Un alto funcionario de la Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo el jueves que la población en los países de todo el mundo debería estar preparada para una «segunda o tercera ola» de COVID-19, la enfermedad causada por el virus PCCh, hasta que se disponga de una vacuna.
El Dr. Hans Kluge, jefe de la OMS en Europa, comunicó el 30 de abril desde Copenhague, Dinamarca, que Europa sigue «muy aferrada» a la pandemia, a pesar de los signos positivos mientras está pasando por su punto álgido.
«Trágicamente, 129,344 personas en Europa ahora han perdido sus vidas. Mis pensamientos y mi más profundo pésame están con las familias y los seres queridos que hemos perdido», señaló Kluge.
«Cada país está trazando su ruta hacia una nueva normalidad y cada país está en un lugar diferente», añadió.
El recuento de muertes por COVID-19 en Estados Unidos el viernes alcanzó los 63,927, según datos de Worldometers, mientras que el número de infecciones se acercó a 1.1 millones.
Kluge pidió a los países que prolonguen las estrategias para frenar la propagación del virus.
«Debemos mantener todo el arsenal de medidas que tenemos para suprimir la transmisión», destacó Kluge, haciendo énfasis en que «COVID-19 no desaparecerá pronto».
Las observaciones del funcionario de la OMS se hacen eco de una advertencia del principal experto en enfermedades infecciosas de Estados Unidos y miembro del Grupo de Trabajo sobre el coronavirus de la Casa Blanca, el Dr. Anthony Fauci, quien dijo que es improbable que el virus desaparezca pronto.
Fauci expresó que está «casi seguro» de que habrá repetidos brotes debido a lo contagioso que es el virus y a lo amplio que se ha extendido por todo el mundo, en una entrevista en Economic Club el martes 29 de abril, el mismo día en que el número de infecciones en Estados Unidos superó el millón de habitantes.
«En mi opinión, es inevitable que el virus vuelva a aparecer o que nunca desaparezca», concluyó.
La clave para mantener la cuenta de muertos en Estados Unidos a medida que los estados empiecen a levantar los cierres y a reabrir las economías son los test de COVID-19, el aislamiento de los enfermos y el seguimiento de los contactos.
«Si para entonces hemos puesto en marcha todas las contramedidas necesarias para abordar esto, deberíamos hacerlo razonablemente bien», indicó Fauci. «Si no lo hacemos con éxito, podríamos tener un mal otoño y un mal invierno».
En una sesión informativa en la Casa Blanca el 22 de abril, a su vez describió lo que sería una «fórmula exitosa» para la contención y la mitigación.
«Empezamos a ver algunos cambios, algunos aplanamientos y algunos descensos», dijo al mencionar la infección y los recuentos de muertes en todo el país.
«Así que lo que ha sucedido es que la mitigación que pusimos en los primeros 15 días; y luego funcionó el programa de mitigación de 30 días de distanciamiento físico», añadió.
«Así que nos llevó a donde estamos hoy. Es una fórmula exitosa. Es la base para que podamos decir que ahora podemos pensar seriamente en reabrir Estados Unidos».
Al hablar de las condiciones esbozadas en el plan del gobierno de Trump para un enfoque por fases para la reapertura, informó que «hay ciertos puntos de control antes de que se pueda siquiera pensar en pasar a la fase uno y luego las cosas se relajen un poco al pasar a la fase dos, y se relajen otro poco al pasar a la fase tres».
«Aunque sé que uno tiene necesidad de saltar sobre estas cosas, no lo haga. Hágalo de manera mesurada. Esta es una fórmula exitosa. El problema es que si no lo hacemos, es probable que tengamos un rebote», advirtió.
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