La vicepresidenta Kamala Harris se ha encargado de exigir a los países de Centroamérica que refuercen sus fronteras y bloqueen a los inmigrantes que llegan a la frontera sur de Estados Unidos.
«La vicepresidenta aceptó… liderar nuestro esfuerzo diplomático y trabajar con esas naciones para que acepten a los repatriados, y mejorar el control migratorio en sus fronteras», dijo el presidente Joe Biden en una conferencia de prensa el miércoles. «Ya estamos hablando con México sobre eso».
Harris trabajará con «los países que necesitan ayuda para frenar el movimiento de tanta gente, para frenar la migración hacia nuestra frontera sur», dijo Biden.
Tras el anuncio de las nuevas medidas, Harris dijo que esperaba con interés las negociaciones con los países centroamericanos.
«Espero participar en la diplomacia con el gobierno, con el sector privado, con la sociedad civil y los líderes de cada uno en El Salvador, Guatemala y Honduras, para fortalecer la democracia y el estado de derecho, y asegurar la prosperidad compartida en la región», dijo.
Según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP), la Patrulla Fronteriza ha detenido a 100,441 inmigrantes ilegales en la frontera sur en febrero, lo que representa un aumento del 28 por ciento en comparación con enero.
El excomisionado de la CBP, Mark Morgan, dijo el martes que las políticas de la administración Biden en la frontera son perjudiciales para la nación.
«Esta administración absolutamente—ha desmantelado todo, y todo lo que están haciendo va en contra de los intereses de la nación, y creo que es para percibir ganancias políticas», dijo Morgan a Just the News.
Morgan se refirió entonces a las cifras no oficiales de la inmigración ilegal.
«Creo que en los últimos 10 u 11 días, de hecho, tuvieron un encuentro de un solo día con más de 6000. ¿Han visto eso oficialmente? ¿Alguien en [el Departamento de Seguridad Nacional] ha informado de ello? No. ¡Seis mil! Ahora están calculando una media de entre 4500 y 5000 al día».
«Pero esta es la verdad, y esta es la estadística que no presentan oficialmente: El 75 por ciento de los llamados menores no acompañados son adolescentes mayores de 15, 16, 17 años», dijo Morgan al medio.
«No están siendo arrebatados de sus padres. Están tomando la difícil decisión por sí mismos de irse simplemente porque quieren un mejor trabajo en Estados Unidos».
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