Las delegaciones del régimen chino prohibieron a los periodistas que informan sobre la gira por el Pacífico del ministro de Relaciones Exteriores de China hacer preguntas, grabar y acceder a información que genere preocupaciones sobre el secreto del viaje.
El ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, se encuentra en el sexto día de un viaje de diez días a ocho países del Pacífico en un intento por profundizar los lazos con las naciones insulares. Wang ya visitó las Islas Salomón, Kiribati, Samoa, Fiji y Tonga y llegará en los próximos días a Vanuatu, Papua Nueva Guinea y Timor-Leste.
Australia y Estados Unidos han estado observando de cerca la gira, preocupados por la ambición cada vez más manifiesta de Beijing de establecer una presencia militar en sus países vecinos, después de que se filtrara un acuerdo económico y de seguridad entre China y la región. El acuerdo fue archivado el lunes por falta de consenso.
El sábado, el ministro de Relaciones Exteriores de China firmó un acuerdo con la nación insular de Samoa, que incluye un intercambio de cartas para un laboratorio de huellas dactilares para la fuerza policial como complemento de una academia de capacitación policial financiada por China.
A pesar del importante interés público y estratégico de la visita, los periodistas del Pacífico se han quejado de que las delegaciones chinas están bloqueando el acceso de los periodistas a la información.
La Asociación de Medios de Fiji (FMA) dijo el martes que los funcionarios chinos les habían impedido hacer preguntas y solo proporcionaron cierta información, según Fijian Broadcasting Corporation.
La periodista de Fiji, Lice Movono, que cubrió la visita de Wang a Fiji, dijo el martes al medio Australian Broadcasting Corporation (ABC) que los periodistas “fueron tratados como criminales” y que ella “nunca había experimentado” una situación similar.
Los funcionarios chinos habían tratado de sacar físicamente a un camarógrafo y se pararon frente a la cámara de él para bloquear la filmación a pesar de que se le había otorgado un pase de prensa, reveló Movono.
El mismo día, ella declaró a The Guardian que durante la conferencia de prensa de Wang, dirigida por funcionarios chinos, un periodista corrió el riesgo de ser escoltado fuera de la sala después de hacer una pregunta, pero sus compañeros periodistas intervinieron para ayudarlo.
En otro incidente, los periodistas intentaron “gritar preguntas de todos modos”, solo para que un funcionario del gobierno chino les respondiera a gritos, recordó Movono.
“Estaba bastante perturbada por lo que vi”, le dijo a The Guardian.
“[Como periodista en Fiji] a uno le pueden encarcelar o multar la empresa para la que uno trabaja por una suma agobiante, que puede hacer cerrar la operación”.
“Pero ver a ciudadanos extranjeros empujándoles hacia atrás en tu propio país, eso fue a un nivel diferente”, dijo a continuación.
El 3 de mayo, Dorothy Wickham, una periodista que cubría el viaje de Wang a las Islas Salomón, escribió en un artículo para The Guardian que la policía había “perseguido” a un reportero y un camarógrafo que estaban parados afuera del parlamento nacional en Honiara. Los gobiernos de las Islas Salomón se negaron a revelar el contenido de su amplio acuerdo de seguridad con Beijing y rechazaron todas las solicitudes de entrevistas, señaló Wickham.
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