La gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, se mostró contraria a recontratar trabajadores del sector sanitario del estado que no cumplieron con los requisitos de vacunación contra COVID-19 y perdieron sus empleos mientras la pandemia causaba estragos.
Volver a contratar a trabajadores no vacunados no es la «respuesta correcta», dijo este martes la gobernadora en comentarios a los medios de comunicación.
«No creo que la respuesta sea que alguien que entra, que está enfermo, se exponga a alguien que puede darle COVID-19. No sé si esa es la respuesta correcta, aunque estoy bastante segura de que no lo es», indicó Hochul.
Hochul explicó su postura en términos de seguridad pública.
«Yo pienso que todos los que acuden a un centro sanitario o a una residencia de ancianos deben tener la seguridad, y sus familiares deben saber que hemos tomado todas las medidas para proteger la salud pública. Eso incluye asegurarnos de que quienes entran en contacto con ellos en su momento de mayor vulnerabilidad, cuando están enfermos o son ancianos, no les transmitirán el virus», declaró Hochul.
Sus comentarios se produjeron menos de dos semanas después de que un juez de la Corte Suprema del estado de Nueva York anulara una orden estatal que obliga al personal médico a vacunarse contra COVID-19. El juez Gerard Neri consideró que Hochul y el Departamento de Salud del estado se habían excedido en su autoridad legal al hacer permanente la orden de vacunación, y habían eludido ilegalmente a la asamblea estatal, en cuya competencia recae una decisión de tanto peso.
El juez Neri también consideró que la orden de vacunación era «arbitraria y caprichosa», citando pruebas de que las vacunas contra COVID-19 no previenen la propagación del virus, lo que socava la base del mandato.
Tras la sentencia, el Departamento de Salud del estado dijo que estaba «explorando sus opciones».
La semana pasada, un grupo de congresistas de Nueva York escribió a Hochul expresando su preocupación por la escasez de personal a la que se enfrentan los hospitales del estado, situación que se ha visto agravada por la orden de vacunación.
«Le escribimos hoy con profunda preocupación por la desastrosa escasez de personal que está obstaculizando el sistema sanitario de nuestro estado e impidiendo a los neoyorquinos acceder a una atención de calidad. Aunque la escasez ha sido un problema constante, sigue agravándose por la draconiana orden de vacunación contra COVID-19 de Nueva York para los trabajadores de la salud, que ha obligado a casi 34,000 trabajadores de la salud a abandonar sus puestos de trabajo. Esto ha provocado graves dificultades financieras a los hospitales neoyorquinos y ha elevado las barreras para atender a quienes lo necesitan», escribieron los legisladores en la carta del 19 de enero (pdf).
Los legisladores describen a continuación las «consecuencias devastadoras» de la orden de vacunación y las graves disparidades entre el número de vacantes en el sector, por un lado, y el número de trabajadores que pueden ser contratados en virtud de la política estatal.
Ellos indicaron que el 7 de diciembre había la extraordinaria cifra de 9300 vacantes de enfermeras en todo Nueva York, y citaron una encuesta reciente según la cual el 100 % de los hospitales neoyorquinos sufre de escasez de personal de enfermería, y el 49 % ha tenido que reducir algunos de sus servicios para afrontar el déficit de personal. También destacaron que el 27 % de los hospitales informaron de que corrían el riesgo de impago de sus préstamos, con todas las posibles repercusiones que conllevaría tal eventualidad en los servicios vitales y de socorro.
«Estas estadísticas son sorprendentes y deberían servir de llamada a una acción de parte de su administración», escribieron los legisladores.
En la carta se critica a Hochul por insistir en la vacunación de los trabajadores en un momento en que el director de los Centros de Control de Enfermedades ha dicho públicamente que la vacunación no impedirá la transmisión de COVID-19.
¿Naturaleza política?
Michael Alcazar, profesor del departamento de derecho, ciencias policiales y administración de justicia penal de la City University de Nueva York, se pregunta si la insistencia de Hochul en no volver a contratar a trabajadores no vacunados tiene más que ver con la ciencia o con la paranoia, o tal vez sea de naturaleza política.
A pesar de haberse vacunado no menos de cuatro veces, el propio Alcázar contrajo COVID-19 en diciembre, según su declaración.
«Al principio creí en lo que me aconsejaban los médicos, que vacunarme me protegería del COVID-19 y evitaría su propagación. No parece que sea así, según mi experiencia personal. Vacunados y no vacunados, enmascarados y no enmascarados, siguen contrayendo COVID-19», declaró Alcázar a The Epoch Times.
La discriminación de Hochul contra los trabajadores no vacunados contrasta con los planteamientos de las instituciones, como el Departamento de Policía de Nueva York, que está volviendo a contratar a los agentes despedidos en los últimos meses porque se habían vacunado. El departamento se enfrenta a demandas colectivas por un despido improcedente debido a las anteriores directrices, señaló Alcazar. Todo le hace preguntarse aún más qué es lo que podría motivar la decisión de Hochul.
«Me pregunto si se trata de una postura política. Puede que así piense la izquierda, o lo que ellos creen que es adecuado, y Hochul no está dispuesta a ponerse de parte o de acuerdo con las ideas conservadoras», dijo Alcázar.
«Los expertos creen que la vacuna no previene la enfermedad, sino que solo atenúa los síntomas. Ya sea gripe o COVID-19, sigue siendo un virus. La gente debe tomar precauciones, lavarse las manos, mantener las distancias para minimizar la exposición y seguir llevando una vida y una carrera normales», añadió el profesor.
The Epoch Times se ha puesto en contacto con la oficina de Hochul para recibir sus comentarios.
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