La gobernadora de Arkansas, Sarah Huckabee Sanders, pidió una revisión del Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP), instando a los miembros clave de la administración entrante de Trump a eliminar artículos de comida chatarra como refrescos, dulces y postres del programa financiado por los contribuyentes.
En un reciente mensaje de vídeo posteado en las redes sociales, Sanders dijo que redirigir el gasto del SNAP lejos de los productos poco saludables podría reforzar la salud pública y reducir los costos de los contribuyentes.
Ella señaló que el programa actual, que cuesta 113,000 millones de dólares anuales, asigna una parte sustancial de sus fondos, cerca de 25,000 millones, a productos relacionados con la obesidad, la diabetes y otras enfermedades crónicas.
«SNAP es fundamental para las familias que luchan, pero también es un enorme subsidio de los contribuyentes para cosas como refrescos, dulces y postres», dijo Sanders en el video.
Estas categorías representan «el 23 por ciento de todo el gasto de SNAP».
«El presidente Trump y su gabinete están comprometidos con ‘Hacer a Estados Unidos saludable de nuevo’ y obtener para nuestras familias que luchan los buenos alimentos nutritivos que merecen», dijo la gobernadora.
Sanders dirigió otra carta, hecha pública el 10 de diciembre, al secretario designado por Trump para el Departamento de Salud y Servicios Humanos, Robert F. Kennedy Jr. y a la secretaria designada para el Departamento de Agricultura (USDA), Brooke Rollins.
«Como usted sabe, el Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP) es un programa federal de USD 113 mil millones diseñado para apoyar a las familias de bajos ingresos con asistencia alimentaria. Desafortunadamente, este programa de ‘Asistencia Nutricional’ está socavando la salud de millones de estadounidenses, a costa del contribuyente, al alentar a las familias a comer comida chatarra altamente procesada y poco saludable».
Sanders se refirió a la investigación del Dr. Jay Bhattacharya y sus colegas de la Universidad de Stanford, señalando sus hallazgos de que «prohibir las bebidas azucaradas y los refrescos del SNAP prevendría la obesidad en 141,000 niños y la diabetes tipo 2 en 240,000 adultos».
Ella sostuvo que la eliminación de opciones poco saludables no solo mejoraría los resultados de salud pública, sino que también apoyaría a los agricultores de Arkansas y a los agricultores estadounidenses en general que cultivan productos nutritivos en casa.
En su carta, Sanders informó a los funcionarios entrantes de su intención de buscar una exención de SNAP que «apoyaría frutas frescas, verduras, huevos y proteínas y prohibiría el uso de SNAP para comida chatarra».
«Juntos, podemos, y lo haremos, Hacer América saludable de nuevo», concluyó la gobernadora, reafirmando su compromiso con los objetivos de la administración.
Actualmente, los hogares solo tienen prohibido comprar cosas como alcohol y tabaco; vitaminas, medicinas y suplementos; animales vivos; comida que esté caliente en el punto de venta; y artículos no alimentarios como comida para mascotas, productos de limpieza y artículos de higiene, según el USDA.
La Ley de Alimentación y Nutrición, que establece la administración del programa SNAP, dice que los estados pueden prohibir ciertos artículos si obtienen permiso del USDA «para llevar a cabo proyectos de demostración y estudios piloto, en los que se excluyan alimentos del SNAP».
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