La incertidumbre sobre quién controlará el 118º Congreso cuando comience el 3 de enero de 2023, seguirá siendo grande cuando se convoque la última sesión de la actual legislatura el 14 de noviembre, con los demócratas al mando en el Senado y la Cámara de Representantes.
Al igual que hace dos años, cuando la segunda vuelta en Georgia para dos escaños del Senado dio lugar a la actual división de la cámara al 50% —con la vicepresidenta Kamala Harris emitiendo los votos de desempate— el control para 2023 se decidirá el 6 de diciembre.
Será entonces cuando los votantes del Estado del Melocotón vuelvan a las urnas para decidir si mantienen al senador demócrata Raphael Warnock en su puesto o envían al aspirante republicano y exganador del trofeo Heisman, Hershel Walker, a la capital del país. Ni Warnock, que llevaba una ligera ventaja, ni Walker obtuvieron más del 50% de los votos emitidos como se requiere para evitar una segunda vuelta.
Una cosa que es cierta es que «hay una larga lista de cosas que los senadores querrían hacer y no hay mucho tiempo para hacerlas cuando el Senado vuelva a reunirse para la última sesión», según Jim Manley, exdirector de comunicaciones del entonces líder de la mayoría del Senado, Harry Reid (D-Nev.).
«Aunque sabremos más sobre la composición exacta del Senado cuando se decidan las elecciones en Arizona y Nevada, no espero que el senador Warnock pase mucho tiempo en Washington votando hasta que se decida su candidatura», dijo Manley a The Epoch Times. «Así que hasta que eso ocurra, el liderazgo probablemente solo podrá llevar nominaciones o legislación bipartidista al pleno».
Manley se refería a las elecciones al Senado de Nevada y Arizona. En Nevada, Adam Laxalt, ex fiscal general de ese estado, tiene una ligera ventaja sobre la actual senadora demócrata Catherine Cortez Masto, con casi un 20% de los votos aún sin contar. En la contienda de Arizona, el senador demócrata Mark Kelly aventaja al aspirante republicano Blake Masters por unos 5 puntos, con un 30% de los votos aún por contar.
Una cuarta contienda senatorial también permanece indecisa en Alaska, donde la aspirante republicana Kelly Tshibaka aventaja a la actual senadora republicana Lisa Murkowski por menos de 2 puntos, con el 80% de los votos contados. Alaska tiene un sistema único de votación por orden de preferencia que retrasa el recuento y complica la proyección de los resultados.
Durante la última sesión, los legisladores deben decidir qué hacer con la resolución continua (RC) que aprobaron antes de las elecciones y que mantuvo el gobierno financiado y abierto hasta el 19 de diciembre. Si, como se espera, los republicanos toman el control de la Cámara de Representantes, la presión recaerá sobre los demócratas del Congreso para que se apruebe la mayor cantidad posible.
Cuando The Epoch Times preguntó a Robin Biro, exdirector de la campaña regional de Obama para la presidencia, qué se puede esperar antes de que termine el actual Congreso, respondió: «Es casi imposible responder. Está la RC, y posiblemente algo sobre [el aumento] del techo de la deuda nacional. En el Senado, imagino que se confirmarán algunos jueces o al menos algunos senadores querrán hacerlo. Creo que veremos un proyecto de ley para codificar el matrimonio entre personas del mismo sexo en el Senado».
Biro señaló que el líder de la mayoría del Senado, Chuck Schumer (D-N.Y.), había «dicho que la votación [del proyecto de ley del mismo sexo] llegaría después de las elecciones de mitad de período». En definitiva, es una pregunta difícil de responder porque todavía no sabemos quién será el presidente de la Cámara y el líder de la mayoría del Senado el 3 de enero».
Biro añadió que espera que Schumer quiera ayudar a Warnock durante su campaña de desempate.
«No estoy seguro de lo que puede repartir en este momento», dijo.
El fracaso de los republicanos para crear una «ola roja» en todo el país el día de las elecciones para poner decisivamente al GOP en el control del próximo Congreso parece estar reorganizando las perspectivas para las contiendas de nominación presidencial de 2024 en ambos partidos políticos principales.
El presidente Joe Biden provocó burlas al predecir unos días antes de las elecciones que los demócratas lo harían mejor de lo esperado. Ahora que lo han hecho, Biden parece definitivamente fortalecido, según la estratega de la campaña demócrata Christy Setzer.
«La mano de Biden está fortalecida, por las grandes vibraciones electorales, si no por otra cosa», dijo Setzer a The Epoch Times. «Puede que los demócratas hayan perdido la Cámara de Representantes (¡o no!), pero ahora sabemos que los votantes estadounidenses están hartos de los negacionistas y los extremistas de las elecciones, y nuestra desafortunada tendencia a cuestionar nuestra estrategia hasta la muerte será, por el momento, sofocada».
Biden dijo a los periodistas el día después de las elecciones que su «intención es volver a presentarse» y que no espera cambiar nada en su programa político como resultado de las elecciones de mitad de periodo.
Setzer añadió que «los progresistas estarán confeccionando sus listas de deseos para la legislatura y tanteando el terreno para la próxima sesión».
En el lado republicano, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, llevó a su partido a una victoria aplastante en todo el estado, en la que derrotó por casi 20 puntos a su contrincante demócrata Charlie Crist, un exgobernador republicano que fue elegido al Congreso como demócrata.
El senador Marco Rubio (R-Fla.) también ganó por dos dígitos en su carrera contra la representante Val Demings (D-Fla.), después de que la contienda, un mes antes de la votación, parecía que podría estar reñida. Y el GOP de Florida liderado por DeSantis añadió cuatro nuevos representantes republicanos a la Cámara, lo que supone casi la mitad del aumento total en la Cámara.
Los republicanos también ganaron en el condado de Miami-Dade, fuertemente demócrata, por primera vez desde 2002, y convirtieron efectivamente a Florida en uno de los estados más sólidamente republicanos de la nación.
DeSantis, que sirvió en la Cámara de Representantes antes de ganar la gobernación en 2018, ha gobernado Florida con el enfoque político agresivamente populista del expresidente Donald Trump, pero sin la continua reivindicación personal que a menudo caracteriza el enfoque de este último en la campaña y la gestión.
Las perspectivas de DeSantis como aspirante a la presidencia en 2024 se vieron tan reforzadas por los resultados electorales que el ex presidente de la Cámara de Representantes, Newt Gingrich, dijo que cree que el expresidente Donald Trump debería reconsiderar sus planes de anunciar su candidatura el 15 de noviembre.
«Quiero decir, solo en mis propios correos electrónicos hoy, el número de personas que quieren a alguien que no sea Trump [y] que han decidido, literalmente de la noche a la mañana, que esa persona va a ser DeSantis. Le va a resultar casi imposible evitar presentarse», dijo Gingrich a Just the News.
«Creo que Trump tiene que mirar los resultados y estar preocupado. Puedo decir que, para mí, este no era el resultado que esperaba», dijo Gingrich. «Pensé que ganaríamos muchos más escaños».
El senador Rob Portman (R-Ohio), que se retira y será sustituido por el escritor J.D. Vance, también ve problemas por delante para Trump, diciendo a la CNBC que el expresidente estaba por detrás de DeSantis entre los votantes del GOP en las encuestas realizadas antes de las elecciones de mitad de período.
«Creo que es probable que mire los datos de las encuestas y diga que no quiere perder. Por lo tanto, no creo que siga adelante con ello al final del día. Sin embargo, sigue siendo una fuerza poderosa en el partido y, de nuevo, su índice de favorabilidad es alto. Puede desempeñar un papel constructivo», dijo Portman.
«En su administración, lo que hizo en política fiscal, política regulatoria, política exterior, incluso el refuerzo de las fuerzas armadas. Es decir, muchas cosas buenas de las que podría hablar. Ese es el papel que debería desempeñar. Si lo hace, podría ayudar realmente al Partido Republicano», dijo.
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