Las autoridades federales anunciaron el miércoles que desbarató una presunta red internacional de piratería de vídeo que distribuía ilegalmente películas y programas de televisión en Internet.
El Departamento de Justicia (DOJ) desveló las acusaciones contra tres miembros del grupo internacional de piratería, conocido como «Sparks Group», cuyos miembros utilizaban software especializado para comprometer las protecciones de los derechos de autor de los DVD y discos Blu-Ray auténticos —un proceso conocido como «cracking» o «ripping»— y reproducir el contenido de una forma fácilmente distribuible en Internet.
Con la ayuda de sus socios internacionales, las autoridades de Estados Unidos también desmantelaron el sistema de servidores supuestamente controlado por Sparks Group que se utilizaba para almacenar y difundir el material protegido por derechos de autor a sus miembros en todo el mundo, informó el Departamento de Justicia de acuerdo a un comunicado de prensa. Los servidores estaban ubicados en América del Norte, Europa y Asia.
Los tres hombres, Umar Ahmad, conocido como «Artista», George Bridi, y Jonatan Correa, conocido como «Raid», fueron acusados de conspiración de infracción de derechos de autor, lo que conlleva una pena máxima de cinco años de prisión. Bridi también fue acusado de fraude electrónico (máximo 20 años de prisión) y de conspiración para transportar bienes robados entre los estados (máximo cinco años de prisión).
Bridi, un ciudadano del Reino Unido, fue arrestado el 23 de agosto en Chipre. El gobierno federal solicitó su extradición para que sea juzgado en Estados Unidos. Correa fue arrestado el 25 de agosto en Olathe, Kansas. En cambio Ahmad, un ciudadano noruego, actualmente permanece en libertad.
«Como se alega, los acusados eran miembros de una red internacional de piratería de vídeo que era sofisticada y extendida», dijo a través de un comunicado la fiscal en funciones del Distrito Sur de Nueva York, Audrey Strauss. «El grupo supuestamente eludió las protecciones de los derechos de autor en casi todas las películas publicadas por los principales estudios de producción, así como en los programas de televisión, y las distribuyó a través de una red mundial de servidores».
Las autoridades dicen que el plan causó decenas de millones de dólares en pérdidas, principalmente a la industria del cine y la televisión.
La operación de romper la red internacional de piratería se coordinó con las autoridades policiales de 18 países y contó con la asistencia de Eurojust y Europol.
«Este caso es un excelente ejemplo de lo que se puede lograr si trabajamos juntos a través de las fronteras y los continentes. Gracias a la asociación de larga data entre las autoridades estadounidenses y europeas, logramos asestar un golpe importante a la piratería en línea», dijo Ladislav Hamran, presidente de Eurojust, a través de un comunicado.
Según las acusaciones abiertas el miércoles en un tribunal federal de Manhattan, los tres hombres y otros miembros conocidos o desconocidos de Sparks Group engañaron a los distribuidores mayoristas para obtener DVD y discos Blu-Ray con derechos de autor antes de su fecha de lanzamiento al mercado.
Luego corrompieron las protecciones de derechos de autor de los discos y subieron copias del contenido a sus servidores, que otros miembros luego reprodujeron y distribuyeron en sitios web de streaming, redes peer-to-peer, redes torrent y otros servidores accesibles al público.
El contenido reproducido por Sparks Group se identifica con una etiqueta distintiva y suele cargarse con fotografías de los discos en su embalaje original para mostrar a los usuarios que el contenido se reprodujo a partir de contenidos procedentes de DVD y discos Blu-Ray auténticos, alegaron los fiscales.
La presunta participación de Ahmad y Bridi en el plan incluye la organización de recolección, el envío por correo o la entrega de estos discos a través de distribuidores ubicados en Manhattan y Brooklyn, de Nueva York y en Nueva Jersey, antes de su fecha de lanzamiento oficial. Ahmad, Bridi y Correa también están acusados de reproducir o ayudar a la reproducción de estos discos.
Este caso muestra cómo los delincuentes han «recorrido un largo camino desde el contrabando de películas en los cines locales y la venta de vídeos y DVD de calidad inferior en las calles de la ciudad de Nueva York por 5 dólares», dijo el inspector a cargo del Servicio de Inspección Postal de Estados Unidos, Philip R. Bartlett, a través de un comunicado.
«Las películas y programas de televisión supuestamente robados por estos acusados no solo representan un cuerpo de trabajo arrancado a aquellos que pasaron años desarrollando su oficio y abriéndose camino hacia el estrellato, sino que priva a los estudios y a los actores de los frutos de su trabajo», dijo Bartlett.
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