Estados Unidos ha recibido un gran golpe ya que Fitch Ratings ha reducido su calificación de incumplimiento de emisor en moneda extranjera a largo plazo para el país de AAA a AA+.
Según la agencia de calificación crediticia, la rebaja se debe al «deterioro fiscal previsto para los próximos tres años, la elevada y creciente carga de la deuda de las administraciones públicas y la erosión de la gobernanza» en las dos últimas décadas.
«Los repetidos enfrentamientos políticos por el límite de la deuda y las resoluciones de última hora han erosionado la confianza en la gestión fiscal», afirmó Fitch.
«Además, el gobierno carece de un marco fiscal a mediano plazo, a diferencia de la mayoría de sus pares, y tiene un proceso presupuestario complejo».
La medida implica que los bonos del gobierno de EE.UU. son una inversión más riesgosa que antes y, como resultado, aumenta el costo de los préstamos del gobierno.
Fitch pronostica que el déficit del gobierno general subirá al 6.3 por ciento del PIB en 2023, frente al 3.7 por ciento en 2022, debido a los ingresos federales cíclicamente más bajos, nuevas iniciativas de gasto y una mayor carga de intereses.
En mayo, la agencia colocó la calificación del país en observación negativa, citando el debate sobre el techo de la deuda en Washington. Según el último informe, se levantó la vigilancia negativa y se asignó una perspectiva estable.
Dado que esta es la primera vez que una importante agencia calificadora rebaja la calificación de Estados Unidos en más de una década, la medida ha causado un gran revuelo.
“Estamos totalmente en desacuerdo con esta decisión”, dijo la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, en un comunicado.
“El modelo de calificación utilizado por Fitch disminuyó bajo el presidente Trump y luego mejoró bajo el presidente Biden, y desafía la realidad al rebajar la calificación de Estados Unidos en un momento en que el presidente Biden ha logrado la recuperación más fuerte de cualquier economía importante en el mundo. Y está claro que el extremismo de los funcionarios republicanos, desde animar el incumplimiento hasta socavar la gobernabilidad y la democracia, y buscar extender las dádivas fiscales para acabar con el déficit para los ricos y las corporaciones, es una amenaza continua para nuestra economía».
Una decisión “extraña e inepta”
Larry Summers, el secretario del Tesoro bajo el presidente Bill Clinton, reaccionó a la decisión de calificación de Fitch en Twitter.
“Estados Unidos enfrenta serios desafíos fiscales a largo plazo. Pero la decisión de una agencia de calificación crediticia hoy, cuando la economía parece más sólida de lo esperado, de rebajar la calificación de Estados Unidos es extraña e inepta”, escribió en Twitter.
«Estoy muy desconcertado por muchos aspectos de este anuncio, así como por el momento elegido», declaró también en Twitter el economista Mohamed A. El-Erian.
«Sospecho que no seré el único. Es probable que la gran mayoría de los economistas y analistas de mercado que analicen este asunto se queden igual de perplejos por las razones citadas y el momento elegido. En general, es mucho más probable que este anuncio sea desestimado que tenga un impacto perturbador duradero en la economía y los mercados estadounidenses».
Los futuros de acciones estadounidenses cayeron después del anuncio de rebaja.
“La rebaja de la calificación de hoy debería ser una llamada de atención: Necesitamos poner en orden la casa fiscal y política de nuestro país», escribió en un comunicado Maya MacGuineas, presidenta del Comité por un Presupuesto Federal Responsable. «La economía de Estados Unidos sigue siendo fuerte, pero estamos en una trayectoria insostenible».
La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, también emitió un comunicado en el que calificó la decisión de Fitch como «obsoleta».
“El cambio de Fitch Ratings anunciado hoy es arbitrario y se basa en datos obsoletos. El modelo de calificaciones cuantitativas de Fitch disminuyó notablemente entre 2018 y 2020 y, sin embargo, Fitch anuncia su cambio ahora, a pesar del progreso que vemos en muchos de los indicadores en los que se basa Fitch para tomar su decisión”, dijo la Sra. Yellen en el comunicado.
“La decisión de Fitch no cambia lo que los estadounidenses, los inversionistas y las personas de todo el mundo ya saben: Que los valores del Tesoro siguen siendo el activo líquido y seguro preeminente del mundo, y que la economía estadounidense es fundamentalmente sólida”.
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