El gobernador de Texas, Greg Abbott, ha emitido una declaración de desastre en la frontera sur del estado para proveer recursos adicionales a los planes para hacer frente a la crisis humanitaria en la frontera.
«Las políticas de fronteras abiertas del presidente Biden han allanado el camino para que pandillas y cárteles peligrosos, traficantes de personas y drogas mortales como el fentanilo lleguen a nuestras comunidades», dijo Abbott en un comunicado.
«Mientras tanto, los propietarios de tierras a lo largo de la frontera están viendo cómo sus propiedades son dañadas y vandalizadas a diario mientras la Administración Biden no hace nada para protegerlas. Texas sigue dando un paso adelante para afrontar la crisis en la frontera ante la ausencia del gobierno federal, pero hay que hacer más».
La declaración (pdf) apunta a los recursos en las áreas que podrían proteger a los propietarios que están lidiando con los daños a la propiedad debido a los intrusos en sus tierras. Abbott también ha ordenado al Departamento de Seguridad Pública de Texas que aumente sus iniciativas para hacer cumplir las leyes federales y estatales relativas a delitos como el allanamiento de morada, el contrabando y el tráfico de personas.
También se ha ordenado a la Comisión de Salud y Servicios Humanos de Texas que deje de expedir licencias estatales a los centros de cuidado de niños que tengan un contrato con el gobierno federal y que alberguen o detengan a inmigrantes ilegales.
Abbott también ha ordenado a la Comisión de Normas Penitenciarias de Texas y a la Comisión de Fuerzas de Seguridad de Texas que proporcionen orientación y soliciten las exenciones necesarias que den a los condados la flexibilidad necesaria para establecer instalaciones de detención alternativas adecuadas o para añadir o ampliar la capacidad de las instalaciones actuales.
«Al declarar el estado de catástrofe en estos condados, Texas tendrá más recursos y estrategias a nuestra disposición para proteger a los propietarios y hacer cumplir todas las leyes federales y estatales para combatir las actividades delictivas derivadas de la crisis en la frontera. Trabajando junto con las fuerzas de seguridad locales, el estado continuará tomando medidas sólidas y significativas para mantener la seguridad de nuestras comunidades», dijo Abbott.
La declaración se produce en medio de un importante aumento de la inmigración ilegal en los últimos meses. En el mes de abril, los agentes de la Patrulla Fronteriza se encontraron con más de 178,000 inmigrantes ilegales, según las últimas estadísticas. Esta cifra es superior a los poco más de 173,000 individuos encontrados en marzo. El número de cruces ilegales en la frontera ha aumentado de forma constante desde octubre del año pasado, pero se disparó en febrero tras la toma de posesión del presidente Joe Biden.
Entre los que cruzaron ilegalmente a Estados Unidos el mes pasado había más de 17,100 menores no acompañados, lo que supone un ligero descenso con respecto al número de menores no acompañados que llegaron ilegalmente a Estados Unidos en marzo, unos 18,900. Sin embargo, la cifra sigue siendo aproximadamente el doble del número de menores que llegaron en febrero, unos 9300.
En marzo, Abbott lanzó la Operación Estrella Solitaria como un plan para hacer frente a la crisis en la frontera. La operación añadió recursos para disuadir el cruce ilegal de la frontera y ordenó a las fuerzas de seguridad del estado que entrevistaran a los menores no acompañados, niños que entran ilegalmente en el país sin un adulto, para identificar a las víctimas del tráfico de personas.
Desde su puesta en marcha, la Operación ha realizado más de 1300 detenciones de delincuentes, ha arrestado a más de 35,000 inmigrantes ilegales y ha incautado más de 10,000 libras de drogas y más de 100 armas de fuego, dijo el gobernador.
Algunos legisladores republicanos han argumentado durante mucho tiempo que la creciente crisis es el resultado de la medida de Biden de anular varias políticas de inmigración de la era de Trump que ayudaron a frenar el flujo de cruces fronterizos ilegales. Esto incluye la piedra angular de su predecesor, el Protocolo de Protección a Migrantes (MPP), que puso fin de forma efectiva a la problemática política de «captura y liberación», frenando significativamente el aumento de inmigrantes ilegales que se vio en la frontera sur en 2019. El MPP, que estaba en pausa, se dio por terminado oficialmente el martes.
Retomando las políticas de la era de Obama que facilitan la «captura y liberación», la Administración Biden está volviendo a liberar a los menores no acompañados en el país. Varios legisladores argumentan que la actuación de Biden se ha interpretado como una señal para que los posibles migrantes viajen a Estados Unidos.
La Administración Biden, por otra parte, ha tratado de echar la culpa a la administración del expresidente Donald Trump, y el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, dijo anteriormente que la Administración Trump había «desmantelado la forma ordenada, humana y eficiente de permitir que los niños hagan sus reclamaciones bajo la ley de Estados Unidos en su propio país».
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