NEWTOWN, Pensilvania —Unos 90 minutos después de que su oponente republicano, el Dr. Mehmet Oz, dijera a sus partidarios que la victoria aún era posible, el candidato demócrata al Senado de EE. UU., John Fetterman, había ampliado su ventaja, lo que llevó a varios medios de comunicación a dar como ganador a Fetterman.
Entonces, Fetterman proclamó la victoria en un tuit poco antes de la 1 de la madrugada del 9 de noviembre: «Es oficial. Seré el próximo senador de EE UU por Pensilvania».
Para entonces, la «fiesta de observación» de la noche electoral de Oz se había dispersado del Club Atlético de Newtown. Alrededor de las 11:30 p.m., Oz había dicho a una multitud de 350 invitados: «Cuando se cuenten todos los votos, creemos que ganaremos esta elección». Oz permaneció en el escenario solo unos dos minutos con su familia mientras también agradecía a los partidarios.
A las 2 a.m. ET del 9 de noviembre, no se sabía cómo respondería la campaña de Oz a la declaración de victoria de Fetterman; Oz posteó por última vez en Twitter poco antes de las 6 p.m. del 8 de noviembre. The Epoch Times ha buscado el comentario de la campaña de Oz.
Fetterman tenía una ventaja del 2.74% sobre Oz. Fetterman había conseguido unos 2.5 millones de votos, 136,698 más que Oz, hasta las 3 de la madrugada del 9 de noviembre, según los informes electorales de Pensilvania.
En un discurso de victoria ante una multitud que lo aclamaba en Pittsburgh, Fetterman repitió su lema de campaña: «Cada condado, cada voto». Luego dijo: «Eso es exactamente lo que ocurrió. Los saturamos. Mantuvimos la línea. Nunca esperé que fuéramos a convertir estos condados rojos en azules, pero hicimos lo necesario». Fetterman, que sufrió un derrame cerebral en mayo, parecía animado y pronunció su discurso de victoria sin problemas.
Entre bastidores, una serie de problemas de recuento de votos podría amenazar con retrasar los resultados finales y oficiales de las elecciones.
En la víspera de las elecciones, la campaña de Fetterman presentó una demanda federal para obligar a los funcionarios a contar las papeletas de voto por correo sin fecha o con fechas incorrectas. Y el día de las elecciones, los funcionarios de Filadelfia hicieron un cambio de emergencia en el proceso de recuento de votos, una medida que dijeron que se sintieron obligados a hacer a pesar de que podría retrasar los recuentos de votos por varios días.
El recuento final y no oficial de los votos no debe presentarse hasta el 15 de noviembre, y los resultados finales certificados deben presentarse antes del 28 de noviembre, según declaró a los periodistas la secretaria interina del Estado, Leigh Chapman, la noche de las elecciones.
Incluso sin el drama de última hora sobre los procedimientos de votación, la elección Oz-Fetterman había sido una de las contiendas más seguidas de esta temporada electoral.
Para empezar, presentaba a dos candidatos poco convencionales: Oz, una celebridad de la televisión y cirujano del corazón, frente al actual vicegobernador de Pensilvania, Fetterman, que sufrió un grave derrame cerebral que ha afectado a su capacidad de comunicarse desde mayo.
Las encuestas de opinión de los posibles votantes mostraron que el apoyo a Fetterman empezó a caer en picada después de que tartamudeara en un debate con Oz el 25 de octubre; mucha gente empezó a preguntarse si estaba lo suficientemente bien como para presentarse al cargo, y mucho menos para ejercerlo si era elegido.
Los dos hombres no podían ser más divergentes en sus políticas y estilos personales.
Oz se presentó como un conservador inteligente y compasivo, un hijo de inmigrantes que realizó el sueño americano a través de la educación y el trabajo duro. Pero debido a que ha vivido principalmente en Nueva Jersey, Oz ha sido criticado como un novato en el paisaje político de Pensilvania.
Fetterman, cuyo vestuario de campaña incluía pantalones cortos y sudaderas con capucha, se presentaba como un auténtico ciudadano de Pensilvania. Pero ha suscitado burlas por vivir de un fondo fiduciario y faltar demasiado al trabajo en sus cargos públicos, primero como alcalde de Braddock, y después, como vicegobernador.
Ambos candidatos contaron con el apoyo de pesos pesados de la política en sus respectivos partidos: El expresidente Donald Trump respaldó a Oz, mientras que el expresidente Barack Obama hizo campaña por Fetterman.
Hace dos semanas, la principal funcionaria electoral de Pensilvania ya preparó el escenario para el retraso en los totales de votos. La secretaria de Estado en funciones, Leigh Chapman, explicó que la ley estatal impide a los trabajadores electorales abrir los votos por correo hasta las 7 de la mañana del día de las elecciones. Por lo tanto, dijo, los recuentos finales pero no oficiales no estarán disponibles hasta unos días después de las elecciones.
Además, los comisionados de Filadelfia, la ciudad más poblada del estado, votaron el 8 de noviembre, durante una reunión de emergencia, a favor de restablecer un proceso que lleva mucho tiempo y que puede detectar los votos duplicados.
En ese proceso de «conciliación», los trabajadores electorales cotejan los votos en ausencia con los registros electorales que firman los votantes en persona.
Pero la conciliación interrumpe el recuento de votos, lo que suscita la preocupación de que entre en conflicto con una nueva ley estatal conocida como Ley 88 que condiciona las subvenciones a las elecciones estatales a que el recuento continúe «sin interrupción».
A principios de este año, los comisarios votaron a favor de eliminar la conciliación, lo que dio lugar a una batalla judicial. El 7 de noviembre, la jueza Anne Marie Coyle denegó la solicitud de una orden judicial para impedir la conciliación.
Pero los comisionados de la ciudad, en su decisión, citaron el fallo de la jueza como una razón para la decisión.
«Y aunque técnicamente ganamos el caso judicial en el Tribunal de Demandas Comunes, la opinión que se escribió fue redactada de manera que no tenemos otra opción que seguir adelante y restablecer la conciliación», dijo la comisionada Lisa Deeley, demócrata.
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