Durante la dinastía Qing, bajo el reinado del emperador Kang Xi Xinhai, una pareja estaba ocupada regando sus campos en la parte inferior del monte Xielu en la cordillera de Kunshan. Surgió una tormenta repentina y un golpe de un relámpago mató al marido. Los aldeanos pensaban que el esposo había sido un hombre honesto y no podían entender su destino. Su esposa se echo a llorar y dijo: «Sucedió por las 18 libras de carne.»
Asombrada la gente quería escuchar más.
«El invierno pasado, mi esposo remaba el bote a la ciudad, para pagar los impuestos y el arrendamiento de la tierra. Cuando amarró el bote, notó un trozo de carne que yacía en un bote vacío cercano. No había nadie cerca, así que tomó la carne, la trajo a casa y la pesó, 18 libras. Finalmente se descubrió que la carne pertenecía a una familia rica que vive a lo largo del río. La criada que iba a lavar la carne en el río se había distraído y abandonó su tarea.
«Cuando regresó, la carne no se encontraba por ningún lado. Su ama enfurecida regañó severamente a la criada cuando regresó con las manos vacías y la golpeó, matándola accidentalmente. El dueño de la casa se enojó mucho cuando descubrió lo que su esposa había hecho. Ella misma se angustió tanto que se suicidó ahorcándose. Y ahora mi esposo está muerto por un rayo».
«Al ganar a expensas de los demás, si las ganancias no están destinadas a ser nuestras, uno podría tener la impresión de haber ganado algo, pero en realidad es un mal augurio para los demás y solo trae miseria a uno mismo».
Ella concluyó: «Uno pierde la virtud; ¡por lo tanto, una pequeña ventaja puede conducir a consecuencias de largo alcance!»
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