La Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA) confirmó la retirada voluntaria de 54,846 paquetes de té de la marca Yogi, que suman más de 877 mil bolsitas individuales, debido a la preocupación de contaminación por pesticidas.
Los productos retirados son Organic Yogi Echinacea Immune Support y Yogi Echinacea Immune Support, fabricados por East West Tea Company de Eugene, Oregón. Los productos se retiraron porque «se detectaron residuos de pesticidas por encima de los niveles de acción», según el informe de la FDA.
Los productos se distribuían en todo el país.
El Yogi Echinacea Immune Support orgánico viene con 16 bolsitas de té por paquete y cuatro paquetes por caja, con un código UPC de 0 76950 45010 3. El Yogi Echinacea Immune Support también viene con 16 bolsitas de té por paquete y seis paquetes por caja, con un código UPC de 0 76950 45010 3.
El 10 de mayo, la FDA clasificó la retirada como de clase III, que se efectúa cuando «no es probable que el uso o la exposición a un producto infractor tenga consecuencias adversas para la salud». La empresa inició la retirada el 12 de marzo y sigue en curso.
La página de aplicación de la FDA contiene una lista de los números de lote retirados, pero no se dispone de más información.
Posibles efectos de la exposición
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la exposición a residuos de pesticidas en los alimentos puede ser tóxica y «puede inducir efectos adversos para la salud, como cáncer, efectos sobre la reproducción o los sistemas inmunitario o nervioso». Antes de autorizar su uso, los plaguicidas deben someterse a pruebas para detectar todos los posibles efectos sobre la salud y los resultados deben ser analizados por expertos para evaluar cualquier riesgo para los seres humanos».
Un estudio de abril de 2017 descubrió que la exposición a pesticidas está «significativamente asociada» con la enfermedad de Parkinson y con alteraciones en los genes implicados en la patogénesis de la enfermedad.
Un estudio de 2015 analizó a mujeres cónyuges de profesionales aplicadores de plaguicidas. De 30,003 mujeres, el 25.9 por ciento declaró haber usado un insecticida llamado organofosforado (OP). Los investigadores encontraron que 718 de las mujeres expuestas a OP fueron diagnosticadas con cáncer.
«Observamos un aumento del riesgo de varios cánceres relacionados con las hormonas, como los de mama, tiroides y ovario, debido al uso de OP, lo que sugiere la posibilidad de efectos mediados por hormonas», señala el estudio.
Además de los productos de té Yogi, la FDA retiró o advertió sobre otros artículos de té durante el pasado año.
El 13 de diciembre, WS Global retiró todos los lotes de sus paquetes de té Himalayan Pain Relief después de que se descubriera que los productos contenían dos medicamentos no declarados—diclofenaco y dexametasona.
El diclofenaco es un antiinflamatorio que plantea «un mayor riesgo de episodios cardiovasculares, como infarto de miocardio e ictus, así como daños gastrointestinales graves», señaló entonces la agencia.
La dexametasona puede «mermar la capacidad de una persona para combatir infecciones y puede provocar niveles elevados de azúcar en sangre, lesiones musculares y problemas psiquiátricos».
En agosto, la FDA recomendó a los consumidores que no compraran ni consumieran té Tapee, un producto comercializado para aliviar el dolor. Un análisis de laboratorio realizado por la agencia confirmó que el artículo contenía ingredientes farmacológicos ocultos que no figuraban en la etiqueta, incluida la dexametasona.
Pesticidas en el té
Diversos estudios demostraron la presencia de pesticidas en productos de té en todo el mundo. Un informe de Greenpeace de 2014 que analizó 49 muestras de té de marca en la India descubrió que 46 de estas muestras (94 por ciento) contenían al menos un residuo de plaguicida, y que 29 muestras (59 por ciento) «contenían ‘cócteles’ de más de 10 plaguicidas diferentes, incluida una muestra que contenía residuos de 20 plaguicidas diferentes».
Además, 29 muestras «también contenían residuos de al menos un ingrediente activo de plaguicida por encima de los límites máximos de residuos establecidos por la UE (LMR-UE), y el 37 por ciento (18) de las muestras de té superaban estos niveles en más del 50 por ciento».
Un estudio de diciembre de 2020 analizó té procedente de tiendas minoristas belgas y descubrió que más del 38 por ciento de las hojas secas analizadas «contenían al menos un plaguicida que superaba el límite máximo de residuos (LMR) establecido por la UE».
El cultivo del té implica un uso intensivo de plaguicidas debido a su gran vulnerabilidad a plagas y enfermedades. Por ello, los residuos de plaguicidas pueden transferirse a las hojas de té, con el consiguiente riesgo para la salud de las personas.
Un estudio publicado este año analizó la presencia de sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS), también conocidas como «productos químicos eternos», en alimentos, incluido el té. Los PFAS se utilizan en algunos pesticidas como ingrediente activo.
Los PFAS se relacionan a varios problemas de salud, como cánceres, problemas reproductivos y efectos adversos en el sistema inmunitario.
En el estudio, los investigadores estudiaron los datos de 123 adultos jóvenes del Southern California Children’s Health Study (CHS) y de 604 adultos jóvenes del National Health and Nutrition Examination Study (NHANES).
El grupo del CHS fue visitado dos veces. Se observó que los participantes de este grupo que declararon un mayor consumo de té durante la primera visita tenían niveles más altos de PFAS durante la visita posterior. Los resultados se confirmaron en el grupo del NHANES, en el que los participantes que consumían más té mostraban niveles más altos de PFAS.
Los investigadores pidieron que se vigilaran los envases de los alimentos, que también pueden ser una fuente de contaminación por PFAS.
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