
En el fondo del río, Cummings experimentó algo que la neurociencia probablemente habría llamado una alucinación.
«En ese momento, todo se detuvo y yo estaba al lado de esta enorme roca y todas las burbujas se habían detenido. Moví la mano a través de las burbujas y todas se movieron alrededor de mi mano de una forma muy extraña. Y entonces apareció una luz brillante», dijo.
Entonces sintió «una increíble sensación de amor». Oyó una voz que le hablaba.
«Me emocioné mucho, no porque fuera perturbador, sino porque estaba en ese momento de esa belleza. Y supe que mi familia iba a estar bien. Y la voz me dijo ‘no te necesitan, van a estar bien'», recuerda.
De alguna manera, también sabía que su mujer y su hijo ya habían sido sacados del agua. Realmente estaban bien.
Entonces su cerebro científico entró en la conversación.
«Solo estás hipóxico. Aguanta la respiración. Tienes que batir tu récord. Y en ese momento, la luz se desvaneció», dijo.
Sacaron a Cummings del agua y, lentamente, se dijo a sí mismo que se relajara para poder recuperar el aliento. Esa noche, en su hotel, Cummings, que siempre ha estado pendiente de su ritmo cardíaco, consultó su reloj Apple y descubrió que, mientras estaba bajo el agua, su corazón se había parado.
«Recuerdo que miré mi Apple Watch porque soy una especie de fanático de la salud y estoy obsesionado con mi ritmo cardíaco. Miré mi Apple Watch y tenía ocho minutos de frecuencia cardiaca sin registrar en ese periodo de tiempo», dijo Cummings.
Los dispositivos electrónicos no son cien por cien precisos y registran los latidos a intervalos, pero Cummings cree que en esos ocho minutos hubo un periodo en el que no tuvo latidos.
Tras la experiencia cercana a la muerte, Cummings descubrió que su intensa vida académica ya no era lo que quería.
«Me sentí muy incómodo con mi carrera profesional. Esas cosas ya no eran importantes para mí. He escrito un par de novelas muy malas. Y no podía identificarme con ninguna de esas cosas», dijo Cummings.
Sintiendo que ya no le convenía su vida en Boston, él y su familia se mudaron de nuevo a Maine, donde creció.
La experiencia convirtió a Cummings en un médico más reflexivo. Como patólogo, habló con muchos familiares de fallecidos.
«La pregunta número uno que siempre me han hecho es: ‘¿Sufrieron? Y como médico, siempre dices: ‘No, claro que no’. Pero siempre me he sentido como un mentiroso. Porque no lo sé», dice Cummings.
Y después de su experiencia cercana a la muerte, supo lo que era morir.
«Ojalá pudiera volver a hablar con esa gente y decirles: miren, esto es hermoso. Incluso en estas circunstancias horribles, pero una circunstancia horrible es un segundo. El proceso posterior es increíble. Y no hay de qué preocuparse», comparte Cummings.
En medicina, la muerte es el final. Pero Cummings sentía ahora que la muerte no era algo de lo que hubiera que evitar hablar.
«La hemos hecho tan estéril y la mantenemos detrás de esta cortina. Que no tenemos la oportunidad de experimentar y celebrar realmente la transformación que se está produciendo», afirmó.
Después del incidente, Cummings compartió que no solo cambió su perspectiva sobre su trabajo, sino que «realmente me ayudó a enfrentarme a quién soy como marido y padre, un lugar humano en el planeta».
El cambio de Cummings tras su experiencia cercana a la muerte no es un caso aislado.
El Dr. Bruce Greyson ha investigado a fondo las experiencias cercanas a la muerte (ECM) y sus observaciones le dijeron que estas experiencias suelen mejorar a la persona que las vive.
«El Dr. Greyson ha hecho un seguimiento de los casos a lo largo de décadas y ha descubierto que, en aproximadamente el 95 por ciento de los casos, sigue siendo como si la ECM acabara de ocurrir», declaró el Sr. Greyson a The Epoch Times en 2015.
«En un caso, un hombre era alcohólico y maltrataba a su mujer. Después de una ECM, se convirtió en un buen hombre. No bebía, era bueno con su mujer y ayudaba a los demás. Por ejemplo, corrió a Nueva Orleans para unirse a los esfuerzos tras el huracán Katrina», describió el Dr. Greyson.
Únase a nuestro canal de Telegram para recibir las últimas noticias al instante haciendo click aquí
Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando
¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.
