El materialismo y la investigación psíquica suelen considerarse antitéticos. Pero los fenómenos psíquicos y lo oculto han estado con nosotros a lo largo de todo el desarrollo de la ciencia, y, lo queramos o no, tienen su lugar en la ciencia moderna, según Andreas Sommer.
Sommer es investigador junior en el departamento de historia y filosofía de la ciencia del Churchill College de la Universidad de Cambridge, Reino Unido. En abril de 2016, su artículo «¿Tienes miedo a la oscuridad? Notas sobre la psicología de la creencia en las historias de la ciencia y el ocultismo», se publicó en el European Journal of Psychotherapy and Counselling.
Comenzó dirigiéndose a los psicoterapeutas. Les pidió que imaginaran situaciones hipotéticas en las que sus pacientes relataran experiencias paranormales —tal vez una conexión telepática con un ser querido o una profunda experiencia extracorpórea.
«En muchos casos, puede que le resulte aconsejable no fomentar la creencia de su cliente en la realidad de los fenómenos relatados, al tiempo que intenta establecer qué conflictos y problemas emocionales puede representar cada experiencia», escribió.
«Por otro lado, es posible que se haya encontrado con casos en los que las experiencias ostensiblemente ‘paranormales’, en lugar de ser intrínsecamente inquietantes, hayan inspirado, por el contrario, la confianza del cliente en realidades superiores y, en última instancia, benévolas».
«Lejos de persuadir a tales clientes para que abandonen estas creencias aparentemente irracionales e ingenuas, puede haber llegado a reconocer que al menos algunos individuos pueden explotar formas profundas de optimismo ‘transpersonal’ como medios muy eficaces para afrontar, y posiblemente incluso superar, dificultades concretas y problemas emocionales».
El objetivo de Sommer no es demostrar que los fenómenos psi o parapsicológicos existen. En cambio, argumenta que el tema de psi ha sido erróneamente marginado y que debemos examinarlo abiertamente.
La idea de que la parapsicología es anticientífica, o pseudocientífica, surgió en el siglo XIX a partir de «preocupaciones políticas, filosóficas y religiosas, más que del trabajo científico», argumenta. Esta idea se ha perpetuado, en parte, debido al miedo».
Citó los comentarios del físico Léon Foucault sobre la telequinesis: «Si viera una paja movida por la acción de mi voluntad… me aterraría. Si la influencia de la mente sobre la materia no cesa en la superficie de la piel, no queda seguridad en el mundo para nadie».
«No quiero que parezca que intento sustituir una cruda explicación psicológica (‘el interés por los fenómenos ocultos ha estado motivado por una necesidad irracional de creer’, etc.) por otra, igualmente simplista (‘la oposición a la investigación psíquica ha estado motivada por miedos irracionales’) y utilizarla como argumento historiográfico», dijo Sommer.
«Al mismo tiempo, una vez que reconocemos que los prejuicios culturales y personales constituyen problemas fundamentales en cualquier ámbito de la actividad humana, la idea de que tenemos que lidiar con ellos de alguna manera parece ineludible», continuó.
Lo que Sommer llama palabras «difusas pero inmensamente cargadas» —como «misticismo» y «superstición»— se utilizaron para desacreditar la parapsicología y distanciarla de la nueva psicología que se desarrolló a finales del siglo XIX.
Sin embargo, los psicoanalistas freudianos estaban abiertos a la percepción extrasensorial dentro de una tradición materialista, señaló Sommer, demostrando que la demarcación entre el materialismo y la investigación psíquica no era tan clara.
Sommer comentó la respuesta emocional, más que científica, que muchos científicos tienen ante la investigación parapsicológica: «Aunque los casos de oposición violenta a las nuevas ideas son un lugar común en la historia, incluso de las ciencias ortodoxas, no puedo evitar que me sorprenda la persistente vehemencia, la naturaleza a menudo odiosa y emocional de algunos de los ataques que siguen informando esta historiografía.
«Me encuentro esencialmente de acuerdo con el psicoanalista William Gillespie y muchos otros, que observaron que había una fuerte tendencia entre los críticos a responder a los datos de la investigación psíquica ‘de una manera irracional y emocionalmente determinada'».
Sommer concluyó: «El reconocimiento claro del dilema racionalista no debe confundirse con una excusa para el pensamiento perezoso y el dogmatismo arrogante. Lejos de paralizar nuestras facultades críticas, su admisión podría, por el contrario, motivarnos a esforzarnos más que nunca por identificar, aceptar y eliminar los inevitables prejuicios que se interponen en nuestro camino para cultivar una benévola apertura de mente unida a una ‘sospecha jamás olvidada de las fuentes de error'».
Lea el informe completo de Sommer aquí. Sommer tiene un blog en Forbiddenhistories.com y tuitea en @Sommer_HPS.
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