Según un alto funcionario, el Departamento de Comercio tiene previsto publicar en agosto una propuesta de normativa sobre los vehículos chinos conectados a Internet.
Alan Estévez, subsecretario de Comercio para Industria y Seguridad, declaró en el foro «The China Challenge», celebrado en Colorado el 16 de julio: «Estamos estudiando algunos componentes y software, no todo el vehículo, pero si alguno de los componentes clave del vehículo que gestionan el software y los datos relacionados con el auto tendrían que fabricarse en un país aliado».
«Un automóvil moderno lleva mucho software dentro. Hace muchas fotos. Tiene un sistema de conducción. Se encuentra conectado a su teléfono. Sabe a quién llama. Sabe adónde va. Sabe muchas cosas sobre usted», dijo.
Los autos conectados disponen de un hardware de red integrado a bordo que permite el acceso a Internet y el intercambio de datos con dispositivos tanto dentro como fuera del vehículo.
Los comentarios del Sr. Estévez son la última actualización tras la acción del Departamento de Comercio en mayo, cuando emitió un aviso anticipado de una propuesta de normativa para investigar los riesgos para la seguridad nacional los vehículos conectados con tecnología fabricada en China en Estados Unidos.
«No hace falta mucha imaginación para pensar cómo un gobierno extranjero con acceso a los vehículos conectados podría suponer un grave riesgo tanto para nuestra seguridad nacional como para la privacidad personal de los ciudadanos estadounidenses», declaró entonces la secretaria de Comercio, Gina Raimondo.
«Necesitamos comprender el alcance de la tecnología de estos autos que puede capturar amplias franjas de datos o inutilizar o manipular a distancia los vehículos conectados».
La investigación siguió las indicaciones del presidente Joe Biden en febrero, cuando criticó la práctica comercial del régimen comunista chino de inundar el mercado estadounidense con sus vehículos, lo que supone un riesgo para la seguridad nacional de Estados Unidos.
«Los vehículos conectados de China podrían recopilar datos sensibles sobre nuestros ciudadanos y nuestra infraestructura y enviar estos datos de vuelta a la República Popular China. Se podría acceder a estos vehículos a distancia o inutilizarlos», declaró el presidente Biden en un comunicado.
En mayo, el Gobierno federal anunció que cuadruplicaba los aranceles sobre los vehículos eléctricos (VE) importados de China, del 25% al 100%. Los productos chinos importados de acero y aluminio, las baterías de iones de litio y las células solares también se enfrentaron a importantes aumentos arancelarios.
En el cuarto trimestre del año pasado, el fabricante chino BYD superó a Tesla como mayor fabricante mundial de vehículos eléctricos, vendiendo más de 500 mil en todo el mundo. BYD también vendió más de 3 millones de autos en 2023, casi el doble que el año anterior.
En la audiencia celebrada en mayo ante el Subcomité de Asignaciones del Senado sobre Comercio, Justicia, Ciencia y Agencias Relacionadas, Raimondo habló de los posibles riesgos para la seguridad nacional que plantean los vehículos chinos.
La Sra. Raimondo dijo que los vehículos conectados «tienen miles de sensores, miles de chips, están controlados por software, que viene de Beijín en el caso de los coches fabricados en China. Saben a dónde va el conductor, cuáles son sus pautas de conducción y lo que dice en el coche. Son muchos datos sobre personas estadounidenses que llegan directamente a Beijín».
Durante la audiencia, dijo que su departamento estaba siguiendo los informes públicos de que los fabricantes de automóviles chinos planeaban ensamblar vehículos en México, y quería asegurarse de que no pudieran evitar los nuevos aranceles estadounidenses.
A principios de este año, la Alliance for American Manufacturing advirtió en su informe que el dominio chino de los vehículos eléctricos podría acabar con la centenaria industria automovilística estadounidense.
«La introducción de automóviles chinos económicos —que son tan baratos porque están respaldados con el poder y la financiación del Gobierno chino— en el mercado estadounidense, podría acabar siendo un acontecimiento de nivel de extinción para el sector automovilístico estadounidense, cuya centralidad en la economía nacional es intachable», se lee en el informe.
El grupo recomendó a Washington que aplicara medidas comerciales para impedir la entrada de vehículos eléctricos chinos subvencionados procedentes de México con aranceles más bajos, ya que Beijín podría aprovecharse de los acuerdos de libre comercio entre Washington y su socio comercial vecino.
El senador Marco Rubio (R-Fla.), uno de los más críticos del Senado con el régimen chino, propuso múltiples proyectos de ley para contrarrestar la entrada en el mercado estadounidense de automóviles chinos subvencionados y ayudar a la industria automovilística estadounidense.
En marzo, el senador presentó tres proyectos de ley para proteger la industria automovilística estadounidense de las prácticas comerciales desleales del régimen. Se trata de la ley Closing Auto Tariffs Loopholes Act, la Strengthening Tariffs on Chinese Autos Act y la American Subsidies for American Autos Act.
Con información de Reuters.
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