La cadena de supermercados Giant Eagle retiró de sus estanterías, como medida de precaución, parte del agua de manantial que vendía con su marca, como consecuencia del descarrilamiento de un tren a principios de este mes.
La empresa, con sede en Pittsburgh, dejó de vender agua con la marca Giant Eagle procedente de una planta de Salineville, situada a unos 40 kilómetros al suroeste del punto del descarrilamiento, según una declaración enviada el martes a los medios de comunicación. La planta sólo suministraba agua de manantial en envases de un galón o más a sus tiendas Giant Eagle, Market District y GetGo, dijo la empresa.
El anuncio del supermercado regional se produjo más de dos semanas después de que un tren de mercancías que transportaba materiales peligrosos descarrilara en East Palestine, tras lo cual las autoridades locales llevaron a cabo una «quema controlada» para evitar una posible explosión.
La Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA) señaló que en el lugar se habían detectado varios compuestos químicos, como cloruro de vinilo, éter monobutílico de etilenglicol, acrilato de etilhexilo, isobutileno y acrilato de butilo, lo que suscitó preocupación por los posibles riesgos para el medio ambiente y la salud humana.
Giant Eagle señaló que el agua de estos productos procedía de «un manantial protegido situado a mayor altitud que Palestina Este, que no está cerca de fuentes de aguas subterráneas directamente afectadas por el incidente».
Los análisis de las materias primas y los productos finales realizados por un laboratorio externo «no han encontrado ninguna prueba de que el agua se haya visto afectada negativamente por el incidente del 3 de febrero», dijo Giant Eagle.
Aun así la empresa decidió no correr riesgos.
«Por abundancia de precaución, Giant Eagle tomó la decisión de retirar de los estantes de nuestras tiendas todos los productos de agua de manantial de la marca Giant Eagle de un galón o más que provengan de las instalaciones de Salineville hasta nuevo aviso, mientras continuamos evaluando las pruebas en curso y los posibles impactos en la fuente del manantial».
Preocupación por el agua potable
La empresa de alimentación tomó esta medida una semana después de que la empresa de servicios públicos de la ciudad de Cincinnati anunciara que cerraría la toma del río Ohio y recurriría a las reservas de agua «por precaución.» La empresa Greater Cincinnati Water Works afirmó en otra declaración que las pruebas de muestras de agua no revelaron «niveles detectables de las sustancias químicas» relacionadas con el descarrilamiento y la quema controlada.
Tras la medida de Cincinnati, el Distrito de Aguas del Norte de Kentucky dijo que cerró esa fuente como medida de precaución.
Las autoridades de Ohio indicaron que no habían encontrado indicios de que el agua pública en East Palestine fuera insegura, aunque instaron a los residentes que utilizan pozos privados cerca del lugar del descarrilamiento a beber solo agua embotellada.
Sin embargo, algunos residentes y senadores que representan al estado siguen mostrándose escépticos.
El senador republicano del estado de Ohio, Michael Rulli, advirtió a los residentes en un radio de 16 kilómetros del descarrilamiento que no beban el agua de la zona ni se bañen en ella. En declaraciones a Breitbart, el senador, cuyo distrito abarca East Palestina, dijo que no es seguro hacerlo y que hay preocupación por «el cáncer en los próximos cinco, 10, 15, 20 años», para los residentes en las proximidades del lugar del descarrilamiento.
«Así que lo que sugiero es que todo el mundo se vaya lo más lejos posible y consiga una habitación de hotel», indicó Rulli. El senador añadió que, desde el descarrilamiento, cada vez que visita East Palestina le duele «la garganta durante el resto del día».
Los residentes de East Palestina también informaron de problemas de salud como dolores de cabeza y de garganta.
El senador J.D. Vance (R-Ohio) retó a los funcionarios del estado a beber el agua si creen que es segura. «Creo que si el administrador de la EPA quiere estar aquí y decirle a la gente que el agua del grifo es segura, por todos los medios, deberían estar dispuestos a beberla», dijo Vance.
El martes, el administrador de la EPA, Michael Regan, el gobernador Mike DeWine y el representante Bill Johnson (R-Ohio) hicieron una exhibición bebiendo agua del grifo mientras visitaban las casas de los habitantes de East Palestine en un intento de asegurar a los escépticos residentes que el agua potable es segura para el consumo.
«Es un agua bastante buena», dijo Regan.
Con la contribución de Katabella Roberts
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