Preston Martin pensó que la furgoneta Volkswagen azul retro en la que durmió durante un año en la universidad estaba destrozada, dado que la estacionó en un barrio de Malibú justo antes de que el incendio de Palisades arrasara, reduciendo casas y automóviles a escombros y metal carbonizado.
Así que el fabricante de tablas de surf se sorprendió al descubrir que el vehículo sobrevivió. No solo eso, una foto del vibrante vehículo tomada por un fotógrafo de Associated Press circuló ampliamente en televisión y en línea, dando a los espectadores una medida de alegría.
«Hay magia en esa furgoneta», dijo Martin, de 24 años, el martes en una entrevista con AP. «No entiendo por qué sucedió esto. Debería haberse quemado, pero aquí está».
El barrio sigue cerrado al público y ni Martin ni la amiga y socia a la que le vendió la furgoneta el verano pasado, Megan Krystle Weinraub, pudieron inspeccionar el vehículo. En otras fotos de la furgoneta, parece tener hollín en las ventanas, dijo Martin.
Martin compró el Volkswagen Type 2 de 1977 un poco por capricho en algún momento de su tercer año de ingeniería mecánica en la Universidad de California, Santa Bárbara.
Su madre, Tracey Martin, de Irvine, le gritó por malgastar su dinero, pero Martin le dijo que ahorraría en alquiler si arreglaba el interior y vivía allí durante su último año, lo cual hizo. Ella llegó a amar el autobús y cosió cortinas para las ventanas.
El verano pasado vendió la furgoneta a Weinraub, de 29 años, que diseña tablas de surf y skate con la marca Vibrant Boards. Martin fabrica tablas de surf de fibra de carbono con la marca Starlite.
El 5 de enero, los amigos se dirigieron a surfear en la furgoneta, a la que Weinraub llama Azul. Después, Martin la estacionó en un terreno llano de la colina desde su apartamento, junto a la Villa Getty, ya que todavía estaba aprendiendo a conducir con transmisión manual.
Dos días después, estalló el incendio de Palisades y Weinraub huyó con su perro, Bodi, y algo de comida para perros en su automóvil principal. Se sintió triste por Azul, pero eso fue algo menor en comparación con quienes perdieron sus hogares o seres queridos.
El jueves, un vecino le envió una foto. Al fondo se veía el autobús, todavía azul y blanco y sin ningún daño.
«Me asusté», dijo. «Estaba en el baño y grité».
Llamó a Martin, quien también se asustó. Él llamó a su madre, que estaba extasiada. «Nunca antes lloré por un auto», le escribió Tracey Martin a su hijo.
Se sorprendieron aún más cuando la foto de AP se transmitió por televisión y apareció en línea.
«Salimos en las noticias», dijo Martin en un video en Instagram, y Weinraub se puso en contacto con el fotógrafo.
Weinraub, cuya casa sobrevivió, no sabe cuándo se le permitirá regresar a su apartamento o a Azul. Ambos están agradecidos de que la supervivencia de la camioneta haya beneficiado a tanta gente.
«Es genial que se convirtiera en algo así como un faro de esperanza», dijo Martin. «Todo a su alrededor estaba quemado, simplemente destruido. Y ahora está esta camioneta azul brillante y reluciente, ahí mismo».
Por Janie Har.
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