NUEVA YORK —En los años previos a abandonar China, a Chen Weijie le gustaba escribir un mensaje más que cualquier otro.
En rocas, árboles y sillas, dejaba su marca de bolígrafo visible en todas partes.
«Falun Dafa es bueno. Verdad, benevolencia y tolerancia son buenos».
El Sr. Chen no practica Falun Gong, una disciplina que sigue los tres valores mencionados y que el Partido Comunista Chino (PCCh) ha intentado erradicar durante los últimos 25 años.
Pero considera que esto «es lo correcto y muy necesario».
«Sé que Falun Gong es lo que más teme el PCCh», dijo el hombre de 35 años en un desfile celebrado el 21 de abril para conmemorar el 25 aniversario de un llamamiento pacífico del grupo en Beijing, que tuvo lugar meses antes de que el régimen comunista desencadenara una persecución a gran escala que, según cálculos conservadores, ha causado ya miles de muertos.
«Lo que más teme el PCCh, eso es lo que quiero hacer».
Escribía con la mano izquierda y a menudo llevaba una mascarilla. También se mantenía alejado de las cámaras. Era su forma, dijo, de mostrar desafío a un régimen en un país donde pronunciar esas mismas palabras expone a uno al riesgo de ser detenido y torturado.
«El PCCh es el mayor sindicato del crimen del mundo», declaró a The Epoch Times, añadiendo que lloró al ver los videos que arrojaban luz sobre el plan de asesinatos por órganos patrocinado por el Estado, conocido como sustracción forzada de órganos. El régimen ateo, dijo, «no tolera ninguna fe», que considera una competencia espiritual debido a la exigencia del régimen de dominar totalmente los corazones y las mentes del pueblo.
El Sr. Chen fue uno de los más de una docena de oradores en la el desfile del domingo en el barrio neoyorquino de Flushing de Queens, el barrio chino más grande de la ciudad. El acto de aniversario también celebra el movimiento Tuidang, los esfuerzos entre la comunidad china para trazar una línea entre ellos y el régimen mediante la retirada de sus organizaciones afiliadas, como la Liga de la Juventud Comunista y los Jóvenes Pioneros, a las que la gente se vio obligada a unirse durante sus diversas etapas de la vida, a menudo bajo la presión de sus compañeros o con la esperanza de avanzar en su carrera.
El número de personas que han participado en el movimiento, utilizando nombres reales o alias, se acerca ya a los 430 millones, según el Centro Tuidang de Nueva York, anfitrión de la manifestación y de un desfile anterior en el barrio de Flushing, de mayoría asiática.
En todo el mundo, una petición que el centro inició en 2021 pidiendo el fin del PCCh por sus «engaños y brutalidad» ha reunido más de 4.2 millones de firmas, según su sitio web.
Los practicantes del grupo de meditación Falun Gong, que en 1999 contaba con entre 70 y 100 millones de practicantes, han impulsado esta iniciativa en China, difundiendo folletos y un libro titulado «Nueve comentarios sobre el Partido Comunista Chino«, una serie editorial de The Epoch Times que disecciona la naturaleza del PCCh y cataloga sus crímenes. Afirmaron que, dado que el régimen persigue a personas a las que desfavorece, como los suyos, formar parte del Partido es ser cómplice de sus abusos contra los derechos humanos.
«La mera existencia del PCCh es una amenaza para todo el mundo», dijo Chen Jingyu, practicante de Falun Gong. Su hermana Chen Jinghui, de 55 años, originaria de Changchun, donde Falun Gong se dio a conocer al público por primera vez, fue detenida en marzo, por lo que no hay quien cuide de sus padres, que tienen más de 80 años.
Activistas y defensores de la libertad manifestaron su apoyo al movimiento.
Martha Flores-Vazquez, líder del distrito demócrata de Queens, dijo que se ha emocionado cada vez que ha asistido a una manifestación de Falun Gong.
«No lloro porque esté contenta. Lloro porque tenemos que acabar con la persecución. Las familias están divididas, se extraen órganos mientras la gente está viva», dijo en un discurso, agradeciendo a los cientos de practicantes de Falun Gong presentes en la multitud su perseverancia y fortaleza.
«Nunca en mi vida he conocido a individuos tan fuertes y valientes como ustedes».
Cecilia Crowley, directora gerente de la empresa de inversiones Newcomb and Associates, describió a los que renunciaron al PCCh como «guerreros».
«Es casi como el pez que nada contra la corriente», dijo a The Epoch Times. «Pero son guerreros pacíficos».
«La influencia opresora que pretende eliminar la verdad solo tiene 75 años», dijo en el desfile, refiriéndose al PCCh.
Su marido, Fred Newcomb, banquero de inversiones y presidente honorario de la Organización Mundial de Responsabilidad Humana de las Naciones Unidas, coincidió con su opinión.
«Ya sea China, Estados Unidos o países de todo el mundo, la celebración contra la tiranía y la opresión siempre está bien motivada y justificada», dijo en un discurso.
Lo que están haciendo, dijo, está en consonancia con el espíritu de Estados Unidos, un país fundado por personas sedientas de libertad.
«Soy ciudadano de un país que va por el mundo luchando por otros países, arriesgando la vida de nuestros soldados, gente que muere por nosotros y por esos países», declaró a The Epoch Times. «Creo que me siento bastante fuerte al respecto».
Gong Kai, que se salvó por muy poco de la ahora abandonada Política del Hijo Único siendo el tercer hijo en su familia, atribuyó el mérito de haberle abierto los ojos al mundo libre al software que los practicantes de Falun Gong desarrollaron para que los chinos pudieran esquivar el «Gran Cortafuegos» del régimen, llamado Freegate. Al utilizar la herramienta para sortear la censura de Internet en la universidad, se dio cuenta de que había estado «viviendo en un mundo falso» durante 20 años, dijo.
Cuando estaba viendo una versión en video de los Nueve Comentarios en la residencia universitaria, dijo que sus otros ocho compañeros de habitación dejaron sus videojuegos y se unieron a él. Después de terminarlo, dejaron de participar en las actividades de la Liga de la Juventud Comunista y en las clases de ideología del Partido, según el Sr. Gong.
Cai Yuanxing, funcionario público jubilado que había trabajado en una empresa estatal china, renunció formalmente a sus 21 años de militancia en el Partido en un discurso escrito de antemano.
«Un dicho chino dice que ‘todo el mundo da un empujón a un muro que se cae'», afirmó. «Quiero formar parte de esto, para empujar al PCCh hacia abajo».
Es revelador que el líder comunista Xi Jinping haya hecho referencia en los últimos años a romper la «naturaleza cíclica de la historia»: el ascenso y la caída de los gobernantes, dijo.
El líder del régimen vio que «el partido comunista está cayendo», dijo. «Ha entrado en pánico».
«El partido comunista está muy débil ahora», dijo. «Solo queda la gota que colma el vaso».
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