Un plan conjunto de fuerzas federales y de seguridad del céntrico estado de Guanajuato se realizó para capturar a José Antonio Yépez, El Marro, líder del robo de combustible en la región. «Hay un operativo del Gobierno de Guanajuato, apoyado por el Gobierno Federal, y siguiendo todos los procedimientos legales de la Fiscalía General de la República (FGR)», dijo el mandatario en su rueda de prensa matutina.
Desde el lunes, fuerzas de seguridad iniciaron un fuerte operativo para dar captura a este capo del huachicoleo, como se conoce en México a la sustracción ilegal de combustible que produce multimillonarias pérdidas para la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex).
Este operativo ha provocado que en varios municipios de este estado -uno de los más violentos del país- se hayan producido bloqueos carreteros con vehículos quemados para impedir la detención del capo, que lideraría el llamado cártel de Santa Rosa de Lima.
«Van dos días de registros por la denuncia de violencia cometida por un grupo que opera en Guanajuato», apuntó el mandatario mexicano en su locución matutina.
Reconoció que el operativo se ha enfrentado a «resistencias» pero «afortunadamente, no ha habido pérdidas de vidas humanas».
Además, aseguró que los pobladores de los municipios afectados han dejado de apoyar a esta banda, y reflexionó que si antes colaboraban en el robo de combustible era por el «vacío del Estado».
Los vacíos «se llenan cuando el pueblo tiene posibilidades de trabajo y bienestar», puntualizó.
Las vías más afectadas por los bloqueos de vehículos quemados se han dado en municipios de Irapuato, Celaya, Juventino Rosas y Comonfort, todos colindantes con la comunidad Santa Rosa de Lima, perteneciente al municipio de Villagrán.
Adicionalmente, medios locales reportaron que en la mañana de este miércoles se produjo un ataque a balazos a las oficinas de la FGR en Irapuato, sin que se reportaron víctimas ni se detuviera a los culpables.
El Gobierno de López Obrador, quien asumió la Presidencia el 1 de diciembre, inició la lucha frontal al robo de combustible reforzando con miles de efectivos la seguridad en los oleoductos y cambió el modelo de suministro de Pemex a las gasolineras desde finales de diciembre.
Esto llevó al cierre de ductos y a una crisis de desabastecimiento durante varios días en varios estados del país, que se prácticamente se ha solucionado aunque sigue el robo de gasolinas a menor escala.
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