Ford Motor Company dijo el lunes que está deteniendo la construcción de un proyecto de 3.500 millones de dólares para una planta de baterías de vehículos eléctricos (EV) en Michigan que ha suscitado críticas por sus vínculos con China.
«Vamos a detener las obras y a limitar el gasto en la construcción de Marshall hasta que estemos seguros de nuestra capacidad para gestionar la planta de forma competitiva», declaró el portavoz de Ford, T.R. Reid, a The Epoch Times por correo electrónico el 25 de septiembre.
Cuando se le preguntó qué había motivado la decisión de hacer una pausa en el proyecto -y concretamente si tenía algo que ver con la huelga en curso del sindicato United Auto Workers (UAW) y si el paro podría ser permanente-, el portavoz se limitó a decir que «hay una serie de consideraciones» y que «no hemos tomado ninguna decisión definitiva sobre la inversión prevista allí.»
Los republicanos del Congreso han estado sondeando el plan de la planta de baterías de Ford en Marshall por los vínculos del proyecto con una empresa con sede en China que es el mayor fabricante mundial de baterías para vehículos eléctricos: Contemporary Amperex Technology Co. Ltd. (CATL). LTD.
Como parte de un acuerdo de licencia, CATL proporcionará la tecnología de las baterías para vehículos eléctricos, algunos equipos y trabajadores, mientras que una filial estadounidense controlada al 100 por cien por Ford será la propietaria de la fábrica y empleará a los trabajadores.
Anteriormente, Ford dijo que esperaba que la producción en la planta de baterías de Marshall -que se llamará Blue Oval- comenzara en 2026.
Se calcula que, una vez terminada, la planta producirá baterías suficientes para 400.000 vehículos eléctricos al año.
La industria automovilística está pendiente de cómo se aplicarán las nuevas normas en torno a los futuros créditos fiscales para vehículos eléctricos a la hora de tomar decisiones de inversión en la producción de baterías.
La Ley de Reducción de la Inflación, aprobada en 2022, prohibirá los futuros créditos fiscales de 7500 dólares para los consumidores de VE si algún componente de la batería es fabricado o ensamblado por una «entidad extranjera de interés.»
Ford ha estado esperando orientación para determinar si las baterías fabricadas por la planta de Marshall van en contra de los requisitos.
Huelga de la UAW de fondo
La paralización de la construcción de la planta de Marshall también se produce en medio de una acción laboral en curso por el sindicato United Auto Workers (UAW), que se ha dirigido a los Tres Grandes de Detroit -Ford, General Motors y Stellantis- en una huelga simultánea sin precedentes históricos.
El viernes pasado, el sindicato intensificó su huelga contra General Motors y Stellantis, pero ahorró a Ford más paros.
«El sindicato sigue en huelga en la planta de montaje de Ford en Michigan, Wayne, Michigan, pero no está ampliando su huelga contra el fabricante de automóviles con sede en Dearborn», dijo el sindicato en un comunicado. «La UAW y Ford lograron avances sustanciales en la negociación durante la última semana».
Pero mientras el sindicato citaba un «progreso real» en las conversaciones con Ford, la empresa dijo el domingo que, a pesar de que las cosas avanzan, todavía hay «brechas significativas que cerrar» antes de llegar a un nuevo acuerdo laboral.
Aunque perdonó a Ford, la UAW amplió su huelga de GM y Stellantis para incluir 38 partes y las instalaciones de distribución a través de 20 estados para los dos fabricantes de automóviles.
Polémica en la planta de Marshall
En febrero de 2023, Ford anunció que planeaba construir una nueva planta de 3.500 millones de dólares en Marshall, situada a unos 160 kilómetros al oeste de Detroit.
La planta produciría baterías de litio-hierro-fosfato, más conocidas como LFP. Se trata de un tipo de batería más barata pero menos densa energéticamente que las baterías de níquel-cobalto-manganeso que dominan actualmente el mercado.
Según el acuerdo de licencia, una filial de Ford será la propietaria de la planta, mientras que CATL, con sede en China, aportará algunos equipos, tecnología y trabajadores.
Pero la planta ha sido objeto de críticas, y algunos vecinos han expresado su preocupación por el respaldo del Partido Comunista Chino (PCCh) a CATL y el riesgo para la seguridad nacional que conlleva.
También han expresado su preocupación por lo que consideran falta de transparencia en torno al proceso, la pérdida de tierras de cultivo de primera calidad y el impacto de un enorme parque industrial en una pequeña ciudad.
Uno de los problemas es que la base de la Guardia Nacional Aérea de Battle Creek se encuentra a unos 24 km del emplazamiento previsto para el parque de baterías. La base alberga una estación de control en tierra que presta apoyo a las misiones estadounidenses del MQ-9 -un avión armado pilotado por control remoto- que proporciona inteligencia a entidades federales y estatales.
«Siento que la colocación de este sitio no es un accidente; es un esfuerzo del PCCh para obtener acceso a nuestra base. Nuestra seguridad nacional está en peligro. Por lo visto, a Ford, al gobierno local y al gobierno estatal les parece bien», declaró a The Epoch Times Rick Sadler, un residente de Marshall que vive a 800 metros del emplazamiento de la planta de baterías, en una entrevista anterior.
En la sección de «mitos y realidades» de su web oficial, la Alianza para el Desarrollo Económico del Área de Marshall (MAEDA) afirma que la planta de vehículos eléctricos no plantea problemas de seguridad nacional porque no hay transferencia de tecnología en el acuerdo.
Mientras tanto, los legisladores del Congreso han intentado revisar el acuerdo de licencia.
Les preocupa que el acuerdo facilite el dominio mundial de China en tecnología de baterías para vehículos eléctricos y que el dinero de los contribuyentes estadounidenses se utilice para subvencionarlo.
En una carta del 20 de julio dirigida al consejero delegado de Ford, James Farley, los congresistas Mike Gallagher (R-Wis.) y Jason Smith (R-D) han expresado su preocupación por el acuerdo. Mike Gallagher (R-Wis.) y Jason Smith (R-Mo.), respectivos presidentes del Comité Selecto de la Cámara de Representantes sobre China y del Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes, expresaron su preocupación por la planta.
«En lugar de desarrollar tecnología estadounidense, nos preocupa que el acuerdo simplemente facilite la deslocalización parcial de tecnología de baterías, materias primas y empleados controlados por la República Popular de China, al tiempo que se recaudan créditos fiscales y se devuelven fondos a CATL a través del acuerdo de licencia», escribieron los legisladores.
Ford defendió el acuerdo en una declaración anterior a The Epoch Times.
«Sobre el tema en general, ha habido mucha desinformación sobre la nueva planta de baterías de Ford en Marshall, Michigan. He aquí los hechos: Solamente Ford está invirtiendo 3.500 millones de dólares y poseerá y gestionará esta planta en Estados Unidos en lugar de construir una planta de baterías en otro lugar o importar exclusivamente baterías LFP de China, como hacen nuestros competidores», dijo un portavoz de Ford a The Epoch Times por correo electrónico cuando se le pidió que comentara la carta.
«Estamos creando 2.500 nuevos puestos de trabajo estadounidenses al tiempo que ayudamos a fortalecer la fabricación nacional y las cadenas de suministro y a reducir las emisiones de carbono. Esto es bueno para nuestro país, bueno para el planeta y bueno para el negocio de Ford», añadió el portavoz.
Terry Wu contribuyó a este reportaje.
Únase a nuestro canal de Telegram para recibir las últimas noticias al instante haciendo click aquí
Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando
¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.
