En un artículo del 21 de marzo de 2021 («Una de las defensas de la libertad de expresión más importantes de la historia de Estados Unidos«), el escritor del Boston Globe Jeff Jacoby citó al gran abolicionista Frederick Douglass:
«Suprimir la libertad de expresión es un doble error. Viola tanto los derechos del oyente como los del orador. Es tan criminal robarle a un hombre su derecho a hablar y escuchar como lo sería robarle su dinero».
Que algunos padres y muchas escuelas enseñen hoy en día que la afirmación de Douglass no cuenta con la aprobación de la mayoría en Estados Unidos es un comentario triste, trágico y chocante. Encuestas recientes indican que más de la mitad del público estadounidense cree que la Primera Enmienda (que garantiza la libertad de expresión) «es anticuada y se debería reescribir». El apoyo a lo que tradicionalmente se considera libertad de expresión es menor entre los millennials.
La corrección política, la cultura de la cancelación y el presentismo están borrando acontecimientos y personas del pasado. La intimidación es demasiado frecuente en los campus y en la plaza pública. Heather Higgins, directora general de Independent Women’s Voice, afirma:
«Hoy en día, muchos estadounidenses tienen miedo de expresar sus creencias por temor a sufrir represalias o a ser ‘cancelados’. Lo que está ocurriendo ahora no se trata de suprimir el discurso del odio. Se trata de suprimir la historia, los hechos y los puntos de vista que algunos árbitros autoproclamados despiertos que buscan ser ofendidos han decretado como perjudiciales y odiosos. Esa es la receta para una sociedad definida por el miedo, la división, la desconfianza, la intolerancia, la discriminación y, en última instancia, la violencia».
Si la prisa por gritar y callar a la gente no le alarma, entonces usted no es amigo de la libertad. Cuando la expresión muere, otras libertades le siguen. Por eso, debemos repeler a los bárbaros de la libertad de expresión. Tenemos que dejar claro que no nos van a silenciar, ni vamos a permitir que se silencie a otros, en beneficio de algún proyecto o agenda política.
A continuación, una selección de comentarios conmovedores en nombre de la libertad de expresión. Espero que sirva para endurecer las espinas de todos los que aman la libertad y que entienden que la palabra es su primera línea de defensa.
1. Milton: «Por encima de todas las libertades»
«Dénme la libertad de saber, de pronunciar y de argumentar libremente según la conciencia, por encima de todas las libertades» —John Milton, en «Areopagitica«.
2. Frederick Douglass: «El temor a los tiranos»
«La libertad carece de sentido cuando el derecho a expresar los propios pensamientos y opiniones ha dejado de existir. Este, de todos los derechos, es el que los tiranos temen. Es el derecho que primero atacan. Conocen su poder. Los tronos, los dominios, los principados y las potestades, fundados en la injusticia y el mal, seguramente temblarán si se permite a los hombres razonar sobre la justicia, la templanza y el juicio que ha de venir en su presencia. La esclavitud no puede tolerar la libertad de expresión» —Frederick Douglass, en su «Alegato por la libertad de expresión en Boston«.
3. Orwell: «Si la libertad significa algo…»
«Si la libertad significa algo, será el derecho a decirle a la gente lo que no quiere oír» —George Orwell, en su prefacio original de «Rebelión en la granja«.
4. Einstein: «Un espíritu de tolerancia»
«Las leyes solas no pueden asegurar la libertad de expresión; para que todo hombre pueda exponer sus puntos de vista sin ser penalizado, debe haber un espíritu de tolerancia en la población entera» —Albert Einstein, en «Ideas y opiniones«.
5. La advertencia de George Washington
«Si nos quitan la libertad de expresión, entonces entonces, tontos y silenciados, nos podrán llevar como a ovejas al matadero» —George Washington, a los Oficiales del Ejército.
6. Mill sobre el discurso «extremo»
«Resulta extraño que los hombres admitan la validez de los argumentos a favor de la libertad de expresión, pero se opongan a que sean ‘llevados al extremo’, sin ver que, a menos que las razones sean buenas para un caso extremo, no son buenas en ningún caso»—John Stuart Mill, en «Sobre la libertad«.
7. El juez Douglass: La subversión más peligrosa
«La restricción del libre pensamiento y de la libertad de expresión es la más peligrosa de todas las subversiones. Es el único acto antiamericano que podría derrotarnos más fácilmente» —Juez William O. Douglass, en «The One Un-American Act«.
8. Trenchard y Gordon: No hay sabiduría sin libertad de pensamiento
«Sin la libertad de pensamiento, no puede haber tal cosa como la sabiduría; y no hay tal cosa como la libertad pública, sin la libertad de expresión; la cual es el derecho de cada hombre, en la medida que por medio de ella, no se dañe o controle el derecho de otro. Y éste es el único control que debe sufrir, y los únicos límites que debe conocer. Este sagrado privilegio es esencial para los gobiernos libres, ya que la seguridad de la propiedad y la libertad de expresión van siempre unidas; y en aquellos países miserables en los que un hombre no puede llamar suya a su lengua, apenas puede llamar suya a ninguna otra cosa. Quien quiera derrocar la libertad de una nación, ha de empezar por someter la libertad de expresión» —John Trenchard y Thomas Gordon en «Cartas de Catón«.
Lawrence W. Reed es presidente emérito de la FEE, Humphreys Family Senior Fellow, y embajador global de Ron Manners para la libertad, trabajó durante casi 11 años como presidente de la FEE (2008-2019). Es autor del libro de 2020, «¿Jesús era socialista?«, así como de «Héroes reales: increíbles historias reales de coraje, carácter y convicción» y «Disculpe, profesor: Desafiando los mitos del progresismo«. Sígalo en LinkedIn y Twitter y dele a Me gusta a su página de personaje público en Facebook. Su sitio web es LawrenceWReed.com.
Este artículo se publicó originalmente en FEE.org
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