La inmigración masiva expone el suministro de alimentos de Estados Unidos a enfermedades y parásitos que, en última instancia, podrían afectar a la seguridad nacional, según explicaron expertos en sanidad animal a The Epoch Times.
Con la inmigración ilegal sin restricciones —unos 9 millones de encuentros desde 2021— se ignoraron las barreras normales de inspección, lo que aumenta la probabilidad de que se introduzcan enfermedades no deseadas a través de la frontera.
El Dr. Michael Vickers es veterinario desde hace unos 50 años y ha formado parte de la Comisión de Salud Animal de Texas (TAHC).
La amenaza para el suministro de alimentos ya es evidente por los casos pasados de tuberculosis (TB) transmitida de inmigrantes ilegales a vacas lecheras en Texas, dijo.
Crece la preocupación de que sea solo cuestión de tiempo que la agricultura estadounidense experimente un nuevo desastre a gran escala, dijo el Dr. Vickers.
«Esta gente está destruyendo nuestro país. Y nuestro suministro de alimentos va a ser un verdadero problema crítico», declaró a The Epoch Times.
En los últimos años, miles de reses de Texas han sido sacrificadas tras infectarse de tuberculosis farmacorresistente por contacto con extranjeros ilegales que acaban trabajando en lecherías, según el Dr. Vickers.
Recordó dos casos distintos de rebaños lecheros infectados por cepas humanas de tuberculosis en el Panhandle de Texas. Ciertas cepas de tuberculosis son zoonóticas, lo que significa que pueden propagarse entre humanos y animales.
Un rebaño de Texas de alrededor de 10,000 vacas se vio afectado en el condado de Castro en 2015, y otro de 13,000 se vio afectado en el condado de Sherman en 2019, según los registros de TAHC.
Los investigadores descubrieron que las cepas humanas se habían originado fuera de Estados Unidos.
«La mayoría de los rebaños lecheros de Estados Unidos son ordeñados en realidad por personas procedentes de América Central y otros lugares», dijo el Dr. Vickers.
El Departamento de Agricultura (USDA) compró el rebaño del condado de Castro y lo sacrificó, dijo. El rebaño del condado de Sherman, formado por vacas ecológicas de precio más elevado, siguió siendo sometido a pruebas de tuberculosis y los animales infectados fueron retirados del rebaño.
El Dr. Vickers dijo que se enteró de que 12 inmigrantes ilegales que trabajaban con esos rebaños lecheros estaban infectados de tuberculosis.
Según Ammon Blair, defensor de la seguridad fronteriza en la Fundación de Políticas Públicas de Texas y exagente de la Patrulla Fronteriza, las normas destinadas a mantener fuera de Estados Unidos a las personas portadoras de enfermedades se han dejado de lado bajo la administración Biden.
«En realidad, estamos liberando masivamente en Estados Unidos a personas que podrían ser portadoras de múltiples enfermedades y que ni siquiera son controladas», declaró a The Epoch Times.
Por primera vez en un cuarto de siglo, el gusano barrenador del ganado está resurgiendo en Centroamérica, una región por la que pasan muchos inmigrantes de camino a la frontera estadounidense.
El Dr. Vickers teme que el gusano barrenador vuelva a entrar en Estados Unidos.
Susan Kibbe, directora ejecutiva de la Asociación de Derechos de Propiedad de los Tejanos del Sur, dice que tiene edad suficiente para recordar el brote de gusano barrenador cuando era adolescente en Texas. Recuerda haber tenido que raspar gusanos barrenador de los ombligos de terneros recién nacidos.
«Fue devastador», afirmó.
Kibbe declaró a The Epoch Times que le preocupan las enfermedades que la inmigración ilegal masiva de Sudamérica está introduciendo en Texas a través del paso del Darién, en Panamá, hacia Centroamérica.
Afirmó que un brote de fiebre por garrapatas ya ha llevado a algunos ganaderos a la quiebra y que cualquier nuevo brote de enfermedad o parásito podría llevar a más ganaderos a la quiebra financiera y poner en peligro la seguridad alimentaria.
Los condados de Texas fronterizos con México ya están bajo cuarentena por la presencia de fiebre por garrapatas, para impedir que se propaguen al ganado y a los ciervos del estado.
Las garrapatas pueden ser portadoras de un parásito que causa la babesiosis, una enfermedad parecida a la malaria que puede diezmar un rebaño.
«Necesitamos ser independientes desde el punto de vista alimentario y energético, y no depender de otros países que no velan por nuestros intereses. Se trata de un gran problema», afirmó Kibbe.
Desastre en Centroamérica
Costa Rica declaró una emergencia de gusano barrenador del tornillo en febrero después de reportar su primer caso en julio de 2023, según el Servicio Agrícola Exterior del USDA.
La autoridad de sanidad animal de Costa Rica, SENASA, informó del caso en la región de Corredores, en el suroeste del país, cerca del paso fronterizo panameño de Paso Canoas.
El USDA declaró que, a pesar de la suelta aérea semanal de casi 15 millones de moscas estériles, Costa Rica no ha podido detener el avance de la plaga, lo que supone un riesgo cada vez mayor no solo para el ganado vacuno y lechero costarricense, sino también para los animales salvajes, los animales domésticos y los seres humanos.
Ello motivó la declaración de emergencia, que dará acceso a recursos financieros adicionales que el SENASA necesita para intensificar su campaña de erradicación del gusano barrenador del ganado en Costa Rica, según el USDA. La agencia también impuso requisitos adicionales a los animales vivos que entran en Estados Unidos procedentes de Costa Rica.
Sin embargo, las larvas podrían llegar a Estados Unidos en las personas, en el equipaje o en las mochilas, dijo el Dr. Vickers.
TAHC dijo que solo hay precauciones generales para las enfermedades que pueden propagarse entre los seres humanos y los animales actualmente en Texas; no hay uno específicamente para gusanos barrenador.
Si bien el clima actual es coherente con un aumento de las enfermedades transmitidas por vectores, solo hay una «alerta» general en cuanto a la vigilancia de las enfermedades transmitidas por vectores en general», declaró el TAHC en un correo electrónico a The Epoch Times.
Las infestaciones por gusanos barrenadores comienzan cuando una mosca hembra pone huevos en una herida o en las membranas mucosas de un mamífero, incluido el ser humano.
Las moscas se sienten atraídas por el olor de una herida u orificios, como los ojos y la nariz, según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos.
Heridas tan leves como una picadura de garrapata pueden atraer a una hembra para alimentarse. Una sola hembra puede producir unos 3000 huevos durante sus 30 días de vida.
Los huevos eclosionan en larvas, o gusanos, que se introducen en la carne de los animales y se los comen vivos.
El Dr. Vickers recuerda haber tratado ganado en Texas terriblemente mutilado por un brote de gusanos barrenadores en los años setenta.
«Incluso hubo personas en residencias de ancianos que murieron a causa de los gusanos, ya que las larvas se les introdujeron en las fosas nasales y migraron hasta el cerebro», recordó.
En general, fue un golpe económico para la industria ganadera de Texas, dijo el Dr. Vickers.
Por suerte, el USDA ideó una forma de erradicar las moscas liberando moscas estériles para que se apareasen con las silvestres, aunque eso no impidió un brote en 2016 en Florida ni el brote actual en Costa Rica.
La larva del gusano barrenador se encontraron en el ciervo de los Cayos de Florida, especie en peligro de extinción. Se soltaron más de 2.7 millones de moscas estériles procedentes de Panamá, donde se crían con ayuda de Estados Unidos, para que pulularan por el archipiélago y acabaran con la infestación de gusanos barrenadores, y el brote se contuvo en pocos meses.
La Comisión Panameño-Estadounidense para la Erradicación y la Prevención del Gusano Barrenador del Ganado (COPEG) se creó en 1994 para liberar las moscas en Centroamérica e impedir que llegaran a Norteamérica.
El USDA no respondió a un correo electrónico en busca de comentarios sobre la posibilidad de otra infestación de gusanos barrenadores procedentes de América Central.
La Texas & Southwestern Cattle Raisers Association remitió los comentarios a la TAHC.
Enfermos en la frontera
El presidente Joe Biden anuló la política de «Permanecer en México» del anterior presidente Donald Trump, en virtud de la cual los solicitantes de asilo permanecían en México a la espera de que se resolviera su caso ante la corte de inmigración. En su lugar, la mayoría son liberados directamente en Estados Unidos.
Ello ha permitido la importación al por mayor de enfermedades que pueden padecer los inmigrantes ilegales.
Los controles sanitarios en la frontera consisten en preguntar a los inmigrantes ilegales si están enfermos o embarazadas, explicó el Sr. Blair.
Una enfermera les pedirá que se levanten la camisa y observará para ver si hay algún signo de enfermedad cutánea, dijo.
«Esa es la única revisión que se les hace», dijo el Sr. Blair.
Además de la tuberculosis, se han dado casos de inmigrantes ilegales que han traído varicela, paperas, sarampión, lepra, COVID-19 y enfermedades de transmisión sexual.
Sin embargo, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), los inmigrantes legales y los refugiados están obligados a someterse a un reconocimiento médico para emigrar a Estados Unidos cuando aún se encuentran en el extranjero.
Los CDC informan que a los solicitantes de inmigración con enfermedades transmisibles no se les permite la entrada en Estados Unidos, pero sin exámenes para los inmigrantes ilegales en la frontera, no hay forma de hacer cumplir la medida.
Los procedimientos de Aduanas y Protección de Fronteras para los ciudadanos estadounidenses que regresan a su país desde el extranjero también exigen que rellenen el formulario de declaración 6059B.
El formulario proporciona información básica al gobierno federal sobre qué productos agrícolas y de la fauna silvestre traen los viajeros al país y si han visitado una granja antes de entrar en Estados Unidos.
El Sr. Blair dijo que las enfermedades traídas por la migración masiva son una bomba de tiempo para el suministro de alimentos de Estados Unidos.
«Por desgracia, muchos no ven la seguridad alimentaria [o] la soberanía como seguridad nacional», dijo. «Esto va a ser un problema masivo».
Las grandes explotaciones agrícolas son conocidas por contratar inmigrantes ilegales como mano de obra barata, según Blair.
Al Dr. Vickers le preocupa que un brote de enfermedades o parásitos a gran escala erosione aún más el suministro nacional de alimentos. Dijo que el número de cabezas de ganado en todo el país ya está en su punto más bajo en 75 años.
Muchos agricultores están quebrando debido al elevado coste de producción. Para llegar a fin de mes, algunos están instalando paneles solares en campos que antes se utilizaban para cultivar alimentos, explicó el Dr. Vickers.
El Censo de Agricultura de 2022 del Departamento de Agricultura muestra que Estados Unidos perdió casi 107,000 granjas y ranchos de ganado vacuno durante el quinquenio anterior.
Esto supone una pérdida de 21,000 cabezas de ganado al año, lo que se traduce en el menor rebaño nacional de vacas de carne en décadas, y menos alimentos disponibles para los estadounidenses.
El Dr. Vickers dijo que no cree que sea una coincidencia que haya menos producción de alimentos bajo la administración Biden, que culpa a la agricultura del calentamiento global y apoya la carne cultivada en laboratorio por la misma razón.
«Esta administración no quiere que comamos ganado. Quieren que comamos insectos», afirmó.
La posición de la administración sobre la agricultura fue destacada recientemente por el enviado del presidente Biden para el clima, John Kerry.
«No podemos llegar a cero emisiones netas, no conseguiremos hacer este trabajo, a menos que la agricultura esté al frente y en el centro como parte de la solución», dijo en la Cumbre 2023 de AIM for Climate en Washington.
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