Generales estadounidenses han advertido sobre la agresiva campaña de expansión e influencia de China en América del Sur y el Caribe, con Beijing invirtiendo en infraestructura y al mismo tiempo impulsando su gobierno autoritario en la región.
El Partido Comunista Chino (PCCh) “continúa expandiendo su influencia económica, diplomática, tecnológica, informativa y militar en América Latina y el Caribe. La República Popular China tiene la capacidad y la intención de eludir las normas internacionales, promover su marca de autoritarismo y acumular poder e influencia a expensas de estas democracias”, dijo la general Laura Richardson, comandante del Comando Sur de EE.UU., durante una comparecencia ante el Comité de las Fuerzas Armadas de la Cámara de Representantes, refiriéndose al régimen chino por su nombre oficial, República Popular China.
El PCCh ha “ampliado su capacidad para extraer recursos, establecer puertos, manipular gobiernos a través de prácticas de inversión depredadoras y construir posibles instalaciones espaciales de doble uso, la mayor cantidad de instalaciones espaciales en cualquier región de mando combatiente”.
Richardson señaló que China ha utilizado la devastación causada por la pandemia de COVID-19 para aumentar su influencia en América Latina. La región alberga al 8 por ciento de la población mundial, pero sufrió el 29 por ciento de las muertes por COVID-19 del mundo. La comandante estima que 170 millones de personas en América Latina están en la pobreza, con las economías de varios estados de la región atravesando dificultades.
Durante esta crisis, el PCCh intervino con inversiones en infraestructura crítica como carreteras, represas eléctricas, puertos de aguas profundas, telecomunicaciones, etc., dijo.
El General Glen D. VanHerck, comandante del Comando Norte de EE.UU., señaló que China ha realizado importantes inversiones en México. Alrededor del 80 por ciento de los equipos de telecomunicaciones de México son proporcionados por empresas chinas como Huawei, dijo.
En las Bahamas, el PCCh está “ejerciendo agresivamente su coerción económica”, dijo. China ha construido su embajada más grande del mundo en las Bahamas, con un “embajador muy agresivo que usa un amplio contexto para socavarnos todos los días”.
Comercio creciente, riesgo de seguridad y falta de un gran plan
En su declaración (pdf) ante el comité de la Cámara, Richardson destacó el creciente comercio de China con América Latina y el Caribe. En 2002, el comercio del PCCh con la región fue de solo USD 18,000 millones. Veinte años después, en 2022, esto se ha disparado a USD 450,000 millones.
Richardson estima que esta cifra aumentará a USD 700,000 millones para 2035. El comercio actual de Estados Unidos con la región es de USD 700,000 millones, lo que sugiere que la ventaja comercial comparativa de Estados Unidos se está erosionando, dijo.
La inversión de Beijing en infraestructura crítica en América Latina y el Caribe es un gran riesgo de seguridad para Estados Unidos, dijo Richardson.
En cualquier conflicto global potencial, el PCCh podría “aprovechar los puertos regionales estratégicos para restringir el acceso de barcos comerciales y navales estadounidenses. Este es un riesgo estratégico que no podemos aceptar ni ignorar”, dijo.
Richardson señaló que las empresas patrocinadas por el PCCh licitan proyectos relacionados con el Canal de Panamá, que es un “cuello de botella estratégico global”. En Argentina, una empresa estatal del PCCh busca obtener derechos para construir instalaciones marítimas cerca de la ciudad portuaria de Ushuaia. Tales instalaciones mejorarían “drásticamente” el acceso de Beijing a la Antártida, advirtió Richardson.
Durante una entrevista con EpochTV en junio pasado, el experto en seguridad, Joseph Humire, dijo que Estados Unidos carece de una gran estrategia para contrarrestar la expansión de la influencia china en América Latina.
Como Estados Unidos ha estado ausente en la región durante los últimos 30 años, China ha “aprovechado la oportunidad”, dijo. El gobierno de Reagan es la última administración estadounidense que tuvo una “política amplia” para América Latina con el anticomunismo y la Guerra Fría, afirmó Humire.
«Si nos remontamos 20 años atrás, China era socio comercial de sólo tres países (…) en Sudamérica. Diez años más tarde, en 2010, era el principal socio comercial de siete de las doce naciones soberanas de Sudamérica», afirmó. «Hoy, son el principal socio comercial de nueve de las principales naciones soberanas de Sudamérica”.
Los crecientes lazos de América Latina con China tienen un gran costo para Estados Unidos, señaló Humire. “No estamos lejos de que el gobierno chino tenga puestos militares dentro de América Latina, muy cerca de la frontera con Estados Unidos”.
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