Lee Edwards, presidente fundador de la Fundación Memorial de las Víctimas del Comunismo (VOC por sus siglas en inglés), mentor y amigo de legiones de figuras políticas estadounidenses e historiador del movimiento conservador estadounidense moderno, falleció el 12 de diciembre en su casa de Arlington, Virginia.
Edwards tenía 92 años.
«El Dr. Edwards sabía que las ideas tienen consecuencias cuando se institucionalizan, por lo que a menudo ponía su hombro en la dura tarea de desarrollar redes y organizaciones para la acción reflexiva», dijo Eric Patterson, presidente y director ejecutivo de la VOC, en un comunicado.
Edwin Fuelner, expresidente de The Heritage Foundation durante muchos años, describió a Edwards en un comunicado emitido por la organización conservadora sin ánimo de lucro de la que fue cofundador como su «querido amigo» y «una figura destacada en el estudio y la promoción del movimiento conservador».
«A lo largo de su distinguida carrera, fue autor o editor de 25 libros, que influyeron profundamente tanto en académicos como en activistas», dijo Fuelner sobre Edwards.
«Su trabajo ayudó a dar forma al movimiento conservador moderno, y su legado se definirá por sus inmensas contribuciones, su tutoría y su inquebrantable dedicación a los principios de la libertad».
«Lee será profundamente echado de menos por todos aquellos que tuvieron el privilegio de conocerle y trabajar con él».
Kevin Roberts, actual presidente de la Heritage Foundation, elogió de forma similar los logros de Edwards, afirmando en el mismo comunicado que el «legado de Edwards como historiador y defensor del conservadurismo estadounidense ha dejado una huella perdurable en nuestra nación», añadiendo que «fue una voz pionera en el movimiento conservador, dando forma a las ideas y principios que nos siguen guiando hoy en día».
«Su compromiso de toda la vida con el avance de la libertad y la defensa de los principios de un gobierno limitado no será olvidado», dijo Roberts. «Tampoco olvidaremos su amistad, tutoría y compañerismo en toda la familia Heritage».
«Nuestros pensamientos y oraciones están con su familia en estos momentos».
Edwards fue becario residente de la Fundación Heritage durante muchos años. Durante ese tiempo, completó su libro «The Conservative Revolution: The Movement that Remade America», que narraba el ascenso a la prominencia en la política, los medios de comunicación y las políticas públicas estadounidenses del senador Barry Goldwater, William F. Buckley Jr, el expresidente Ronald Reagan, M. Stanton Evans y muchos otros.
Edwards nació con la política y la tinta de imprenta en las venas. Era hijo del periodista del Chicago Tribune Willard Edwards, que fue jefe de la oficina del periódico en Washington durante muchos años. Lee Edwards maduró durante el Washington posterior a la Segunda Guerra Mundial del expresidente Richard Nixon, Alger Hiss y «I Like Ike».
Edwards también estuvo presente en el levantamiento de Budapest de 1956, que intentó derrocar el régimen comunista de Hungría. Lo que vio en aquel brutal episodio contribuyó a alimentar su impulso de configurar un futuro conservador para Estados Unidos definido por un gobierno limitado, la libertad individual y una defensa nacional fuerte.
Ese impulso incluyó la coautoría de la «Declaración de Sharon», que impulsó la fundación de Young Americans for Freedom (YAF), la organización universitaria del movimiento conservador con miles de miembros jóvenes en cientos de secciones por todo el país en los años sesenta y hasta los setenta. Edwards fue el primer editor de la revista New Guard de la YAF. Fue secretario de prensa de la campaña presidencial de Goldwater en 1964 y lanzó la revista Conservative Digest en 1975.
El ámbito de actividad política, periodismo de defensa y erudición conservadora de Edwards era amplio; se licenció en la Sorbona y se doctoró en política mundial por la Universidad Católica de América.
Fue fundador y director del Instituto de Periodismo Político del Fondo de Estudios Americanos de la Universidad de Georgetown. También fue becario del Instituto de Política de la Escuela de Gobierno John F. Kennedy de la Universidad de Harvard y miembro residente de la Heritage Foundation.
En 1993, un raro acto de consentimiento unánime del Congreso autorizó la fundación de una organización para recordar y honrar a los más de 100 millones de víctimas del comunismo. El entonces presidente Bill Clinton firmó la ley y Edwards, junto con el diplomático y defensor anticomunista Lev Dobriansky, fundó en 1994 la Fundación Memorial de las Víctimas del Comunismo.
En 2007, el entonces presidente George W. Bush erigió en el Capitolio de Washington una estatua en memoria de las víctimas del comunismo, y en 2022 se inauguró el Museo de las Víctimas del Comunismo.
El 6 de diciembre, pocos días antes del fallecimiento de Edwards, la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó la Ley de Enseñanza Crucial del Comunismo con 327 votos a favor y 62 en contra.
La legislación obliga al COV a desarrollar un plan de estudios que eduque a una nueva generación sobre los peligros de las ideologías comunistas y totalitarias.
También exige la creación de una serie histórica llamada «Retratos de patriotismo», con relatos de primera mano de supervivientes de regímenes comunistas.
Edwards y su difunta esposa, Anne, tienen dos hijos y once nietos.
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