Una organización de derechos humanos insta a la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) a que investigue a los medios de comunicación estatales chinos por emitir noticias falsas en Estados Unidos.
Safeguard Defenders, una organización sin ánimo de lucro con sede en Madrid, había presentado ya en 2019 una queja ante el regulador estadounidense con pruebas que demuestran la «emisión sistemática de mentiras y distorsiones» por parte de los medios estatales China Central Television (CCTV) y China Global Television Network (CGTN).
El 17 de marzo, el grupo escribió a la FCC renovando sus llamados para iniciar una investigación sobre los medios de comunicación respaldados por el estado comunista.
Un portavoz de la FCC dijo que estaba revisando la queja de Safeguard Defenders, y se negó a comentar si el regulador estaba investigando a los medios.
CGTN es un canal de noticias dirigido por el Departamento Central de Propaganda del Partido Comunista Chino (PCCh) para llegar a una audiencia internacional. Ha transmitido confesiones forzadas y una cobertura distorsionada de temas como el movimiento prodemocrático y anticomunista de Hong Kong, los abusos de los derechos humanos en Xinjiang y la pandemia de COVID-19, según Safeguard Defenders.
La denuncia de 30 páginas presentada ante la FCC incluye testimonios de personas que fueron obligadas a grabar vídeos de «confesión» tras ser detenidas por las autoridades chinas, sin acceso a ayuda legal.
«Ellos me drogaron, me encerraron en una silla de tortura y me colocaron a mí y a la silla dentro de una pequeña jaula de metal. Los periodistas de la Televisión Central China (CCTV) me apuntaron entonces con sus cámaras y me grabaron leyendo las respuestas que ya me había preparado la policía. No me hicieron ninguna pregunta», dijo Peter Humphrey, un ciudadano británico. Humphrey, antiguo periodista convertido en un investigador empresarial, fue condenado a dos años de prisión en China en 2014 tras ser declarado culpable por el estado de adquirir ilegalmente información personal de ciudadanos chinos, un delito que él dice no haber cometido.
CGTN, una división de CCTV, llega a 140 millones de hogares en más de 100 países. En Estados Unidos está disponible en 30 millones de hogares, según CGTN America.
Los países occidentales tomaron medidas para limitar los medios de comunicación estatales de China en los últimos meses.
La Autoridad Británica de Comunicaciones (Ofcom) multó en marzo a CGTN con 225,000 puntos (310,000 dólares) por violar las políticas de difusión al emitir concesiones forzadas y una cobertura sesgada de las protestas de Hong Kong. En febrero, Ofcom también revocó los derechos de emisión de CGTN en Reino Unido, tras comprobar que su licencia era ilegal.
Hay otras investigaciones pendientes en Canadá, la Unión Europea y la región de Asia-Pacífico, según Safeguard Defenders. La agencia gubernamental francesa CSA también advirtió a CGTN que se someterá a un escrutinio más estricto debido a su historial de infracciones.
Según la legislación estadounidense, CGTN es un agente registrado de un gobierno extranjero. Tanto CGTN como CCTV también fueron designados por el gobierno de Donald Trump como misiones extranjeras, lo que restringió algunas de sus operaciones en Estados Unidos. Estas designaciones no afectan a la independencia editorial.
Dado el aumento de la desinformación por parte de los actores estatales dirigidos a Estados Unidos, la FCC tiene el deber de investigar las violaciones de los medios de comunicación del régimen chino, dice Safeguard Defenders.
«Cuando se compruebe que se han cometido, deben tomar las medidas punitivas adecuadas contra todos los abusos», dijo el grupo en un comunicado de prensa del 22 de marzo.
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