El Fiscal General William Barr concedió una entrevista detallada el 10 de diciembre durante una conferencia del Consejo Ejecutivo del Wall Street Journal, donde describió los problemas materiales en la aplicación de la FISA del FBI y la subsiguiente vigilancia a los miembros de la campaña para la presidencia de Trump.
Barr ya había insinuado algunas de estas cuestiones en una declaración que emitió inmediatamente después de la publicación del informe del Inspector General (GI) de diciembre de 2019 sobre el abuso de la FISA. En su declaración oficial, Barr destacó algunos de los principales hallazgos del informe del GI y al mismo tiempo dejó en claro que no estaba de acuerdo con algunas conclusiones contenidas en este, incluyendo la de que el FBI tenía una «adecuado predicamento de los hechos» para abrir su investigación de contrainteligencia sobre la campaña de Trump.
Aunque el Inspector General Michael Horowitz señaló en su informe que el umbral para la predicación era «bajo» y también señaló su preocupación de que «las políticas del Departamento y del FBI no requieren que se notifique a un alto funcionario del Departamento [de Justicia] antes de abrir un caso particularmente delicado como éste», señaló que «el FBI tenía autorizado el propósito cuando abrió el Crossfire Hurricane para obtener información acerca de la amenaza de la seguridad nacional, el crimen federal o para protegerse contra los mismos, a pesar de que la investigación también tenía el potencial para impactar actividades protegidas constitucionalmente».
La declaración oficial de Barr indicaba su desacuerdo con esta conclusión al señalar que «el informe del Inspector General dejó en claro que el FBI inició una investigación intrusiva de una campaña presidencial estadounidense con la más mínima sospecha que, en mi opinión, era insuficiente para justificar las medidas adoptadas».
Barr señaló que las pruebas recolectadas por el FBI desde el comienzo de la investigación fueron «consistentemente exculpatorias», pero a pesar de la continua falta de pruebas de irregularidades en la campaña Trump, el FBI continuó su investigación, junto con la vigilancia activa de cuatro individuos dentro, al mismo tiempo que seguía «avanzando y profundizando en la administración del presidente Trump.
El Fiscal General afirmó que en la «prisa por obtener y mantener la vigilancia de FISA de los asociados de la campaña de Trump, los funcionarios del FBI engañaron al tribunal FISA, omitiendo hechos exculpatorios críticos de sus archivos, y suprimiendo o ignorando información que invalidaba la confiabilidad de su fuente principal».
Cabe señalar que el Inspector General declaró en su informe que había identificado «al menos 17 errores u omisiones significativos en las solicitudes FISA contra Carter Page, y muchos errores adicionales en los Procedimientos Woods». Muchos de estos errores se mencionaron en un artículo anterior de The Epoch Times.
En su declaración, Barr señaló que el propio Inspector General consideró satisfactorias las explicaciones del FBI sobre sus acciones. Y de hecho, Horowitz afirmó este hecho específico en el resumen ejecutivo del informe:
«Aunque no encontramos pruebas documentales o testimoniales de mala conducta intencional por parte de los agentes del caso que ayudaron a la OI [Oficina de Inteligencia] a preparar las solicitudes, o de los agentes y supervisores que llevaron a cabo los Procedimientos Woods, tampoco recibimos explicaciones satisfactorias de los errores o problemas que identificamos».
Barr señaló que si bien «la mayor parte de las faltas de conducta identificadas por el Inspector General fueron cometidas en 2016 y 2017 por un pequeño grupo de exfuncionarios del FBI, la mala conducta y las faltas de conducta detalladas en el informe del Inspector General reflejan un claro abuso del proceso de FISA».
El 12 de diciembre de 2109 -el día siguiente a la publicación del informe del Inspector General- Barr elaboró su declaración oficial durante un debate sobre el informe del IG recientemente publicado sobre el abuso de la FISA, junto con las medidas adoptadas por el FBI, en un Consejo Ejecutivo del Wall Street Journal.
Durante la entrevista, Barr logró describir sucintamente algunas de las acciones más atroces que realizó el FBI durante su investigación de la campaña de Trump y dio más explicaciones sobre por qué no estaba de acuerdo con algunas conclusiones del Inspector General.
En un momento crítico durante la entrevista del Journal, se le preguntó a Barr si creía que las solicitudes de la FISA las debió realizar el FBI. Barr respondió: «Este es el meollo del asunto y si pasas tiempo mirando lo que sucedió, creo que te horrorizarías».
Barr señaló que en lugar de ir a los miembros de la campaña Trump y simplemente hablar con ellos directamente, el FBI decidió enviar fuentes humanas confidenciales para intervenir a los miembros de la campaña Trump -específicamente los asesores de campaña George Papadopoulos y Carter Page- junto a un «funcionario de alto nivel de la campaña Trump que no era un sujeto de la investigación». Y en lugar de encontrar información que pudiera confirmar algunas sospechas del FBI o proporcionar razones para continuar su investigación, la información que el FBI obtuvo fue exculpatoria:
«Recuerden, ellos [el FBI] dijeron, ‘ok, no vamos a entrar y hablar con la campaña, vamos a enviar a la gente y conectarlos para que hablen con los individuos’. Eso sucedió. Eso ocurrió en agosto, septiembre y octubre [2016]. Y todo resultó ser exculpatorio».
Barr señaló que la información que recibió el FBI «no solo era exculpatoria en cuanto a la relación con los rusos, sino también en cuanto a los hechos específicos».
Barr señaló que a pesar de recibir información exculpatoria, en lugar de declarar incriminarlos, el FBI «nunca hizo nada al respecto, simplemente siguieron adelante» y, lo que es igualmente importante, el FBI nunca informó al tribunal [FISA]» de esta información exculpatoria.
El informe del Inspector General señaló que el FBI fracasó en sus primeros intentos de obtener una orden FISA contra Carter Page debido a la falta de pruebas que aseguraran que Page era «un agente de una potencia extranjera», como afirma el FBI:
«Cuando el equipo intentó obtener por primera vez una orden FISA para Page en agosto de 2016, la OGC [Oficina del Asesor General], la OI, o ambas, tomó la decisión de aludir que requería más información para demostrar que Page era un agente de una potencia extranjera».
El FBI solo intentó volver a solicitar una orden FISA para Page después de reunirse con el exoficial de inteligencia británico Christopher Steele el 19 de septiembre de 2016 y obtener copias de los documentos que componían su expediente hasta ese momento. Fue claramente el expediente de Steele el que suministró al FBI la información adicional necesaria para obtener una orden FISA.
Dicho de manera más directa, el expediente Steele era la única evidencia que tenía el FBI antes la reunión del 19 de septiembre de 2016, de que Carter Page era de alguna manera «un agente de una potencia extranjera». Y esta evidencia de Steele era opuesta al trabajo documentado que Page había hecho para otra agencia gubernamental.
El Inspector General declaró en su informe que el FBI omitió información de la solicitud FISA que detallaba el trabajo que Page había hecho previamente para otra agencia del gobierno de loss Estados Unidos. Esta referencia probablemente se relaciona con el caso del espía ruso condenado Evgeny Buyrakov, en el que Page había proporcionado pruebas contra Buryakov para ayudar al gobierno de los Estados Unidos en su caso.
El informe del Inspector General señaló que la FISA «omitió información que el FBI había obtenido de otra agencia del gobierno de EE.UU. detallando su relación previa con Page, incluyendo que Page había sido aprobado como un ‘contacto operacional’ para la otra agencia entre 2008 y 2013».
El informe agregaba que «Page había proporcionado información a la otra agencia sobre sus contactos previos con ciertos oficiales de inteligencia rusos, uno de los cuales coincidía con los hechos afirmados en la solicitud FISA».
Barr efectivamente señaló esto en su entrevista, diciendo que al FBI «le dijeron que no tenían una causa probable para obtener una orden, así que tomaron el expediente de Steele, que no hicieron nada para verificarlo, y lo usaron para obtener la orden».
Y, como ahora sabemos, había un problema significativo con la credibilidad del expediente de Steele del FBI. Como Barr señaló, el FBI «le ocultó a la corte toda la información exculpatoria y le ocultó a la corte información sobre la falta de confiabilidad de Steele».
Y, como ahora sabemos, había un problema significativo con la credibilidad del expediente de Steele del FBI. Como Barr señaló, el FBI «le ocultó a la corte toda la información exculpatoria y le ocultó a la corte información sobre la falta de confiabilidad de Steele».
Además de la omisión de información exculpatoria sobre Page, el FBI no detalló completamente el hecho material de que Fusion GPS ,una empresa de investigación de la oposición empleada por el DNC y la campaña de Hillary Clinton, req quien le pagaba a Steele. El informe del Inspector General señala específicamente que el FBI estaba al tanto de este asunto antes de la aplicación de la FISA:
«El reporte de las elecciones de Steele se realizó por solicitud de un cliente de la firma consultora Fusion GPS, y se entregó al FBI con el consentimiento de su cliente. Descubrimos que el FBI era consciente de la posibilidad de sesgo político en el informe de la elección de Steele desde el inicio de su emisión. El Agente de Manejo 1 nos dijo que cuando Steele le entregó el Informe 80 en julio de 2016 y describió su vinculación con Fusion GPS, era obvio para el Agente que la solicitud para la investigación tenía una motivación política».
«El Analista supervisor de Intel explicó que también era consciente de la potencial influencia política de Steele en el informe sobre las elecciones cuando quedó a disposición del equipo de Crossfire Hurricane en septiembre de 2016».
Pero los problemas de divulgación con la solicitud de la FISA del FBI no se detienen ahí. El informe del GI también señaló que a pesar de su singular dependencia del expediente Steele en la aplicación de FISA de Page, el FBI «no pudo corroborar ninguna de las acusaciones significativas específicas en contra de Carter Page que figuraban en el informe de las elecciones y en las aplicaciones de la FISA».
Según el informe del Inspector General, los únicos elementos que el FBI pudo confirmar fueron «un número limitado de hechos circunstanciales, la mayoría de los cuales eran de dominio público, tales como las fechas en las que Page viajó a Rusia, el momento de los hechos y los cargos ocupacionales de los individuos a los que se hace referencia en los informes».
Este hecho también lo verificó el exdirector del FBI James Comey cuando testificó ante el Congreso sobre la falta de comprobación del expediente Steele por parte del FBI:
«Lo que entiendo al verificar es que luego se trató de replicar la información de la fuente, de modo que se convirtiera en una investigación del FBI y en nuestras conclusiones, en lugar de una fuente confiable. Eso es lo que yo entiendo, es la diferencia.
«Y ese trabajo no se había terminado en el momento en el que me fui en mayo de 2017, que yo sepa.»
Contrariamente a lo que se cree, Steele no tenía una red de fuentes directas con las que trabajaba. De hecho, solo tenía una fuente singular, a la que el informe del Inspector General se refiere como la «subfuente primaria». La subfuente primaria tenía su propia red de subfuentes y transmitió información de estas fuentes a Steele, quien utilizó esta información de segunda y tercera mano en la preparación de su expediente.
Barr destacó esto durante su entrevista con el Journal, señalando que «Steele estaba hablando con una persona -solo hablaba con una persona- y eso era lo que llamaban la ‘subfuente primaria’. Y era esa persona a quien denominaban la red de subfuentes».
Por razones que solo conoce el FBI, esperaron hasta después de las elecciones, en enero de 2017, para hablar directamente con el principal subdirector de Steele. Y cuando finalmente lo hicieron, el FBI encontró algunos problemas materiales acerca de la credibilidad de los informes de Steele, tal como se especifica en el informe del Inspector General:
«Además de la falta de verificación, encontramos que las entrevistas que el FBI le hizo a Steele, sobre la Sub-fuente Primaria, y una segunda sub-fuente, y otras actividades de investigación, revelaron problemas potencialmente serios con la descripción de la información de Steele en sus reportes electorales».
El Inspector General señaló que la entrevista inicial realizada en enero de 2017 a la suboficina principal «planteó dudas sobre la confiabilidad de las descripciones de la información de Steele en sus informes electorales». El Inspector General señaló que el subdirector principal le dijo específicamente al FBI «que no había visto los informes de Steele hasta que se hicieron públicos ese mes, y que hizo declaraciones que indicaban que Steele malinterpretó o exageró las declaraciones del subdirector principal en varias secciones del informe».
Como Barr señaló en su entrevista, «Cuando finalmente hablaron con él, dijo: ‘No sé de qué está hablando Steele. No le dije estas cosas. Fueron sobre todo rumores y charlas en bares. Le dejé claro que eran mis propias suposiciones y teorías».
Cabe destacar que el FBI recibió esta información de la fuente singular de Steele «poco después de que el FBI presentara la Solicitud de Renovación FISA No. 1 de Carter Page y meses antes de la Solicitud de Renovación No. 2», pero no informó al Tribunal FISA de estos datos tan relevantes.
Hubo otro asunto relacionados con el FBI sobre la fuente principal de Steele. La solicitud de FISA indicaba que la principal fuente secundaria tenía su «base en Rusia». Pero la nota 389 refleja otro asunto relacionado con el FBI sobre la procedencia de Steele:
«En marzo de 2017 – después de la presentación de la primera solicitud FISA y de la primera renovación y antes de las dos últimas renovaciones – el Analista Supervisor de Intel revisó la primera solicitud FISA y la primera renovación a solicitud del OGC para ayudar con posibles redacciones antes de que el Departamento respondiera a las solicitudes de información del Congreso. El Analista Supervisor de Intel entregó comentarios al Abogado del OGC, incluyendo avisarle que la Sub-fuente Primaria no estaba [redactada] como se indica en las solicitudes FISA, y preguntó si se debe hacer una corrección».
Nunca se hizo una corrección a las renovaciones adicionales de la FISA con respecto al error en la descripción de la sub-fuente primaria. Como especuló un colega investigador de Internet, las redacciones podrían decir que la subfuente principal «no tenía su base en Rusia».
Barr resumió toda la situación en su entrevista con el Journal así:
«Y en ese momento quedó claro que el expediente era una farsa. Entonces, ¿qué pasó? ¿Qué sucedió en ese momento? No se lo comunicaron al tribunal y siguieron con la orden FISA basados en ese expediente. Y lo más condenatorio es que en realidad presentaron ante el tribunal una declaración que decía: «Hablamos con la fuente secundaria y nos pareció creíble y cooperativo». Y lo pusieron para reforzar el expediente».
Como Barr dijo, «Es difícil ver esto y no pensar que fue un abuso grave».
El presentador del evento cerró esta sección de la entrevista preguntando si Barr creía que los «cuatro jueces separados de la FISA en esos tribunales, estaban muy equivocados».
Barr sólo dio una respuesta de una palabra a la pregunta que se le hizo.
«Sí».
Cabe señalar que Barr no fue el único funcionario del Departamento de Justicia que estuvo en desacuerdo públicamente con algunas de las conclusiones del Inspector General. El fiscal John Durham también emitió su propia declaración, una que fue mucho más corta y directa que la de Barr.
Durham señaló que su investigación en curso difiere un poco de la realizada por el Inspector General y que «no se limita a desarrollar información desde dentro de los componentes del Departamento de Justicia». Él también señaló que su investigación fue más inclusiva e «incorporó el desarrollo de información de otras personas y entidades, tanto dentro como fuera de los EE.UU.».
Durham, quien recientemente amplió el plazo y agregó agentes y recursos a su investigación en curso sobre los orígenes de la investigación de contrainteligencia del FBI, viajó a finales de septiembre a Italia junto con el Fiscal General para reunirse con funcionarios de las fuerzas del orden.
Además, tanto Durham como Barr han hablado con funcionarios del Reino Unido y Australia como parte de su investigación en curso.
Durham también elevó recientemente su investigación de una revisión administrativa a una investigación criminal.
Y según un artículo del New York Times del 19 de octubre, Durham ya ha entrevistado a «cerca de dos docenas de antiguos y actuales funcionarios del F.B.I.» y el «número de entrevistas muestra que la revisión del Sr. Durham va más avanzada de lo que se conocía previamente». El documento también informó que los esfuerzos de Durham fueron apoyados por «dos antiguos agentes del F.B.I.» que colaboraron en la revisión.
Durham concluyó su declaración señalando que: «Sobre la base de las pruebas recopiladas hasta la fecha, y mientras nuestra investigación está en curso, el mes pasado advertimos al Inspector General que no estamos de acuerdo con algunas de las conclusiones del informe en cuanto a la predicación y sobre cómo se abrió el caso del FBI».
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