El gobernador de Texas, Greg Abbott, dijo que está eliminando la posibilidad de encarcelar a los que violen sus órdenes ejecutivas.
«Encarcelar a los texanos que han tenido que cerrar sus negocios sin tener la culpa de ello no tiene sentido, y no permitiré que suceda», dijo el republicano en un comunicado el 7 de mayo. «Los criminales no deberían ser liberados para prevenir el COVID-19 y para poner a los dueños de negocios en su lugar».
La decisión elimina el tiempo de encarcelamiento por violar una orden que va de aquí en adelante y retroactivamente al 2 de abril.
La modificación de la orden sustituye a las órdenes locales.
Abbott ordenó a los texanos que se quedaran en casa por medio de órdenes ejecutivas que entraron en vigor el mes pasado. Los infractores se enfrentaron a penas de cárcel de hasta 180 días y a una multa de hasta 1000 dólares.
Mientras que Abbott ha permitido recientemente la reapertura de algunos negocios, la dueña de un salón de belleza en Dallas, Shelley Luther, que reabrió temprano el 24 de abril, fue sentenciada el martes a siete días de encarcelamiento por desafiar una de las órdenes de Abbott.
Abbott dijo un día después que no estaba de acuerdo con la sentencia, que también incluía una multa de 7000 dólares.
«Como he dejado claro a través de avisos previos, encarcelar a los texanos por incumplimiento de las órdenes ejecutivas debería ser siempre la última opción disponible», dijo en un comunicado.
«El cumplimiento de las órdenes ejecutivas durante esta pandemia es importante para garantizar la seguridad pública; sin embargo, seguramente hay medios menos restrictivos para lograr ese objetivo que encarcelar a una madre de Texas».
La revisión de las órdenes ejecutivas «debería liberar» a Luther si esta es aplicada correctamente, dijo Abbott.
«También puede asegurar que otras texanas como Ana Isabel Castro-Garcia y Brenda Stephanie Mata que fueron arrestados en Laredo, no deberían estar sujetas a confinamiento», añadió.
El fiscal General de Texas, Ken Paxton, pidió la liberación inmediata de la propietaria del negocio, Shelley Luther, mientras que el vicegobernador, Dan Patrick, dijo que estaba pagando la multa de Luther.
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