La protección de los satélites estadounidenses será uno de los principales retos de la guerra espacial, según los generales de más alto rango de Estados Unidos.
Las principales amenazas proceden de los posibles primeros ataques de China y Rusia, que cuentan con capacidades espaciales avanzadas, dijo el general B. Chance Saltzman, jefe de operaciones espaciales de la Fuerza Espacial de Estados Unidos, a los asistentes a un foro sobre defensa espacial celebrado el 5 de abril.
Lo que preocupa especialmente es la última generación de misiles antisatélite de China, capaces de maniobrar para evitar ser detectados.
Actores hostiles
Aunque China parece tener mayor capacidad para llevar a cabo una guerra espacial, según Saltzman, Rusia ha demostrado su voluntad de atacar objetivos espaciales y sigue siendo una grave amenaza. «Está desplegando sistemas contraespaciales asimétricos destinados a neutralizar los satélites estadounidenses», afirmó el general.
En la guerra de Ucrania, Rusia ha interferido satélites de comunicaciones y sistemas GPS. Aunque no ha llegado a atacar los mismos satélites, tanto Rusia como China tienen capacidad para hacerlo, dijo Saltzman.
«Ambos tienen una serie de capacidades operativas contra el espacio, incluidos láseres terrestres para perturbar y degradar los sensores de los satélites, interferentes de guerra electrónica, dirigidos contra el GPS y las comunicaciones por satélite, así como misiles antisatélite», indicó Saltzman.
«Ambos están trabajando para utilizar el espacio para sus propios fines militares».
La tecnología de misiles más avanzada de China es alarmante para la teniente general de la Fuerza Aérea DeAnna M. Burt, subjefa de operaciones espaciales para cibernética y nuclear.
«Aún más aterrador para mí es el lanzamiento en julio de 2021 de su primer vehículo de lanzamiento orbital fraccionado, que comenzó como un ICBM, y luego maniobrió un juego final como vehículo hiper planeador», dijo Burt a la audiencia.
«Lo que eso significa para mí, y lo que debería importarles a todos ustedes, es que ahora puede maniobrar alrededor de ciertas capacidades de detección».
Desechos flotantes
Según Saltzman, la lucha bélica en el espacio se complica aún más por el creciente volumen de objetos en órbita alrededor de la Tierra.
Solo el año pasado, varias entidades realizaron 177 lanzamientos espaciales que pusieron en órbita 2215 cargas útiles, explicó el general.
Eso de por sí, ya supone un reto para Space Delta 2, la unidad responsable del seguimiento de objetos potencialmente peligrosos en el espacio. La unidad rastrea actualmente unos 48,000 objetos, de los cuales solo 7100 están en uso activo. El resto es chatarra espacial que complica las tareas de defensa del espacio.
«Estas cifras también incluyen cuerpos de cohetes gastados, satélites inactivos, cargas útiles que no cooperan y desechos que congestionan y complican aún más nuestra comprensión del entorno», explicó Saltzman.
La Estación Espacial Internacional (ISS) informó de 1286 «eventos de aproximación cercana» con estos objetos en 2022, un aumento del 233% con respecto a 2022. La ISS tuvo que maniobrar alrededor de estos objetos dos veces el año pasado.
«El aumento se debió en gran parte a la prueba antisatélite rusa de noviembre de 2021, que creó al menos 1500 piezas de desechos rastreables», dijo Saltzman.
Un cohete SpaceX Crew Dragon Endeavor despega en el Centro Espacial Kennedy en Merritt Island, Florida, el 8 de abril de 2022. (Stephen M. Dowell/Orlando Sentinel/TNS)
Contrarrestar la amenaza
Para contrarrestar las posibles amenazas a la capacidad de los satélites de EE. UU., el ejército debe crear resistencia en sus sistemas de satélites, dijeron ambos generales.
Esto significa disponer de un conjunto adaptable de satélites en órbita terrestre baja, media y geosíncrona para evitar ser debilitados por un potencial primer ataque.
«Para reducir la actual ventaja de un primer movimiento en el espacio, nuestras constelaciones de satélites están cambiando para ser más proliferantes, desagregadas y distribuidas», indicó Saltzman.
«Esta misma semana, nuestra Agencia de Desarrollo Espacial ha llevado a cabo el primer lanzamiento de su nueva arquitectura espacial proliferante de combate. Este primer conjunto de 10 satélites comienza a construir las capas de transporte y seguimiento», declaró Saltzman, señalando que todo el sistema fue desarrollado y desplegado en solo 27 meses.
Otros ajustes de la estrategia de la Fuerza Espacial incluyen una cooperación más estrecha con socios civiles y ejercicios de entrenamiento en condiciones reales que simulen las tácticas y la toma de decisiones que necesitan los operadores de los equipos.
Saltzman dijo que espera «desatar el espíritu de creatividad, innovación, determinación y patriotismo» entre el personal de la Fuerza Espacial, a los que se denomina guardianes. Según el general, esto será fundamental, porque resolver problemas complejos es un requisito primordial para proteger los activos del país en el espacio.
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