Es imposible mantener el tipo de relación amistosa que la administración Biden pretende construir con China, especialmente a la luz de las revelaciones sobre el origen de la pandemia del COVID-19 y la invasión a Taiwán, ampliamente prevista, afirmó el economista y veterano observador de China Gordon Chang.
«La administración Biden quiere establecer canales de comunicación con la China comunista. Pero el problema es que, cuando se empieza a pensar en las diferencias irreconciliables entre el régimen chino y Estados Unidos, eso no va a funcionar», dijo Chang en una entrevista con el programa «American Thought Leaders» de EpochTV.
La entrevista ocurre después de que el secretario de Estado de EE. UU., Antony Blinken, regresara de un viaje a Beijing y declarara que su conversación con el líder del Partido Comunista Chino (PCCh), Xi Jinping, había logrado “inyectar algo de mayor estabilidad” en la recrudecida relación bilateral. Esa declaración se puso pronto a prueba cuando el presidente Joe Biden calificó a Xi de dictador, diciendo que Xi estaba muy molesto cuando un globo de vigilancia chino se desvió de su curso sobre Estados Unidos a principios de este año.
“Eso es una gran vergüenza para los dictadores. Cuando no sabían lo que pasó. No se suponía que eso fuera a parar a donde llegó. Se desvió de su curso», dijo Biden el martes en un acto de recaudación de fondos en California.
El régimen chino reaccionó con furia, alegando que los comentarios de Biden “violaron gravemente la dignidad política de China” y equivalían a una “provocación política”. También habría reprendido al embajador de Estados Unidos en China, Nicholas Burns.
«Esto demuestra que, por mucho que uno lo intente, estás tratando con un régimen malvado, y cosas como ésta van a ocurrir», dijo Chang al presentador Jan Jekielek.
“Biden, en realidad estaba tratando de complacer a Xi Jinping diciendo: ‘Bueno, Xi Jinping no sabía sobre el globo espía; no es culpa suya’. Pero se tropezó con él mismo”, dijo Chang. “Las relaciones se van a ver afectadas por eso. Beijing verá esto como una prueba más de que Estados Unidos es hostil”.
Un escenario de guerra de Taiwán
Cuando se le preguntó sobre el comentario de Blinken de que Estados Unidos “no apoya la independencia de Taiwán”, Chang dijo que esto es consistente con la política estadounidense de larga data guiada por la Ley de Relaciones con Taiwán de 1979.
«Técnicamente, sí, la política estadounidense no apoya la independencia de Taiwán. Pero como también dijo Blinken, solo apoyamos una resolución pacífica del estatus de Taiwán», explicó Chang.
“Nuestra política de ‘Una China’ es esta: reconocemos al Partido Comunista como gobernante legítimo de China. También reconocemos en el sentido de decir: ‘Entendemos que eso es lo que están diciendo, pero no necesariamente lo aceptamos, que Taiwán es parte de la República Popular’”, continuó. «También decimos que el estatus de Taiwán no está resuelto y solo puede resolverse pacíficamente, es decir, con la aprobación de la gente a ambos lados del estrecho».
“Ahora, si miras todo eso, sí, no ‘apoyamos la independencia de Taiwán’”, le dijo Chang a Jekielek. “El problema con la declaración de Blinken fue que, tras un viaje en el que los chinos lo humillaron deliberadamente desde el principio hasta el final, no debería haber dicho nada que Beijing quisiera escuchar. Así que esa, creo, es la culpa».
Según Chang, aunque Estados Unidos no tiene ninguna obligación legal de defender a Taiwán contra un ataque de China, es casi seguro que se involucraría en nombre de Taiwán debido a sus obligaciones de defender a Japón, conocidas como Artículo Cinco.
«Para que China logre invadir Taiwán, tiene que imponer un bloqueo. Para que un bloqueo funcione, tiene que ser lo suficientemente grande como para incluir territorio soberano japonés. En otras palabras, un asalto a la soberanía japonesa», explicó. «Eso activaría el Artículo Cinco si Japón quisiera invocarlo, lo que sin duda haría».
Chang también sugirió que el gobierno estadounidense debería estar haciendo planes para evacuar a sus ciudadanos de China, teniendo en cuenta el notorio historial del PCCh de tomar como rehenes a ciudadanos extranjeros como ventaja en disputas internacionales.
«En algún momento, deberíamos decir que si no te vas de China, el objetivo de la política exterior estadounidense ya no será rescatarte, porque no creemos que debamos mantener nuestras políticas en calidad de rehenes», afirmó. «Simplemente no deberían estar allí. Así que márchense».
Las revelaciones del COVID
«El régimen chino ha declarado una guerra popular contra Estados Unidos y, de hecho, está matando a estadounidenses con fentanilo y con COVID», dijo Chang a Jekielek, señalando que el PCCh podría no tener la capacidad de instrumentalizar el coronavirus murciélago si el gobierno estadounidense no hubiera subcontratado la investigación de ganancia de función al laboratorio de Wuhan.
«Esto no habría ocurrido si los franceses no hubieran proporcionado las instalaciones del Instituto de Neurología de Wuhan. Esto no habría ocurrido si Estados Unidos no lo hubiera financiado», agregó. «¿Los chinos habrían estado instrumentalizando el coronavirus? Quizá no lo sepamos. Pero sabemos que lo hicieron con dinero del gobierno estadounidense».
«De nuevo, mientras Biden trata de mantener relaciones ‘amistosas’ y canales de comunicación, ¿cómo puede hacer eso cuando eventualmente vamos a ver esa inteligencia, y va a mostrar que el régimen chino estaba manipulando la investigación de ganancia de función de los coronavirus e instrumentalizando todo esto?»
“Sabían que el COVID-19 era altamente transmisible de humano a humano. Pero en diciembre de 2019 y enero de 2020 le dijeron al mundo que no era así”, continuó Chang. «E hicieron otras cosas que hacen parecer que propagaron deliberadamente esta enfermedad más allá de las fronteras de China. Son unos siete millones de personas que murieron y que nunca deberían haber contraído la enfermedad. ¿Cómo se pueden mantener relaciones amistosas una vez que esa información sale a la luz pública?».
«Tenemos que entender que es un régimen militante, agresivo y malvado. Y no se pueden mantener las relaciones que el presidente quiere tener».
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