El fotógrafo británico de vida silvestre George Benjamin, también conocido como «George el explorador», se encontraba en el lugar y el momento adecuados para tomar una foto de un gato serval negro extremadamente raro en el Parque Nacional del Serengeti en Tanzania en octubre de 2019.
Luego de escuchar rumores de un serval negro en la zona, y con la ayuda de un guía local de la empresa de ecoturismo Asilia Africa, Benjamin vio uno y lo fotografió a corta distancia. Las probabilidades de ver a este escurridizo e inusual gato «melanístico» que se camufla en la alta hierba del parque son escasas. Los serval, escribió Benjamin en un posteo de Reddit, son «gatos tímidos y reservados que tienden a vivir en la hierba alta, la combinación perfecta para pasar desapercibidos».
Esperando decepcionarse a la hora de partir, Benjamin contó su sorpresa en el momento de encontrarlo. «[Vi] la parte superior de una forma negra moviéndose a través de las largas hierbas», explicó. «Levanté [los binoculares], esperando ver un montículo de termitas/tronco/cualquier cosa menos un serval». Cuando uno apareció dentro del rango de la cámara, estaba emocionado.
Mientras que un serval ordinario es lo suficientemente difícil de detectar en la naturaleza, fotografiar a uno con melanismo —una condición que causa una pigmentación oscura excesiva— es «súper raro«, explicó Benjamin, y añadió: «Los avistamientos a través de África pueden contarse con dos manos, siendo cada una de ellos increíblemente breve».
En este caso particular, Benjamin tenía una ventaja gracias a su guía, «un naturalista ridículamente talentoso», como él lo describió, «capaz de escoger e identificar correctamente los pájaros más pequeños a distancias locas. Justo lo que necesitaba ya que esto era, prácticamente, [una] aguja en un pajar».
Es más, Benjamin capturó la imagen del animal en las Llanuras de Namiri, a unos 1000 metros por debajo de su entorno montañoso normal. En Instagram, el fotógrafo especuló que «es probable que este particular serval viajara desde el cercano y mucho más alto cráter de Nagorongoro y estableciera un nuevo territorio».
Observando que el melanismo en los gatos, como el pelo rojo en los humanos, es un rasgo genético recesivo, Benjamin escribió que el serval podría no pasar su llamativo pelo negro a sus crías. «La esperanza, por ahora, es que continúe floreciendo en los pastizales y creciendo en su territorio», añadió.
Según el Sheldrick Wildlife Trust, una organización en la vecina Kenya, existen casos de melanismo en todos los tipos de felinos salvajes, pero sigue siendo un poco misterioso.
Algunos teorizan que el melanismo en los gatos ocurre más a menudo en las zonas de gran altitud y en los bosques, donde están menos expuestos a la luz solar. No está claro qué propósito tendría el melanismo en las zonas de tierras bajas, donde el negro tiende a sobresalir.
Cualquiera que sea la explicación, los espectadores en Internet estaban tan exaltados y fascinados como el fotógrafo. Además de los cientos que felicitaron y agradecieron a Benjamín por fotografiar el hermoso espécimen, unos pocos notaron la ironía de su buena suerte al encontrar un animal largamente asociado con la mala suerte en muchas partes de Europa.
«La única pregunta es», escribió un usuario en Reddit, «¿eres súper afortunado de que un increíblemente raro gato negro se cruce en tu camino… o, eres ahora la persona más desafortunada del mundo?». A lo que Benjamín respondió de la misma manera asegurando al comentarista: «Momento antes una polilla águila voló a mi boca —espero que eso responda a tu pregunta».
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