Recientemente, se produjo un brote epidémico repentino de COVID-19 en Ruili, provincia de Yunnan, China. Para muchos, el brote puede no ser sorprendente. La pandemia está resurgiendo en todo el mundo y en China continental el Partido Comunista Chino (PCCh) ya no puede mantener la afirmación de que la está manejando bien. Es solo cuestión de tiempo que el pueblo chino descubra las mentiras del PCCh. La clave es que el pueblo chino no sabrá con certeza cuán grande es el riesgo para ellos.
El resurgimiento de la pandemia coincide con la reciente publicación de un informe sobre el origen del virus realizado por un equipo de expertos de la OMS que viajó a China, lo que suscitó aún más preocupación. Este informe está avalado por el PCCh, y las conclusiones tienen poco valor, ya que los países de todo el mundo deberían haberlo sabido mucho antes. Lo que el PCCh quiere es descartar la posibilidad de que el virus proceda de uno de sus laboratorios y blanquear los orígenes del virus, lo que naturalmente dará lugar a preguntas de otros países.
Ante el escepticismo internacional, el PCCh, por un lado, lo niega enérgicamente y, por otro, ordena a sus expertos adoctrinados que den explicaciones para intentar disipar las acusaciones, sin darse cuenta de que las vagas y ambivalentes explicaciones de los expertos han dejado al descubierto muchos secretos del PCCh que antes eran tabú. He aquí algunos de estos secretos revelados en una conferencia de prensa de expertos el 31 de marzo.
Incapaces de encontrar el origen del virus fuera del laboratorio
El 31 de marzo, el PCCh celebró una rueda de prensa de expertos chinos, que forman parte del equipo internacional conjunto de la OMS compuesto por expertos de varios países para rastrear el origen del virus.
Entre los oradores presentes se encontraban Liang Wannian, jefe de grupo del equipo conjunto de expertos de la OMS en China; Feng Zijian, subdirector del Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CCDC) del PCCh y jefe del grupo chino de epidemiología del equipo conjunto de expertos de la OMS; Tong Yigang, jefe del grupo chino de animales y medio ambiente; y Yang Yungui, jefe del grupo chino de epidemiología molecular y bioinformática. Liang fue el orador principal de la conferencia de prensa.
Una vez más, el PCCh dejó claro a la comunidad internacional que la anterior visita de expertos de la OMS a China no fue una investigación sobre el origen del virus, sino solo un estudio conjunto. El PCCh tiene sus propios líderes en cada grupo, que controlaron estrechamente el alcance y la profundidad del estudio, haciéndolo de poco significado fáctico.
«Se identificaron coronavirus con una alta similitud de secuencia genética con el nuevo coronavirus en murciélagos y pangolines, pero la similitud no es suficiente para convertirlos en ancestros directos del nuevo coronavirus», dijo Liang en la conferencia de prensa, añadiendo que los animales como el visón y los gatos son muy susceptibles al virus del PCCh, comúnmente conocido como el nuevo coronavirus, lo que sugiere que los murciélagos, los pangolines, las mofetas, los felinos y otras especies podrían ser potenciales huéspedes naturales.
El PCCh siempre negó que el virus procediera de un laboratorio, y afirmó engañosamente que procedía del mercado de mariscos de Wuhan Huanan. Sin embargo, hasta ahora no se encontró ninguna prueba que demuestre que el virus procede de los animales, lo que equivale a la revelación de sus mentiras anteriores.
Dicho esto, Liang sigue sin renunciar a la declaración inicial del PCCh al afirmar que «el mercado de mariscos de Huanan es uno de los puntos de los brotes de la epidemia, pero al mismo tiempo la propagación puede haberse producido también en otras partes de Wuhan».
Liang dijo que las muestras recogidas en el mercado mostraron contaminación ambiental por el virus del PCCh, y que las muestras recogidas en los puestos de mariscos eran más evidentes de esta contaminación. Indicó que existía la posibilidad de que el virus se hubiera introducido a través de productos contaminados de la cadena de frío, de animales o de productos animales de una persona infectada. Sin embargo, agregó que en las pruebas a gran escala de los productos animales en el mercado no se encontró ningún resultado positivo, y que no habían realizado ninguna prueba pertinente en los productos de la cadena de frío.
Clasificó las posibles vías de transmisión en cinco niveles, desde muy probable hasta extremadamente improbable. Mencionó tres vías probables de transmisión zoonótica, que son la transmisión directa de los animales a los humanos, la transmisión de los murciélagos a los humanos a través de un huésped intermedio y la introducción a través de la cadena de frío y los productos de la cadena alimentaria. La vía extremadamente improbable, según Liang, es la del laboratorio.
Tampoco explicó la razón de la extrema improbabilidad del laboratorio y no aportó ninguna prueba de que el virus se transmita a través de los animales o de los alimentos de la cadena de frío. Esto solo demuestra que, o bien los miembros de los grupos de expertos no son lo suficientemente profesionales, o bien que no hicieron realmente suficientes comprobaciones, ya que les resultó difícil acceder a una gran cantidad de datos, por lo que no fueron capaces de sacar una conclusión.
Con estos resultados de la investigación, no es de extrañar que el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, tenga miedo de hablar en favor del PCCh. El director dijo que Beijing había ocultado datos al equipo de investigación internacional tras la publicación del estudio conjunto China-OMS sobre los orígenes del virus del PCCh.
Liang no fue capaz de presentar una conclusión profesional, y traicionó su credibilidad profesional al plegarse a las conclusiones políticas del PCCh y negar precipitadamente el origen de la filtración del laboratorio. Además llegó a sugerir que, para futuros estudios, los científicos deben pensar en un contexto más amplio y que, para rastrear el origen del virus, es necesario realizar investigaciones globales en varios países al mismo tiempo. También sugirió que los estudios pertinentes en varios países se realicen de forma más diversificada para buscar posibles especies animales que puedan convertirse en huéspedes del virus.
Con Liang negando la posibilidad de la filtración del virus en el laboratorio y eludiendo la responsabilidad ante el mundo de manera encubierta, ¿quieren los expertos de todo el mundo trabajar con una persona así y confiar en ella?
La población solo supo más sobre el origen del virus después de las explicaciones de Liang en la conferencia de prensa.
Durante más de un año, el PCCh no fue capaz de proporcionar ninguna prueba que apoye sus afirmaciones de que el virus se originó en los animales o en los productos de la cadena de frío. Su negación pública de que el virus provenga del laboratorio solo sirve para aumentar la sospecha de la población de que el virus sí provino del laboratorio.
Reconocimiento de la transmisión del virus a gran escala en diciembre de 2019
Liang admitió que en diciembre de 2019 se produjo cierta propagación considerable del nuevo coronavirus entre la población general de Wuhan, y que el primer caso identificado apareció el 8 de diciembre, y el primer caso asociado al mercado de marisco de Huanan el 12 de diciembre. Además dijo que la mayoría de los casos se concentraron en la segunda mitad de diciembre de 2019.
Esta es la primera vez que un experto del PCCh admite públicamente que el momento del brote fue en diciembre de 2019, retrasando oficialmente un mes el calendario de la pandemia, encubierto deliberadamente por el PCCh, de enero de 2020 a diciembre de 2019.
El Dr. Peter Ben Embarek, jefe del equipo de investigación de la OMS enviado a Wuhan, dijo a CNN que a su equipo se le presentó información de 174 casos en Wuhan y sus alrededores en diciembre de 2019, lo que sugiere que pudo haber hasta 1000 casos infectados en Wuhan en diciembre.
«De la población infectada, alrededor del 15 por ciento terminan siendo casos graves, y la gran mayoría son casos leves», dijo Embarek.
Embarek añadió que, a partir de las muestras que habían obtenido, se encontraron 13 secuencias genéticas diferentes del virus PCCh en Wuhan y que algunas de las variantes no procedían de los mercados.
Destrucción de un gran número de muestras
Según Liang, muchas muestras biológicas de productos y de ambiente en Wuhan no se conservaron, ya que el brote se produjo hace más de un año y en los primeros días no se conocía la enfermedad ni el virus.
Lo dicho parece ser eco de anteriores afirmaciones de que el PCCh destruyó un gran número de muestras para ocultar el virus al público. La destrucción de pruebas por parte del PCCh suscitó, sin duda, sospechas sobre el verdadero origen del virus. Si el virus procede realmente de los animales y de los alimentos de la cadena de frío, ¿la conservación de estas muestras no aportaría más pruebas? ¿Cómo podría el PCCh insistir en hacer lo contrario para eliminar el cuestionamiento del mundo exterior?
«Por otro lado, esta es una investigación retrospectiva y puede haber algunas discrepancias o desviaciones en la memoria de la gente en ese momento», dijo Liang.
Las palabras de Liang no pudieron convencer ni siquiera al público en general. ¿Cómo puede llamarse experto si destruye las pruebas y luego pide a las personas en cuestión que las recuerden? El PCCh impidió repetidamente la entrada de expertos internacionales en China, lo que retrasó gravemente la investigación científica, pero ahora echa la culpa a la memoria de las personas relevantes.
Cuando se le preguntó sobre las acusaciones de que el PCCh no proporcionó datos brutos al equipo de expertos internacionales, respondió: «Estas suposiciones y acusaciones son insostenibles».
«Por supuesto, algunos datos, según la ley china, no pueden ser retirados o fotografiados», dijo a continuación.
De este modo, esto confirma que los expertos de la OMS no vieron todos los datos y que no pudieron copiarlos ni llevarlos.
«Difícilmente se puede imaginar que nuestros expertos, al llegar al lugar, lean uno por uno cada caso individual y cada muestra de animales a partir de los registros originales tomados en una etapa temprana», añadió. «Esto no es realista y no es necesario en la investigación científica».
El propio Liang negó la exhaustividad de los datos y la idoneidad de la investigación. «A partir de las condiciones actuales, estamos tratando de recoger todo lo que deberíamos recoger. Por supuesto, hay que admitir que nunca es posible decir que se recogió el 100 por ciento de los datos». También dijo que «toda nuestra conclusión se basa en los datos que ya tenemos».
A lo cual añadió que hay que esforzarse por localizar el origen del virus, indicando sin embargo que «si no somos capaces de lograr el objetivo en nuestra generación, aún nos queda la siguiente, y si no en la siguiente, en la de nuestros nietos. Algún día lo conseguiremos».
En resumen, dejó la tarea de rastrear el origen del virus del PCCh a sus hijos y nietos. Esto demuestra que el PCCh no tiene ninguna intención de rastrear el verdadero origen del virus, ni tiene la menor intención de cooperar con la comunidad internacional. La supuesta prevención conjunta internacional de la pandemia prometida por el PCCh es una mentira. El PCCh creó una catástrofe, pero ha eludido su responsabilidad. Todos los demás países tienen que examinar detenidamente esta cuestión.
«El [caso más temprano encontrado según] el estudio actual es [el] del 8 de diciembre, pero este caso, aunque se haya encontrado como el más temprano, no significa necesariamente que sea el paciente cero que hemos estado rastreando», dijo Linag.
A continuación no se atrevió a admitir que pudieran haber casos aún más tempranos, pero sí admitió que no había encontrado el «paciente cero», ni tampoco un huésped de origen animal.
Las explicaciones de los expertos chinos en la conferencia revelaron su verdadera profesionalidad y los muchos secretos del PCCh.
Zhong Yuan es un investigador centrado en el sistema político de China, el proceso de democratización del país, la situación de los derechos humanos y la vida de los ciudadanos chinos. Comenzó a escribir comentarios para la edición en chino de The Epoch Times en 2020.
Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no reflejan necesariamente las de The Epoch Times.
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