Un funcionario de la Administración Federal de Aviación dijo el miércoles que la agencia tiene 16 casos de cumplimiento pendientes contra Boeing, la mitad de los cuales se abrieron desde que el tapón de la puerta de un 737 Max estalló en pleno vuelo.
El aumento de casos se dio a conocer el miércoles durante una audiencia de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte sobre el accidente, que ocurrió durante un vuelo de Alaska Airlines el 5 de enero.
Brian Knaup, que ayuda a gestionar la supervisión de Boeing por parte de la FAA, dijo que uno de los casos abiertos se refiere a la retirada de piezas ya instaladas en aviones en producción.
Al parecer, eso fue lo que provocó el error que condujo al accidente de Alaska Airlines: Los pernos que se retiraron para abrir el tapón de la puerta para los trabajadores de mantenimiento, no se volvieron a colocar cuando se cerró el panel y el avión salió de una fábrica de Boeing cerca de Seattle.
El comentario de Knaup se produjo casi al final de una audiencia de dos días que incluyó un debate sobre el deficiente seguimiento por parte de Boeing de los trabajos de remocion de piezas. La empresa no documentó quién abrió el tapón de la puerta y nunca se encontraron los tornillos que faltaban.
Otro funcionario de la FAA que supervisa Boeing, Bryan Kilgroe, dijo que no le deja dormir por las noches preguntándose «especialmente teniendo en cuenta todo lo que ocurrió desde el 5 de enero, ¿por qué es tan difícil mantener una acción correctiva a largo plazo?».
Boeing dijo que no tenía comentarios.
La junta de seguridad dio a conocer el testimonio de empleados de Boeing que afirmaron fueron presionados para construir los aviones con demasiada rapidez y no plantear problemas de seguridad.
La presidenta de la NTSB, Jennifer Homendy, citó a dos empleados que trabajaban en las puertas del avión donde se ensamblaba el avión de Alaska Airlines y afirmaron que fueron trasladados a otras áreas — «la prisión de Boeing» y «una jaula»— después de la explosión del tapón de la puerta.
«¿Qué tipo de impresión da a sus empleados el hecho de marginarlos? Es una represalia», dijo Homendy. Agregó
que «marginar» a los dos trabajadores va en contra de la política de Boeing, que consiste en no tomar represalias contra los trabajadores por errores involuntarios.
Homendy dijo que la NTSB hará una encuesta a los trabajadores de la fábrica de Boeing en Renton, Washington, donde se produjo el avión de Alaska Airlines, sobre la cultura de seguridad de la empresa.
Representantes de Boeing y del proveedor clave Spirit AeroSystems describieron sus «sistemas de gestión de la seguridad», que animan a los empleados a notificar voluntariamente los problemas de seguridad sin temor a ser sancionados. Los responsables de Boeing promocionaron su programa «Speak Up» para informar sobre problemas de calidad y seguridad.
Sin embargo, el presidente del sindicato local de maquinistas dijo que Boeing suele ignorar los problemas de seguridad planteados por el sindicato hasta que presenta una queja ante los reguladores federales.
«Realmente suena muy bien», dijo el funcionario, Lloyd Catlin, sobre el plan de seguridad de Boeing. «En acción en la fábrica, no lo es».
La FAA fue criticada rotundamente por la regulación laxa de Boeing desde que dos accidentes mortales de Max en 2018 y 2019 mataron a 346 personas. Esas acusaciones cobraron un nuevo impulso después del accidente de Alaska Airlines.
El nuevo jefe de la agencia, Mike Whitaker, dijo al Congreso en junio que la supervisión de la FAA «era demasiado indiferente», pero está mejorando. Knaup, un directivo de la FAA con sede en California dijo que las inspecciones aumentaron desde la explosión.
Los inspectores de seguridad de la FAA «pueden hablar con cualquiera que esté en la planta (de Boeing) en cualquier momento cuando realizan una auditoría, y nosotros lo hacemos», dijo a la NTSB.
Los tapones de las puertas se instalan en algunos 737 para sellar un hueco dejado para una salida adicional que no era necesaria en el avión de Alaska. El tapón del avión de Alaska se abrió en una fábrica de Boeing para que los trabajadores pudieran reparar los remaches dañados, pero los pernos que ayudan a asegurar el panel no se sustituyeron cuando se cerró el tapón.
El accidente del vuelo 1282 de Alaska Airlines se produjo minutos después de despegar de Portland, Oregón, el 5 de enero. La explosión dejó un agujero en el avión, las máscaras de oxígeno se cayeron y la puerta de la cabina salió volando. Milagrosamente no hubo heridos graves, y los pilotos pudieron regresar a Portland y aterrizar el avión sanos y salvos.
Un responsable de Boeing declaró el martes que la empresa está rediseñando los tapones de las puertas para que no puedan cerrarse hasta que estén bien sujetos. Elizabeth Lund, que fue nombrada vicepresidenta senior de calidad de Boeing poco después de la explosión, dijo que la compañía espera completar la reparación en el plazo de un año, y que los 737 que ya están en servicio serán adaptados.
Por David Koenig
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