El 2 de marzo, el departamento de Administración de Alimentos y Drogas de Estados Unidos (FDA) concedió una solicitud realizada por los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de permitir que el personal de atención médica utilice determinados respiradores industriales para protegerse del brote de COVID-19 en los centros de atención médica.
En un comunicado de prensa, la agencia dijo que la acción permitiría que ciertos respiradores aprobados por el Instituto Nacional de Seguridad y Salud Ocupacional (NIOSH), que actualmente no están regulados por la FDA, se utilicen en un entorno de atención de la salud por el personal de atención al público, maximizando así el número de respiradores disponibles para satisfacer las necesidades del sistema de atención de la salud de EE. UU.
La FDA llegó a la conclusión de que los respiradores aprobados por el NIOSH, pero que actualmente no cumplen con los requisitos de la FDA, «puedan ser eficaces para evitar que el personal de atención médica se exponga al aire, incluido el COVID-19».
Entre ellas se encuentran ciertas N95, una máscara que se utiliza ampliamente en la industria de la construcción y que, según los CDC, es la más eficaz cuando se trata de proteger a los profesionales de la salud contra la enfermedad.
«En la FDA, hemos estado trabajando diligentemente para mitigar cualquier escasez potencial en la cadena de suministro, incluyendo enfrentar el aumento de la demanda y los desafíos de suministro asociados con el equipo de protección personal», dijo el Comisionado de la FDA, el Dr. Stephen M. Hahn, en el comunicado de prensa.
«Es imperativo que aseguremos que el personal de atención médica en la línea de frente de este brote tenga suficientes suministros de dispositivos de protección respiratoria».
Esta acción se produce en medio de crecientes informes que revelan que los estadounidenses están incrementando la compra de mascarillas mientras que las instituciones de atención médica de EE. UU. están sufriendo una escasez del equipo de protección personal. . El 29 de febrero, el Cirujano General de EE. UU. advirtió al público en general evitar la compra masiva de mascarillas, ya que se está poniendo una presión en los suministros a los proveedores de atención médica.
“En serio, gente, ¡dejen de comprar mascarillas!” Escribió Adams en su publicación, no son efectivas para evitar que el público se contagie con el coronavirus, pero si los proveedores de salud no pueden hacer que cuiden a los pacientes enfermos, ¡los pone a ellos y a nuestras comunidades en riesgo!» escribió en Twitter.
«La mejor manera de protegerse a sí mismo y a su comunidad es con acciones preventivas diarias, como quedarse en casa cuando se está enfermo y lavarse las manos con agua y jabón, para ayudar a frenar la propagación de las enfermedades respiratorias. Vacúnese contra la gripe: menos pacientes con gripe es igual a más recursos para COVID19», añadió.
En su comunicado de prensa del lunes, la FDA y los CDC dijeron que a medida que el brote de COVID-19 continúe propagándose por todo el mundo, la creciente demanda de mascarillas seguirá presionando las cadenas de suministro y se prevé una escasez a nivel nacional.
Sin embargo, al incrementar el uso de respiradores que están aprobados por el NIOSH, pero que actualmente no cumplen con los requisitos regulatorios de la FDA, la agencia espera ayudar a optimizar la disponibilidad y el uso de respiradores para el personal de atención médica.
La agencia agregó que el público en general no debería usar determinados respiradores aprobados por el NIOSH para protegerse contra el virus y que no hay ningún beneficio para la salud al hacerlo. También aconsejó que el riesgo inmediato para la salud por el COVID-19 se considera bajo. Actualmente hay 71 casos confirmados y presuntamente positivos de coronavirus en Estados Unidos.
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