El presidente Donald Trump impuso sanciones adicionales a Venezuela el lunes 21 de mayo, poco después de que el dictador socialista Nicolás Maduro afirmara que ganó unas elecciones presidenciales, calificadas por los funcionarios del gobierno estadounidense como una ‘farsa’.
Trump firmó una orden ejecutiva destinada a bloquear el último plan de Maduro para desviar la riqueza de Venezuela, mediante la venta de cuentas por cobrar en poder del gobierno de Venezuela.
Un alto funcionario estadounidense describió la práctica como una forma de ‘vender el futuro de la nación’, mediante la cual un inversor puede comprar el activo (deuda futura adeudada al gobierno venezolano) a centavos del dólar actual.
La orden ejecutiva enumera una serie de razones para imponer la última ronda de sanciones, incluidas: una «mala gestión económica endémica y corrupción pública a expensas del pueblo venezolano y de su prosperidad, y la permanente represión contra la oposición política; intentos de socavar el orden democrático mediante elecciones rápidas que no son ni libres ni justas; y la responsabilidad del régimen por la profundización de la crisis humanitaria y de salud pública en Venezuela».
La orden ejecutiva prohíbe específicamente que cualquier ciudadano de Estados Unidos compre cualquier deuda del gobierno de Venezuela. Los estadounidenses también tienen prohibido aceptar deuda del gobierno venezolano como garantía para préstamos y otros tipos de financiamiento. Se aplican restricciones similares a las entidades en las que el régimen socialista posee una participación mayoritaria.
Catorce naciones sudamericanas se negaron a reconocer las elecciones del 20 de mayo en Venezuela como legítimas, de acuerdo con una declaración conjunta del Grupo Lima realizada por Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Guyana, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú. y Santa Lucía.
Las naciones del Grupo Lima también se comprometieron a reducir las relaciones diplomáticas con Venezuela y dijeron que convocarán a sus embajadores para expresar su protesta. Durante una reunión con periodistas, altos funcionarios estadounidenses elogiaron a las naciones del Grupo Lima por la declaración.
Las sanciones del lunes, es la tercer orden ejecutiva de la administración Trump dirigida al régimen socialista.
Recientemente Estados Unidos prohibió todas las transacciones vinculadas a la criptomoneda venezolana respaldada por petróleo llamada «Petro». El lunes, altos funcionarios estadounidenses condenaron el Petro como una inversión fraudulenta del tipo de esquema Ponzi, organizada para enriquecer a la elite socialista gobernante. Antes de la prohibición de la moneda Petro, Estados Unidos también prohibió otras transacciones financieras que beneficiaban la corrupción en la nación sudamericana.
Todas las sanciones están destinadas a frustrar la rampante cleptocracia (poder basado en el robo) de Maduro y la clase dominante. Altos funcionarios estadounidenses describieron la situación actual del falido régimen venezolano, como una «hoguera» con la élite gobernante vendiendo «todo lo que no está asegurado», mientras que la gran mayoría de los ciudadanos de Venezuela viven en la más absoluta pobreza.
Según datos de la Comisión Electoral Nacional controlada por Maduro, 5,8 millones de venezolanos votaron para reelegir al dictador por otro período de seis años.
Un total de 8.6 millones votaron en la elección, de un total de 20 millones llamados a las urnas, lo que marca la tasa de participación más baja en la historia de la nación. Pero incluso ese número se ha inflado, según los observadores de la oposición.
El equipo de campaña de Javier Bertucci, candidato que supestamente recibió 925.000 votos, le dijo al diario El Nacional que había documentado 380 casos de fraude electoral. A su vez el equipo de campaña de Henri Falcon, afirma haber documentado 142.589 casos de fraude electoral con 91.700 testigos respaldando los hechos, según ABC Internacional. Falcon se negó a aceptar el resultado de las elecciones.
Incluso si no hubo fraude en la boleta, Estados Unidos y el Grupo Lima no reconocerán la elección como legítima. Antes de las elecciones, Maduro había desterrado a los principales partidos de oposición, encarcelando a sus oponentes y destruyendo la libertad de prensa, mientras utilizaba el hambre como herramienta para controlar a la justamente hambrienta nación.
Altos funcionarios estadounidenses dicen que los agentes de Maduro habían instalado mesas cerca de los sitios de votación, ofreciendo dinero y comida para que voten, una práctica que Maduro usó en elecciones anteriores. Los barrios que no votaron por Maduro en el pasado fueron castigados y privados de fondos y ayuda, dijeron los funcionarios.
Las sanciones estadounidenses están destinadas a frenar el comportamiento de Maduro, dijeron altos funcionarios. El objetivo final es presionar al régimen socialista para que lleve a cabo elecciones libres y justas, permita que la ayuda humanitaria ingrese al país, libere a los presos políticos y reconozca a la Asamblea Nacional elegida en 2015 por el pueblo (con mayoría de oposición al régimen).
Venezuela posee las reservas de petróleo más grandes del mundo y una vez fue una de las naciones más ricas de Sudamérica (Según el Banco Mundial) antes que Maduro y Hugo Chávez la convirtieran en un ejemplo de libros de estudio, sobre los fracasos del socialismo. A principios de 2017, el 93 por ciento de los venezolanos dijeron que no tenían suficiente dinero para asegurar tres comidas al día, de acuerdo a una encuesta organizada por tres universidades nacionales. Las condiciones allí han empeorado desde entonces.
Altos funcionarios de la administración estadounidense señalaron el lunes que Venezuela está siendo apuntalada por el régimen comunista en Cuba. Cerca de 92.700 representantes comunistas cubanos trabajan en el aparato del gobierno de Venezuela, según el testimonio del Congreso de un oficial militar venezolano retirado.
Trump es un abierto opositor de las ideologías socialistas marxistas y comunistas y ha señalado la crisis en Venezuela como un ejemplo del fracaso del socialismo.
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