Las exportaciones de China cayeron casi un 5 por ciento en 2023 al disminuir la demanda de los países occidentales durante el año pasado, con Estados Unidos a la cabeza con un descenso del 13 por ciento.
Las exportaciones de China para 2023 ascendieron a un total de 3,38 billones de dólares, lo que supone un descenso del 4,6 por ciento en comparación con el año anterior, según datos de las aduanas chinas citados por los medios de comunicación. El descenso del 4,6 por ciento se produce después de que las exportaciones aumentaran un 7 por ciento en 2022. Beijing registró una caída de las exportaciones por última vez en 2016, cuando disminuyeron un 7,7 por ciento. Los envíos chinos crecieron durante la pandemia de COVID-19, ya que los consumidores de las naciones occidentales derrocharon bajo bloqueo. Pero a medida que la demanda de Estados Unidos y Europa disminuyó el año pasado debido al aumento de los tasas de interés, las exportaciones chinas se enfriaron.
Las exportaciones de Beijing a Estados Unidos registraron el mayor descenso, con una caída del 13 por ciento en 2023. También cayeron las exportaciones al Sudeste Asiático y a la Unión Europea. Una notable excepción a la tendencia fue Rusia, donde las exportaciones chinas se dispararon un 47 por ciento.
El descenso de las exportaciones estuvo liderado por una caída de dos dígitos en las materias primas, incluidos el aluminio y las tierras raras. Las exportaciones de automóviles y piezas de recambio aumentaron un 27 por ciento.
«La recuperación económica mundial ha sido débil en el último año», declaró Lyu Daliang, portavoz de la Administración General de Aduanas, durante una rueda de prensa celebrada el viernes en Beijing, según la CNN. «La atonía de la demanda exterior afectó a las exportaciones chinas».
Prevé que las exportaciones chinas sigan afrontando «dificultades» en medio de la débil demanda mundial este año. Además, «el proteccionismo y el unilateralismo» también afectarán negativamente a las exportaciones.
Las exportaciones experimentaron un aumento del 2,3 por ciento en diciembre del 2023, debido sobre todo a la mayor demanda de automóviles y autopartes. Sin embargo, los analistas no ven que este impulso positivo dure mucho tiempo, ya que el crecimiento fue impulsado por los descuentos de los exportadores que buscan ganar cuota de mercado.
«Sin el apoyo de los recortes de precios, a los exportadores les resultará más difícil compartir el retroceso post-pandémico en la demanda mundial de bienes», dijo Julian Evan-Pritchard, jefe de Economía de China en la firma de investigación del Reino Unido Capital Economics, a Nikkei Asia.
Las cifras positivas de las exportaciones de diciembre del 2023 se comparan con las de hace un año, cuando las exportaciones de China se desplomaron debido al aumento de las infecciones por COVID-19 en todo el país. Como tal, las cifras de exportación más bajas de diciembre de 2022 contribuyeron a hacer que los datos más recientes de diciembre parezcan más fuertes.
«De cara al 2024, la complejidad, la gravedad y la incertidumbre del entorno exterior van en aumento. Para seguir promoviendo un crecimiento estable del comercio exterior, es preciso superar algunas dificultades y realizar más esfuerzos», declaró Wang Lingjun, subdirector de la Administración General de Aduanas, según South China Morning Post.
La difícil economía china
La caída de las exportaciones se produce en un momento en que la economía china atraviesa dificultades. Durante el discurso de Año Nuevo de este año, el líder del Partido Comunista Chino, Xi Jinping, admitió que «algunas empresas lo pasaron mal» y que «algunas personas tuvieron dificultades para encontrar trabajo y cubrir sus necesidades básicas».
Antes de la pandemia, el PIB chino crecía entre un 6 y un 7 por ciento. El crecimiento cayó al 2,24 por ciento en 2020 y se recuperó hasta el 8,45 por ciento en 2021. Sin embargo, el PIB descendió al 2,99 por ciento en 2022.
Aunque se estima que China habrá crecido en torno al 5 por ciento en 2023, su sector manufacturero se desaceleró. En diciembre, el índice de gestores de compras (PMI) de China se contrajo por tercer mes consecutivo.
«La ralentización del crecimiento económico en China y la evolución de la respuesta política del gobierno seguirán generando vientos en contra para el rendimiento en 2024 en varios sectores en toda China», dijo Lan Wang, director senior de Fitch Ratings, en una nota reciente.
«Y, si bien el gobierno chino indicó recientemente que las medidas políticas del próximo año priorizarán el desarrollo, la eficacia de las medidas será decisiva para frenar los riesgos a la baja del crecimiento económico, que Fitch Ratings prevé que se desacelerará al 4,6 por ciento en 2024 desde el 5,3 por ciento en 2023».
En un comunicado de prensa del 14 de diciembre, el Banco Mundial señaló que, aunque la actividad económica de China repuntó en 2023, sus resultados económicos estuvieron «marcados por la volatilidad, las continuas presiones deflacionistas y una confianza del consumidor aún débil». Prevé que el crecimiento del PIB se ralentice hasta el 4,5 por ciento este año.
«Las perspectivas se ven ensombrecidas por la persistente debilidad del sector inmobiliario y la escasa demanda mundial a corto plazo, así como por los obstáculos estructurales al crecimiento, como los elevados niveles de deuda, el envejecimiento de la población y un crecimiento de la productividad más lento que en el pasado», declaró el Banco Mundial.
«Las perspectivas económicas se enfrentan a riesgos significativos. La desaceleración del sector inmobiliario puede prolongarse más allá de las expectativas iniciales, afectando a la confianza de los consumidores y al gasto. Esto, a su vez, podría ejercer presión sobre los proveedores, los acreedores y los ingresos de los gobiernos locales, y provocar una disminución de la inversión pública».
Además, la economía china también es vulnerable a las crecientes tensiones geoeconómicas y a la menor demanda mundial.
China también se enfrenta a presiones deflacionistas, y su inflación de noviembre registró la mayor caída en tres años. Además, la inflación de los precios de producción ha sido negativa durante más de un año.
Si los precios siguen bajando, supondrá una grave amenaza para la economía china, ya que las empresas evitarán invertir por temor a más caídas de precios en el futuro. Si China se ve atrapada en una espiral deflacionista, los salarios bajarán y aumentará el desempleo.
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