«Hay un movimiento para sexualizar a los niños»

Teleconferencia con Tim Ballard, el senador Ron Johnson y otros sobre el tráfico de niños y la película "Sonido de libertad"

Por Dr. Peter A. McCullough, MD John Leake
20 de julio de 2023 12:36 PM Actualizado: 20 de julio de 2023 12:36 PM

Puntos de vista sobre la salud

Hace aproximadamente una semana me invitaron a participar en una teleconferencia con Tim Ballard, antiguo agente especial del Departamento de Seguridad Nacional, donde formó parte del Grupo de Trabajo [Programa] de Delitos [por Internet] contra Menores (ICAC). Tim dejó el servicio gubernamental para fundar Operation Underground Railroad, una organización sin ánimo de lucro para combatir el tráfico de menores con fines de esclavitud sexual y sustracción de órganos.

Las aventuras de Tim son el tema del apasionante largometraje «Sonido de libertad», protagonizado por Jim Caviezel, que se estrenó en los cines de todo el país el 4 de julio y fue la película más taquillera del fin de semana, a pesar del ataque coordinado de imbéciles robóticos que se hacen llamar periodistas.

El dominio del español de Tim y sus contactos en América Latina han resultado especialmente útiles para llevar a cabo operaciones contra el tráfico sexual de menores en países como Colombia. Sin embargo, él cree que Estados Unidos es uno de los principales territorios del mundo en los que se produce el tráfico de menores.

A juzgar por esta página web del FBI [Federal Bureau of Investigation] sobre esta categoría de delitos singularmente depravada, parece que el FBI está de acuerdo con la valoración de Tim.

Me resulta muy extraño lo poco que se habla de esta abominación. Durante nuestra conferencia, Tim mencionó que el Movimiento Abolicionista comenzó con una concienciación cada vez mayor, como la espoleada por la novela de Harriet Beecher Stowe, «Tío Tom». Tim citó al Presidente Lincoln, que le dijo a la Sra. Stowe durante una visita a la Casa Blanca en 1862: «Así que usted es la mujercita que escribió el libro que inició esta gran guerra».

Sin embargo, como señalé en la conferencia, el Movimiento Abolicionista se hizo oír con fuerza en Gran Bretaña y el norte de Estados Unidos durante los primeros sesenta años del siglo XIX. Todo el mundo conocía los sermones que se pronunciaban cada domingo en las congregaciones eclesiásticas de Boston y Brooklyn, y todas las potencias marítimas del mundo sabían de la existencia de la Escuadra de África Occidental de la Armada [Real] británica, formada en 1808 para acabar con el comercio transatlántico de esclavos. El Parlamento abolió el comercio internacional de esclavos en 1807 y la institución de la esclavitud en las colonias británicas en 1834.

Según la página web del Departamento de Estado de EE.UU. titulada Acerca de la trata de seres humanos:

«La Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Fundación Walk Free, en colaboración con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), publicaron en septiembre de 2022 Estimaciones mundiales de la esclavitud moderna. Este informe estima que, en un momento dado en 2021, aproximadamente 27.6 millones de personas realizaban trabajos forzados. De ellas, «17.3 millones son explotadas en el sector privado, 6.3 millones en explotación sexual comercial forzada, y 3.9 millones en trabajo forzado impuesto por el estado». La definición de trabajo forzado utilizada en este informe se basa en el Convenio de la OIT sobre el trabajo forzado, 1930 (nº 29), que establece en su artículo 2.1 que el trabajo forzado es ‘todo trabajo o servicio exigido a un individuo bajo la amenaza de una pena cualquiera y para el cual dicho individuo no se ofrece voluntariamente'».

Sin duda, 6.3 millones en explotación sexual comercial forzada es solo una estimación. Sin embargo, aunque la cifra real sea una sexta parte, seguimos hablando de un millón de esclavos sexuales. ¿Por qué se habla tan poco de este delito en los principales medios de comunicación?

¿Por qué, dado el reconocimiento de este crimen por parte del FBI y del Departamento de Estado, críticos como Charles Bramesco en The Guardian o Miles Klee en Rolling Stone, escribieron críticas sarcásticas de «Sonido de Libertad», caracterizando la película como un artefacto de la teoría de la conspiración QAnon? ¿Son simplemente imbéciles con el cerebro lavado, o están también afligidos por una terrible ceguera moral?

Los lectores de nuestro Substack pueden encontrar de interés mi diálogo con Tim Ballard, el Senador Ron Johnson y otras notables figuras públicas.

Haga clic AQUÍ para ver la conferencia completa.

También puede ver el tráiler de «Sonido de libertad» y buscar en Internet los horarios de las proyecciones locales.

Republicado del Substack de John Leake

Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no reflejan necesariamente los puntos de vista de The Epoch Times.


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