Gobierno Federal no tiene una base de datos de quiénes han recibido la vacuna COVID-19: Casa Blanca

El plan de vacunación puerta a puerta comenzó en abril, dice la secretaria de Prensa

Por Zachary Stieber
09 de julio de 2021 8:41 AM Actualizado: 09 de julio de 2021 8:41 AM

El plan de la Casa Blanca que implica que la gente vaya de puerta en puerta para tratar de aumentar las tasas de vacunación contra la COVID-19 no depende de una base de datos, dijo el jueves la secretaria de Prensa de la Administración Biden.

«El gobierno federal no tiene una base de datos de quiénes se han vacunado. Esa no es nuestra función», dijo la secretaria de Prensa Jen Psaki a los periodistas en Washington. «No mantenemos una base de datos en ese sentido. Y no tenemos planes de hacerlo».

Algunos funcionarios de la Casa Blanca, así como el presidente Joe Biden, dijeron el martes que un objetivo clave en las próximas semanas era llamar a las puertas para entregar información sobre las vacunas contra la COVID-19 a los estadounidenses.

«Tenemos que ir comunidad por comunidad, barrio por barrio y, a menudo, puerta por puerta —literalmente llamando a las puertas— para ayudar a las personas que quedan» o que no han recibido la vacuna, dijo Biden en declaraciones desde la Casa Blanca.

Algunos republicanos se opusieron al plan, y el fiscal general de Arizona, Mark Brnovich, advirtió a la administración de que no debía utilizar los historiales médicos para saber qué estadounidenses no se habían vacunado.

El gobernador de Misuri, Mike Parson, añadió el jueves que informó al departamento de salud del estado «para que el gobierno federal sepa que enviar a empleados o agentes del gobierno de puerta en puerta para obligar a la vacunación NO sería una estrategia efectiva NI bienvenida en Misuri».

Psaki dijo a los periodistas en Washington que el plan utilizará datos sobre los lugares donde las tasas de vacunación están retrasadas, y que los mensajeros no son empleados del gobierno.

«Son voces de base en todo el país. No son miembros del gobierno. No son empleados del gobierno federal. Son voluntarios. Son clérigos. Son voces de confianza y comunidades que están desempeñando este papel de llamar a la puerta», dijo. «Así que, en nuestra opinión, esta es una forma de involucrar y empoderar a los activistas locales, miembros de confianza de la comunidad».

«Las mejores personas para hablar de las vacunas con quienes tienen preguntas son los mensajeros locales de confianza. Médicos, líderes religiosos, líderes comunitarios. Como parte de nuestros planes, los mensajeros de confianza pueden ir de puerta en puerta», dijo el coordinador de la COVID-19 de la Casa Blanca, Jeffrey Zients, en otra conferencia de prensa virtual.

Las declaraciones se produjeron el mismo día en que un alto funcionario de la administración, el secretario de Salud Xavier Becerra, argumentó en televisión que el gobierno federal tiene derecho a saber quién se ha vacunado y quién no.

Las llamadas puerta a puerta empezaron en realidad en abril, dicen los funcionarios de la Casa Blanca. El Departamento de Salud y Servicios Humanos puso en marcha entonces una red denominada Cuerpo Comunitario. El anuncio no detallaba los voluntarios que iban de puerta en puerta, pero decía que el cuerpo recibiría información y recursos de salud pública para que pudieran «ayudar a vacunar a amigos, familiares y seguidores».

Un listado de voluntarios decía a los posibles solicitantes que recibirían «hojas informativas sobre la seguridad de las vacunas, consejos sobre cómo hablar con amigos y familiares sobre la importancia de la vacunación y sugerencias para planificar y asistir a eventos comunitarios».

Un puñado de noticias locales detalló más tarde cómo algunos voluntarios estaban llamando a las puertas para promover la vacunación. El Dr. Vivek Murthy, director de Salud Pública de EE. UU., dijo a los voluntarios en una llamada telefónica el mes pasado que había oído hablar de estudiantes que estaban llamando a las puertas, informó la CNN. Y la Administración Biden dijo en una hoja informativa a principios de junio que la administración movilizaría a las personas para que hicieran llamadas y enviaran mensajes de texto a quienes estuvieran en zonas con bajas tasas de vacunación, además de ir de puerta en puerta para intentar que los estadounidenses visitaran las clínicas cercanas para vacunarse.

La comisionada del Condado de Jefferson, Sheila Tyson (i), acompaña a varios voluntarios y a miembros del personal durante un plan de divulgación de puerta en puerta para informar a los residentes sobre un próximo evento de vacunación contra la COVID-19 en Birmingham (Alabama) el 30 de junio de 2021. (Elijah Nouvelage/AFP vía Getty Images)

Aun así, las declaraciones de esta semana, especialmente las de Biden, desataron una gran polémica después de que algunos consideraran que se trataba de un nuevo programa.

«El presidente Biden quiere enviar a gente a llamar a su puerta para intimidarle y hacer que se ponga una vacuna ‘opcional’. Cualquiera que quiera una vacuna puede obtenerla. Dejen a todos los demás en paz. Los estadounidenses no necesitan que el gobierno federal les diga cómo vivir», escribió en Twitter la representante Jody Hice (R-Ga.).

«La Administración Biden quiere llamar a tu puerta para ver si estás vacunado. ¿Qué será lo siguiente? ¿Golpear a su puerta para ver si tiene un arma?», añadió el representante Jim Jordan (R-Ohio).

Aproximadamente el 47 por ciento de los estadounidenses están totalmente vacunados, y otro 7.5 por ciento recibió al menos una dosis a fecha del 7 de julio, según datos federales. Las dos vacunas más utilizadas en Estados Unidos requieren dos dosis.

Los expertos difieren en cuanto al porcentaje de la población que necesita protección para alcanzar la inmunidad de rebaño, especialmente teniendo en cuenta las variantes que siguen apareciendo. Algunos apuntan a un creciente conjunto de pruebas que demuestran que quienes han tenido la COVID-19 y se han recuperado gozan de un nivel de inmunidad similar al que proporciona una vacuna.

Los encargados de llamar a las puertas se limitarán a presentar a la gente los detalles sobre las vacunas, pero no tratarán de obligarles a vacunarse, han dicho los funcionarios de la Casa Blanca.

«Diré que lo que es un poco frustrante para nosotros es que cuando la gente critica estas tácticas, es realmente un perjuicio para el país y para los médicos, los líderes religiosos, los líderes comunitarios y otros que están trabajando para que la gente se vacune», dijo Psaki. «Se trata de salvar vidas y acabar con esta pandemia».

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