Gabriel Boric instruyó el miércoles a su canciller, Alberto van Klaveren, a instar a Bolivia a que evite obstruir la expulsión de migrantes ilegales que ingresan a través del país vecino, tras una visita a la ciudad fronteriza de Colchane en la Región de Tarapacá.
“He mandatado a nuestro nuevo Canciller a reforzar las conversaciones con nuestros países vecinos, en particular con Bolivia, que hoy día no están llevando adelante la reconducción de los ciudadanos venezolanos y colombianos que entran por la frontera de Colchane y que no son recibidos por el lugar donde entran y eso tenemos que solucionarlo”, dijo Boric en un comunicado, señalando que no cuentan con relaciones diplomáticas con Bolivia desde 1978.
El mandatario también señaló que su gobierno está trabajando para fortalecer las capacidades del país respecto al control fronterizo y migratorio, señalando que la prioridad de su gobierno se centra en proteger la frontera y asegurar una “migración que sea regular, segura y ordenada” y de acuerdo a las necesidades del país.
En ese sentido, Boric dijo que también se encuentran impulsando dos proyectos de ley que buscan simplificar y acelerar los procesos de expulsión en los casos que sea necesario, por ejemplo, en aquellos relacionados con delitos con drogas.
Por su parte, el viceministro de Relaciones Exteriores de Bolivia, Freddy Mamani Machaca, contestó a las declaraciones del mandatario chileno.
«Respecto a que Bolivia no estaría llevando adelante la reconducción de ciudadanos de otros países entendiendo ésta como una expulsión del territorio chileno, no existe ningún acuerdo, convenio o instrumento bilateral que genere dicha obligación”, dijo, en un mensaje de video transmitido al país.
“El procedimiento de reconducción al que se refiere el presidente Boric es normativa chilena que no genera ningún tipo de obligación internacional», agregó.
En cuanto al tema de migración irregular, Mamani dijo que la posición de Bolivia “es que esos temas deben ser abordados con las autoridades de la nacionalidad de la migración de origen evitando la estigmatización negativa del migrante y cualquier acción que pueda vulnerar derechos humanos”.
Por su parte, el canciller van Klaveren, según CNN Chile, buscará reunirse con Bolivia en la futura Cumbre Iberoamericana que se celebrará en Santo Domingo para abordar la preocupación del país sobre la crisis migratoria.
Desde 2021, la región fronteriza del norte de Chile sufre una fuerte crisis migratoria con la llegada masiva de extranjeros, la mayoría venezolanos, a través de pasos clandestinos. Una gran mayoría de inmigrantes ilegales eluden diariamente los escasos controles de Colchane con el objetivo de llegar a Iquique para luego abrirse paso hacia la capital del país, Santiago.
En total hay 1.4 millones de migrantes en el país latinoamericano, lo que equivale a más del 7% de la población, y los venezolanos son los más numerosos, seguidos de peruanos, haitianos y colombianos.
Como respuesta, este año el gobierno chileno ha buscado reforzar su seguridad para proteger sus fronteras.
A finales del mes pasado, el gobierno chileno inició el despliegue de efectivos del ejército para resguardar las zonas fronterizas al norte de Chile, que limitan con Perú y Bolivia, una medida que durará 90 días, y con la que el gobierno chileno busca aumentar el control del ingreso de inmigrantes ilegales al país.
El ejército, en ese momento, informó que el despliegue fue realizado en un intento de duplicar la fuerza que ya se había instalado en el lugar desde el año 2017. Tal medida se aplicará en zonas críticas de la frontera norte en las regiones de Arica y Parinacota, Antofagasta y Tarapacá.
Con información de EFE.
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