A menudo pensamos en la hipertensión arterial como un mal que afecta a los adultos de mediana edad y mayores. Sin embargo, dos estudios presentados en Hypertension Scientific Sessions 2024 en septiembre descubrieron que afecta a los adultos jóvenes e incluso a los niños con más frecuencia de lo esperado, informó un comunicado de prensa.
Esta afección en los primeros años de vida es un importante factor que predispone a desarrollar enfermedades cardiovasculares.
En conjunto, los estudios observaron una asociación entre la hipertensión arterial y las necesidades sociales insatisfechas, como empleo limitado, falta de seguro, inseguridad alimentaria y bajos ingresos.
Hallazgos
Los datos de ambos estudios provienen de conjuntos de datos de la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición 2017-2020.
El primer estudio, en el que participaron adultos de 18 a 39 años, reveló que el 23 por ciento tenía una lectura de 130/80 o superior.
Las directrices actuales para adultos del Colegio Americano de Cardiología y la Asociación Americana del Corazón clasifican la hipertensión arterial en el estadio 1 cuando las lecturas superior e inferior son mayores o iguales a 130/80 milímetros de mercurio (Hg mm). El estadio 2 implica tener lecturas superior e inferior iguales o superiores a 140/90 Hg mm.
El segundo estudio, en el que participaron jóvenes de 8 a 19 años, reveló que el 8.7 por ciento tenía la tensión arterial elevada por encima de lo normal, y el 5.4 por ciento, hipertensión. Estas determinaciones fueron definidas según las directrices de la Academia Americana de Pediatría para los percentiles de edad-sexo-altura.
Factores sociales subyacentes
Investigaciones anteriores indican que las necesidades sociales insatisfechas pueden afectar a los adultos jóvenes con hipertensión, declararon los investigadores. Por este motivo, el primer estudio evaluó la exposición a cinco factores sociales (determinantes sociales de la salud) que pueden afectar a la salud:
-Ingresos familiares bajos, definidos como inferiores al 100 por ciento del nivel federal de pobreza.
-Bajo nivel educativo, definido como no tener un diploma de secundaria.
-Seguridad alimentaria baja, definida como tener una seguridad alimentaria familiar baja o muy baja en el último año.
-Ausencia de empleo o empleo limitado, es decir, no tener trabajo ni estar buscándolo.
-No tener seguro médico.
«Los determinantes sociales de la salud son las condiciones sociales derivadas del lugar donde las personas nacen, viven, aprenden, trabajan y maduran», afirma en el comunicado de prensa el autor del estudio, Thomas Alexander, de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern de Chicago.
El primer estudio descubrió que los adultos jóvenes con hipertensión tenían más probabilidades de sufrir inseguridad alimentaria y bajos ingresos, así como de carecer de seguro médico.
Además, los que tenían dos o más necesidades sociales insatisfechas tenían aproximadamente un 80 por ciento más de probabilidades de no tener acceso a tratamiento y aproximadamente un 70 por ciento más de probabilidades de padecer hipertensión arterial no controlada.
Una cuestión que agrava el problema es que las necesidades sociales de los adultos también afectan a sus hijos.
«El mayor riesgo no se limita a los adultos jóvenes, ya que éstos suelen tener hijos; y los hijos de adultos jóvenes sin seguro, con inseguridad alimentaria y bajos ingresos representan otra generación que tendrá consecuencias sanitarias similares emanadas de los determinantes sociales de la salud», añadió en el comunicado de prensa la Dra. Bonita Falkner, presidenta del comité de redacción de la declaración científica 2023 de la Asociación Americana del Corazón sobre hipertensión pediátrica.
Factores de riesgo en adultos jóvenes
Una revisión de 2023 que analizó los factores de riesgo de los adultos jóvenes con hipertensión concluyó que presentaban tasas más elevadas de:
– Tabaquismo
– Obesidad
– Niveles de colesterol poco saludables
– Consumo excesivo de sal
Además del elevado consumo de sal, la revisión halló otros factores de riesgo dietéticos. La mayoría de los adultos jóvenes con hipertensión tenían dietas pobres en hidratos de carbono y proteínas, pero ricas en grasas saturadas. El consumo de menos fruta y verdura también estaba relacionado con la hipertensión.
La falta de ejercicio es otro factor importante, ya que la mayoría de las personas estudiadas llevaban un estilo de vida sedentario.
Riesgos de la hipertensión arterial en la juventud
«La hipertensión arterial, incluso en poblaciones jóvenes, aumenta significativamente el riesgo de enfermedades cardiovasculares a largo plazo», dijo a The Epoch Times en un correo electrónico Joni Ogle, quien cuenta con un doctorado en ciencias cardiovasculares, y está involucrado en la investigación y la atención a los pacientes.
«Con el tiempo, la presión elevada daña las paredes arteriales, provocando su rigidez. Esto puede provocar enfermedades como aterosclerosis, infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares. Además, puede sobrecargar el corazón, obligándolo a trabajar más y puede llegar a provocar una insuficiencia cardiaca», afirmó.
Una cuestión que agrava el problema es que las necesidades sociales de los adultos también afectan a sus hijos.
«El mayor riesgo no se limita a los adultos jóvenes, porque éstos suelen tener hijos; y los hijos de adultos jóvenes sin seguro, con inseguridad alimentaria y bajos ingresos representarán otra generación que tendrá consecuencias sanitarias similares de los determinantes sociales de la salud», añadió en el comunicado de prensa la Dra. Bonita Falkner, presidenta del comité de redacción de la declaración científica 2023 de la Asociación Americana del Corazón sobre hipertensión pediátrica.
Según Ogle, la hipertensión en la juventud es un factor silencioso pero poderoso de predicción de futuros problemas cardiacos. La juventud suele ser el momento en que la gente se siente invencible, por lo que muchos no se dan cuenta del impacto a largo plazo de afecciones como la hipertensión. Cuanto antes empiece el trastorno, mayor será la exposición a sus efectos nocivos.
«Vi pacientes de poco más de 20 años de edad que ya daban muestras de signos de cardiopatía debido a una hipertensión prolongada que comenzó en la adolescencia», explica. «Un paciente tuvo la tensión arterial elevada durante la adolescencia y a los 30 años ya había desarrollado una insuficiencia cardiaca en fase inicial».
¿Qué puede ayudar?
Parte de las necesidades sociales relacionadas con la hipertensión arterial tienen que ver con el acceso limitado a la atención sanitaria. Por ello, los investigadores recomiendan que un mejor acceso a la detección precoz y al tratamiento de la hipertensión puede ayudar a evitar graves consecuencias para la salud.
Ogle también aboga por las medidas preventivas. «La hipertensión puede prevenirse en muchas situaciones, sobre todo si se manejan bien los posibles factores predictivos del estilo de vida. Se puede reducir el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares tomando medidas como dejar de fumar, reducir el consumo de sal y hacer ejercicio moderado».
¿Qué impacto pueden tener estas prácticas preventivas? Un ensayo clínico de 2023 evaluó el efecto de una semana de dieta baja en sodio. Esta intervención produjo una reducción de la presión arterial de 8 Hg mm en comparación con una dieta rica en sodio.
Sin duda, el ejercicio no puede pasarse por alto. Una revisión sistemática y metanálisis de 2020 descubrió que el ejercicio reduce la lectura de la presión arterial máxima de 24 horas en 5.4 Hg mm y la lectura mínima en 3.0 Hg mm.
«Los cambios tempranos en el estilo de vida pueden marcar una gran diferencia en la prevención de daños irreversibles», concluyó Ogle.
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