El gobernador de Georgia, Brian Kemp, firmó el jueves una orden ejecutiva que prohíbe a los gobiernos locales ordenar a las empresas el uso obligatorio de mascarillas o la vacunación contra el COVID-19, como una medida necesaria para «proteger» a las empresas privadas.
La orden ejecutiva prohíbe a los funcionarios locales imponer estas órdenes, pero permite que las empresas privadas exijan por su cuenta el uso de mascarillas o la vacunación, dijo Kemp a los periodistas durante una conferencia de prensa.
«Hay algunos en todo nuestro estado que quieren volver al modo de confinamiento», dijo el gobernador republicano, señalando las actuales órdenes de Atlanta y Savannah que exigen el uso de mascarillas en los interiores. «Los gobiernos locales no podrán obligar a las empresas en la ciudad a ser la policía de las mascarillas, la policía de la vacunación, o cualquier otra restricción onerosa».
La orden de Kemp se produce luego que el estado informó el jueves de más de 7000 nuevos casos del virus de la PCCh (Partido Comunista Chino) y 46 muertes, según datos estatales. Esta cifra es superior a los 5000 casos y 42 muertes del miércoles.
El reciente aumento de los casos del virus del PCCh asociados a la variante Delta de COVID-19, altamente infecciosa, llevó al presidente Joe Biden a aprobar recientemente normas que exigen que los trabajadores federales presenten pruebas de vacunación contra el COVID-19 o se enfrenten a test periódicos que detecten la infección, además de restricciones de viaje y uso obligatorio de mascarillas.
El Pentágono, por su parte, dijo el 9 de agosto que exigirá la vacunación de todo el personal militar activo.
La variante Delta representa ahora al menos el 80 por ciento de los casos en Estados Unidos.
A principios de este mes, el Departamento de Salud Pública de Georgia emitió un comunicado de prensa en el que afirma que la vacunación es «más urgente que nunca», tras el aumento asociado a la variante Delta.
«Desgraciadamente, podemos esperar que las cifras de COVID sigan creciendo. Las personas que no están vacunadas o que se saltan la segunda dosis de la vacuna son objeto de infección», dijo Kathleen E. Toomey, comisionada del departamento a través de una declaración. «Vacunarse es la mejor manera de prevenir la propagación del COVID-19 y de la variante Delta. Una alta cobertura de vacunación reducirá la propagación del virus en su comunidad y en otros lugares y ayudará a prevenir la aparición de nuevas variantes».
Las tres vacunas contra el COVID-19 que se están administrando en Estados Unidos se aplican solo bajo una autorización de uso de emergencia. Las autoridades creen que la vacuna de Pfizer-BioNTech podría ser aprobada por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) en el transcurso de este mes.
Mientras tanto, el 6 de agosto, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) dijeron que los nuevos datos sobre la variante más infecciosa muestran que ninguna vacuna es 100 por ciento eficaz, ya que las personas totalmente vacunadas siguen siendo capaces de transmitir el virus a otros, aunque las personas vacunadas «parecen ser infecciosas durante un periodo más corto».
Los CDC añadieron que las infecciones de la variante Delta parecen producir la misma carga viral «tanto en personas no vacunadas como en las totalmente vacunadas», lo que pone en tela de juicio si las órdenes de vacunación son justificables dadas las implicaciones de la violación de las libertades individuales por parte del gobierno.
Los CDC no devolvieron las múltiples solicitudes de comentarios sobre el asunto.
Kemp dijo en un mensaje en Twitter que su orden ejecutiva garantizará que los negocios en Georgia «no puedan ser castigados por los gobiernos locales por tratar de ganarse la vida, pagar a sus empleados y salvar sus medios de subsistencia».
«¡Georgia está abierta a los negocios!», añadió.
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