El ejército de EE. UU. debe priorizar por completo negar al régimen comunista chino la capacidad de apoderarse de Taiwán o, de lo contrario, arriesgar sus propios intereses fundamentales, según un nuevo informe de un exfuncionario de defensa.
El Partido Comunista Chino (PCCh), que controla a China como un estado de partido único, buscaría desplazar aún más a Estados Unidos si se le permitiera conquistar Taiwán, escribió el exsecretario de Defensa interino Christopher Miller.
“Por mucho, el peligro más importante para la seguridad, las libertades y la prosperidad de los estadounidenses es China”, dice Miller en un nuevo informe.
“Si China pudiera subordinar a Taiwán o a aliados [de EE. UU.] como Filipinas, Corea del Sur y Japón, podría romper cualquier coalición de equilibrio diseñada para impedir la hegemonía de Beijing sobre Asia”.
Priorizar la negación
El informe de Miller aparece en el 2025 Mandate for Leadership, una amplia serie de propuestas políticas publicadas por la Heritage Foundation, un grupo conservador de expertos.
En él, Miller afirma que los esfuerzos del PCCh por someter y subordinar a sus vecinos en Asia son solo el punto de partida de una campaña mundial para socavar y desplazar a Estados Unidos, así como el orden internacional basado en normas.
Impedir activamente que ese resultado se haga realidad debería ser la principal prioridad del ejército estadounidense, afirma.
“[China] aparentemente aspira a dominar Asia y luego, desde esa posición, llegar a ser preeminente a nivel mundial”, dice Miller.
“Si Beijing pudiera lograr este objetivo, podría socavar drásticamente los intereses centrales de Estados Unidos, e incluso restringiendo su acceso al mercado más importante del mundo. Evitar que esto ocurra debe ser la máxima prioridad de la política exterior y de defensa estadounidense».
En consecuencia, Miller cree que la principal prioridad militar debe ser negar a China el acceso a la primera cadena de islas, el archipiélago que se extiende desde Japón hasta Indonesia y se interpone entre China y el Pacífico abierto.
Para «dar prioridad a una defensa de negación frente a China», Miller afirma que «todos los esfuerzos de defensa de Estados Unidos, desde la planificación de fuerzas hasta el empleo y la postura» deben reorientarse para hacer frente al régimen antes de considerar cualquier otra cuestión.
Esto significa asignar los recursos necesarios para derrotar tal invasión «antes de asignar recursos a otras misiones, como luchar simultáneamente en otro conflicto».
Estados Unidos debe adoptar la guerra irregular
Esto también significa adoptar formas de guerra no cinéticas con las que Estados Unidos, en la actualidad, no parece estar listo para comprometerse cuando se enfrente a China. Principalmente el uso activo de la guerra irregular y esfuerzos económicos y diplomáticos más serios para paralizar la creciente influencia del régimen en todo el mundo.
Un objetivo clave en el esfuerzo, según Miller, debería ser el proyecto de desarrollo económico global del PCCh conocido como la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI).
Para preservar los intereses estadounidenses, Miller considera que, la nación debe “hacer de la guerra irregular una piedra angular de la estrategia de seguridad” y trabajar activamente para contrarrestar la BRI a escala mundial mediante el uso de fuerzas especiales e instrumentos no militares de poder nacional para erosionar la influencia del PCCh en naciones en las que ha comenzado a infiltrarse.
Asegurar la continua preeminencia de Estados Unidos sobre China en el exterior, especialmente con las naciones aliadas a las que Estados Unidos compra energía, es un tema vital, dijo Miller.
Con ese fin, el informe refleja algunos comentarios similares que hizo Miller durante una platica el 4 de abril con el Instituto Cato, un grupo libertario de expertos.
“Creo que con la amenaza china, la forma de abordarla es un enfoque muy sutil e indirecto…la guerra irregular”, dijo Miller en ese momento.
“No podemos apostar todo en una sola cosa. Necesitamos tener una amplia gama de capacidades”.
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