Desde que anunció su candidatura a la Casa Blanca en 2015, el expresidente Donald Trump dominó los titulares en los Estados Unidos y en todo el mundo.
Muchos atribuyeron la sorpresiva victoria de Trump en 2016 en parte a la obsesión de los medios con el multimillonario inmobiliario y estrella de reality de TV. Su popularidad continuó creciendo a lo largo de los cuatro años en el cargo, como lo demuestran las decenas de millones de seguidores en las redes sociales y el número récord de votos–74 millones–emitidos para un presidente en ejercicio.
Pero a raíz de las elecciones, Trump perdió su megáfono en las redes sociales y la atención de los medios que implica al ser el presidente del país más poderoso del mundo. El exmandatario se comprometió a continuar su participación en la política, planteando la pregunta de qué debería hacer, si es que hay algo, para permanecer en la mente de los votantes, ser influyente en el Partido Republicano, y de interés para los medios de comunicación.
Algunos argumentan que el expresidente no tiene que hacer mucho para seguir siendo popular debido al éxito de su agenda, que inevitablemente se verá en contraste con las políticas de la administración del presidente Joe Biden.
“La razón por la que seguirá siendo popular es porque su agenda y sus políticas fueron exitosas”, dijo Jim McLaughlin, exencuestador de Trump, a The Epoch Times.
“No creo que tenga que hacer mucho. Creo que de muchas maneras, a veces menos es más”, dijo McLaughlin. «Él es un tipo que ha estado fuera de la oficina desde el 20 de enero y casi dos meses y los medios están obsesionados con él».
Los ratings de las noticias por cable han disminuido en todos los ámbitos luego de que Trump dejara el cargo, y el único aumento en la audiencia se produjo durante el impeachment en febrero. Como resultado, es posible que el interés de los medios por Trump no se limite estrictamente a su interés periodístico.
Mientras que algunos creen que «menos es más», otros piensan que para seguir siendo popular, relevante e influyente, el expresidente tendrá que seguir participando activamente, incluso comentando las políticas de la administración Biden.
“Barack Obama acabó con la vieja tradición de guardar silencio”, dijo Rich Baris, director de Big Data Poll, a The Epoch Times. «Él le abrió la puerta a Trump y la gente espera eso ahora de él».
Baris hizo referencia a la respuesta de Trump al discurso del aniversario de la pandemia de Biden, en el que el expresidente instó a la gente a recordar que fue su administración la que aceleró el descubrimiento, aprobación, fabricación y distribución de la vacuna para el virus del PCCh (Partido Comunista Chino), el nuevo coronavirus que causa la enfermedad del COVID-19.
Baris cree que Trump debe ir más allá de simplemente mantenerse comprometido y cambiar a algunas de las personas de las que busca consejo.
«Realmente no hay una manera educada de decir esto, es mejor que tenga a gente mejor a su alrededor que la gente que tenía antes de las elecciones y en el período inmediatamente posterior a las elecciones», dijo Baris. «Cualquier líder es tan bueno como las personas de las que se rodea y los datos que le entregan».
Baris recomendó que Trump no desperdicie el capital político que ahora tiene repartiendo respaldos indiscriminadamente.
«El poder del respaldo se diluirá después de un tiempo», dijo Baris. “Malgastar el respaldo de cierto senador que probablemente iba a ser reelegido de todos modos, y que no le agradas particularmente… Eso es un desperdicio de respaldo. Es una pérdida de capital político”.
Cualquiera sea el camino que elija Trump, tendrá que lidiar con una desventaja que no tuvo en la campaña electoral de 2016 o durante la mayor parte de su mandato en la Casa Blanca. Twitter y Facebook prohibieron las cuentas de Trump, cortando una línea directa de comunicación con decenas de millones de seguidores.
Según Andy Surabian, estratega republicano y exfuncionario de la Casa Blanca de Trump, las prohibiciones de las redes sociales son intrascendentes porque Trump «no tendrá problemas para conectarse con los votantes una vez que esté listo».
“No sé cuánto importa eso al final del día. Porque cuando él así lo desee, obviamente podrá transmitir su mensaje”, dijo Surabian a The Epoch Times. «Si bien es molesto, creo que es un poco exagerado lo mucho que importan las redes sociales».
“Él siempre va a llamar la atención de los medios. No importa cuánto lo odien los medios, siempre van a cubrir y nada cambiará eso. Él recibió una gran cantidad de atención de los medios antes de ser presidente. Lo consiguió antes de postularse para presidente. Y lo conseguirá después de la presidencia. Eso es solo una realidad».
Los rallies emblemáticos de Trump podrían ser una de las formas en que el expresidente atraviese el bloqueo de las redes sociales. Los eventos populares son un imán de los medios para generar una reacción en cadena de la actividad de las redes sociales a medida que los asistentes comparten sus videos y fotos del evento.
Surabian dijo que se sorprendería si Trump no reanuda los rallies. El discurso del expresidente en la Conferencia de Acción Política Conservadora el 28 de febrero se asemejó a un mitin típico y generó el tipo de audiencia en los medios que ningún otro republicano puede reclamar. Fox, que transmitió todo el discurso, estableció un récord de audiencia el domingo. Más de 30 millones de personas transmitieron el discurso online, según una estimación.
“La prensa anhelará a Donald Trump mucho más de lo que Donald Trump anhelará la prensa”, dijo McLaughlin.
“Él tiene todos los enemigos adecuados. Tiene a la izquierda radical. Tiene al establishment. Tiene a los medios de comunicación. Tiene a las Big Tech. Esas personas no son populares en la derecha ni en la coalición de centro derecha”, dijo McLaughlin.
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