Los funcionarios federales que representan a los dos principales partidos políticos de los Estados Unidos añadieron más de 8 billones de dólares en el lado equivocado del libro de cuentas del país en 2019, según el análisis de una fundación contable con sede en Chicago.
La «situación financiera general del gobierno federal empeoró en 8.16 billones de dólares en 2019», según la organización Truth-In-Accounting (TIA) en su último informe anual «Estado financiero de la Unión«. Casi 7 billones de dólares del aumento se deben a los beneficios no financiados de la Seguridad Social y Medicare.
«Nuestros funcionarios electos han tomado repetidas decisiones financieras que han dejado al gobierno federal con una carga de deuda de 113.27 billones de dólares, incluyendo las promesas sin financiación de la Seguridad Social y de Medicare», se indica en el informe.
«Eso equivale a una carga de 737,000 dólares por cada contribuyente federal. Debido a que el gobierno federal necesitaría una gran cantidad de dinero de los contribuyentes, ha recibido una calificación de ‘F’ por parte de Truth-In-Accounting».
A diferencia del estado financiero anual preparado por el Departamento del Tesoro, el informe de la TIA examina los activos federales netos frente a los costos operacionales netos y los pasivos del año en curso y los prometidos para el futuro, principalmente en el marco de la Seguridad Social y el Medicare.
«Mientras que la mayoría de la gente se centra en el déficit presupuestario anual de 984,000 millones de dólares, el descenso general de la posición neta presenta una mejor imagen del declive financiero del gobierno», declaró el informe de la TIA.
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«El Departamento del Tesoro solo incluye en el balance federal 173.70 mil millones de dólares de obligaciones del Seguro Social y Medicare porque, según documentos del gobierno, los beneficiarios no tienen derecho a beneficios más allá de los que deben actualmente y las leyes para reducir o detener los beneficios pueden ser aprobadas en cualquier momento».
En general, el informe de la TIA incluye 52.72 billones de dólares en beneficios de Medicare y 37.60 billones de dólares en beneficios de la Seguridad Social sin financiación.
El valor de todos los activos del gobierno federal es de 3.99 billones de dólares. Eso significa que por cada billón de dólares en activos controlados por el gobierno de EE.UU., debe financiar casi 30 billones de dólares en deuda y beneficios prometidos.
Los 3.99 billones de dólares en activos incluyen el valor de los 640 millones de acres de tierra de los EE.UU. que son actualmente propiedad del gobierno federal, dijo la fundadora y directora general de la TIA, Sheila Weinberg, a The Epoch Times el 7 de abril.
Las propiedades federales representan el 28 por ciento de la superficie total del país, según el Congressional Research Service (CRS). El gobierno federal gasta casi 20 mil millones de dólares anuales en el mantenimiento de sus tierras, que se encuentran principalmente en Alaska y en 11 estados del oeste.
Cuando The Epoch Times le preguntó a Weinberg cómo el gobierno puede financiar un desequilibrio tan masivo entre los activos y las obligaciones, Weinberg no fue optimista.
«Para pagar la deuda, el gobierno de EE.UU. tendría que tener verdaderos superávits, pero en cambio, incluso antes de la crisis actual, se esperaba que mantuviéramos un déficit de 1 billón de dólares anuales tanto como fuera posible», dijo.
«La historia ha demostrado que cada pocos años hay una crisis, como la Primera Guerra Mundial, la Gran Depresión, la Segunda Guerra Mundial, los ataques terroristas del 11 de septiembre, la crisis del mercado inmobiliario de 2007… además de terremotos, inundaciones y huracanes».
Los Estados Unidos han dependido tradicionalmente de los bonos para generar los fondos necesarios para pagar la deuda, pero Weinberg dijo que el gobierno debería en cambio acumular reservas de activos.
«En lugar de planear estas crisis teniendo reservas, vendemos bonos y la deuda sigue subiendo. ¿Cuánto tiempo podrá el gobierno de EE.UU. seguir pidiendo prestado? Da miedo pensar cuando el mercado de préstamos diga ‘suficiente’ y no podamos pedir prestado», dijo.
Weinberg citó la crisis financiera griega de 2010 como una advertencia a los responsables políticos de EE.UU. sobre las graves consecuencias de los grandes déficits y la acumulación de una enorme deuda a largo plazo.
Señaló un análisis realizado en 2015 por el director de Investigación de la TIA, Bill Bergman, en el que se identificaban seis factores clave de la crisis griega que dieron lugar a manifestaciones masivas contra el gobierno, recortes drásticos en las prestaciones financiadas por el gobierno y la pérdida de servicios públicos fundamentales.
El más significativo de los seis factores fue un largo período de lo que Bergman describió como «argucias contables», en el que las deudas y los déficits fueron sistemáticamente subestimados por los funcionarios.
«Los principales factores que llevaron a la crisis están vinculados a la manipulación de los informes contables utilizados en la gobernanza de la participación de Grecia en la zona del euro», escribió Bergman.
«Las argucias contables ayudaron a engrasar las ruedas del crecimiento insostenible de Grecia en la década de 2000, y el desenmascaramiento de esa farsa llevó a la exposición desmesurada de Grecia a la Gran Recesión de finales de la década de 2000 a nivel internacional», escribió.
«Creo que cumplimos todos los patrones», dijo Weinberg.
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