El director de teatro y maestro de actores argentino Agustín Alezzo, referente de la escena local, falleció este jueves a los 84 años por el virus del PCCh, comúnmente conocido como nuevo coronavirus, en Buenos Aires, informó el empresario teatral Carlos Rottemberg, cercano al artista.
Alezzo había ingresado el 1 de junio en una clínica privada de la capital argentina con un cuadro de neumonía grave por COVID-19 y estuvo más de un mes internado, gran parte en la unidad de terapia intensiva, en el que había evolucionado su enfermedad respiratoria pero su estado general se debilitó y murió hoy de un paro cardíaco, según la parte médica del sanatorio.
A lo largo de una extensa carrera, el artista se destacó como actor, director de teatro, productor y desde los años 60 como maestro de varias generaciones de actores en su escuela El Duende, entre ellos Leonardo Sbaraglia, Federico Luppi, Julio Chávez y Oscar Martínez, entre otros.
Alezzo había nacido el 15 de agosto de 1935, fue alumno de Hedy Crilla y Lee Strasberg y en sus inicios se sumó al movimiento del Nuevo Teatro que lideraban en Buenos Aires Alejandra Boero y Pedro Asquini y marcó un hito en la escena independiente local.
A la par inició los estudios universitarios de derecho, pero finalmente decidió dedicarse a la actuación y en la década del 60 integró los grupos Juan Cristóbal y La Máscara.
Luego de interpretar numerosas obras de grandes autores, por ejemplo Luigi Pirandello, Bertolt Brecht, Georg Büchner, Carlos Gandolfo y Max Frisch, vivió unos años en Lima, donde trabajó bajo la batuta de Reynaldo D’Amore, Alonso Alegría, Phillip Toledano y Héctor Sandro.
Alezzo debutó en 1968 como director de teatro de «La mentira», de Nathalie Sarraute, en una faceta en la que se destacó luego en las puestas de «Las brujas de Salem», con el recordado actor Alfredo Alcón; «La rosa tatuada», de Tennessee Williams; «Master Class», de Terence McNally, entre otras obras, y varios unipersonales.
También dirigió en televisión el programa unitario semanal «Nosotros», con Norma Aleandro y Federico Luppi.
A la vez, en 1966 inauguró su estudio de teatro privado dedicado a la formación de actores y directores de teatro, por donde pasaron centenares de artistas.
Alezzo recibió numerosos galardones a lo largo de su carrera, como el Premio Konex de Platino en 2001 como el mejor director de teatro de la década en la Argentina, y hace pocas semanas el Instituto Nacional del Teatro había aprobado otorgarle un premio honorífico a su trayectoria que le permitiría sostener su escuela de teatro, de la que estaba por inaugurar su tercera sede en abril pasado.
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